En el Día Internacional del Libro, 27 uruguayos recomiendan historias que les dejaron huella
Decenas de recomendaciones literarias de la mano de un multitudinario y heterogéneo grupo de lectores uruguayos
Tiempo de lectura: -'
23 de abril de 2020 a las 05:02
Te quedan {{observador.articlesLeft}} notas gratuitas.
Accedé ilimitado desde US$ 3 45 / mes
Federico Castillo (periodista) - No sé si fue el último, pero ninguno me dejó una huella tan grande como El Palacio de la luna, de Paul Auster. Me lo recomendó el querido Claudio Romanoff en mi primer día como periodista en una redacción. Me rompió la cabeza.
Manuela Da Silveira (comunicadora y humorista) - La muerte: un amanecer, de Elisabeth Kubler Ross.
Fabián Severo (escritor) - Las cenizas del cóndor, de Fernando Butazzoni. Lo leí este año y me transformó. Aprendí de historia, me indignó y hasta sufrí con él. Pero también aprendí mucho de él como escritor. Hay un Fabián antes y después de ese libro.
Adela Dubra (miembro del consejo directivo del Sodre) - La única historia, de Julian Barnes. Me impresionó porque cuenta una historia de amor y es triste. Tiene un pasaje sobre el “sexo triste” y el equilibrio anímico que es impresionante. Cuando ya no hay futuro.
Gonzalo Cammarota (periodista, escritor) - El Monje de Moka, historia atrapante e inspiradora. Es la historia de un americano/ yemení que un buen día decide explorar las raíces de su familia y país con el café. El pulso de la narración es perfecto y cabalga entre la historia novelada, la charla TED y un thriller de acción. Cuidado: su lectura puede provocar adicción al café.
Natalia Jinchuk (periodista) - Leí varios de esos últimamente. Ordesa de Manuel Vilas, repleto de sabiduría articulada en frases demoledoras. El nervio óptico de María Gainza, pura delicadeza y placer estético. Charlotte de David Foenkinos, una historia tan dura como hermosa en un formato nada convencional para una novela.
Fernando Medina (periodista) - Cuántas aventuras nos aguardan, de Inés Bortagaray. De Inés me gusta ya su control de la palabra hablada. Lo que hace con la palabra escrita es más profundo. Me he sorprendido a mí mismo imitándola; en mails, en notas, en mensajes.
Inés Bortagaray (escritora) - El último que me dejó una huella fue Yo soy el que no está, de Fidel Sclavo.
Javier Mazza (docente, lic. en filosofía) - El artesano del sociólogo Richard Sennett. Alumno de Hannah Arendt, trata de recuperar el valor del trabajo artesanal en cuanto a lo que aporta al conocimiento. Es una reflexión interesante sobre la capacidad humana en términos técnicos y una valorización digna a tener en cuenta en esta época dominada por la tecnología.
Rossana Taddei (música) - La novela luminosa de Levrero, igual que en su momento Historias de cronopios y de famas de Cortázar, que me sacudió porque nunca había leído nada igual y a partir de ese momento me di cuenta que me gustaba eso.
Federico Dalmaud (director de TV Ciudad) - El último que me dejó una huella, que en realidad son más preguntas que huellas, es Quién domina el mundo de Noam Chomsky. Es un análisis profundo, desde una perspectiva crítica a la geopolítica norteamericana, que arroja luz sobre algunas cuestiones internacionales. Imprescindible para entender ciertos asuntos.
Leticia Jorge (cineasta) - La especulación inmobiliaria, de Italo Calvino. Es uno de sus libros más personales y graciosos. Calvino es uno de mis autores favoritos y leerlo me ayuda a pensar.
Renzo Rosello (periodista, escritor) - Hay lecturas que marcan, aunque cuando uno es lo que comúnmente se llama un lector avezado esos libros brillan con una luz rara. Ubicaría en esta caprichosa categoría a Manual práctico del odio, de Ferréz, un autor brasileño que recomiendo con entusiasmo.
Andrés Torrón (periodista, escritor y músico) - Todos los libros dejan algo, pero el que más me quedó resonando últimamente fue Cuna de gato, de Kurt Vonnegut. Soy un fan relativamente reciente de Vonnegut, su humor y su pesimismo me tocan hondo.
Martín Buscaglia (músico) - The Tao of Wu, de Rza, uno de los integrantes del Wu-Tang Clan, que me lo regaló un escucha. Es su relato con el ghetto de donde vino, con las películas de kung fu y los cómics de superhéroes, que se cruzan para crear una visión cosmogónica super personal. Lo disfruté horrores.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Alcanzaste el límite de notas gratuitas.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
Registrate gratis y seguí navegando.
¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.
Para comentar debe iniciar sesión.