Frialdad argentina: los gestos y la lista de reparos que marcan distancia con Uruguay

A pocos días de asumir, uno de los vínculos clave para el nuevo gobierno empieza a tener sus primeras señales. La relación entre ambos países comienza con diferencias, tanto en los gestos como en los enfoques, y ante eso el Poder Ejecutivo uruguayo pone especial atención a la relación con uno de sus socios estratégicos.

Luego de un acercamiento bilateral durante el gobierno de Mauricio Macri que contrastó con la tensión constante de la era kirchnerista, en la administración encabezada por Lacalle Pou mantienen cautela ante los primeros pasos a seguir, como la designación de su embajador en Buenos Aires.

Los hechos, por su parte, también marcaron diferencias en el posicionamiento ante el Mercosur, un encuentro de presidentes que todavía no tiene fecha, y otros reclamos de la cancillería argentina por la nueva planta de UPM y lo que consideran un "lobby británico" en Uruguay por las Islas Malvinas.

La apertura de sesiones del Congreso argentino hizo que Fernández se ausentara en la ceremonia de traspaso de mando entre Tabaré Vázquez y Lacalle Pou el domingo, aunque el presidente argentino lo llamó en la previa y quedaron de coordinar una fecha para reunirse. Allegados a Lacalle Pou indicaron a El Observador que en los minutos que conversaron por teléfono Fernández le dijo que aspiraba a tener “una buena relación” y que ambos vínculos sean “estrechos”.

Fernández ha destacado en más de una ocasión que tienen a Francisco Bustillo, el embajador de Uruguay en España, como amigo en común, y reiterado que conoce a la familia de Lacalle desde hace varios años. "Soy muy amigo de la familia Lacalle. Conozco a Luis por mi amistad con el Cuqui y Julita (sus padres). La relación personal es óptima. Cuando visité a Martínez dije expresamente que si ganara Lacalle la relación sería tan buena como si ganara (Daniel) Martínez", dijo al diario La Nación en noviembre. 

En enero, ambos mandatarios tuvieron una fricción luego que El Observador informara de los planes del presidente uruguayo para intentar radicar a argentinos de alto nivel adquisitivo.

Lacalle Pou descartó la propuesta del canciller Ernesto Talvi de enviar al excanciller Sergio Abreu como embajador en Buenos Aires. Según fuentes del gobierno, el presidente ya tiene decidido quién será el jefe de la misión en Buenos Aires, aunque aún no lo anunció. Habitualmente, los gobiernos esperan a tener el beneplácito del país de destino antes de anunciar el nombre.

Pese a la amabilidad señalada por Fernández, el argentino ha delegado en su canciller Felipe Solá, y en el embajador designado en Montevideo, Alberto Iribarne, los reclamos acerca de las nuevas posturas de Uruguay y el giro que promete llevar adelante en el Mercosur.

Solá dijo esta semana en una entrevista con El País que discrepaban con la nueva postura de Uruguay respecto a Venezuela. “Nosotros no reconocemos al gobierno de (Juan) Guaidó, no nos gusta cómo gobierna Maduro, pero por eso no vamos a dejar de reconocer que es un gobierno que nació en la democracia y que después se volvió autoritario. Pero ganar o perder se tiene que resolver en las urnas”, expresó. 

Uruguay reconoce a Guaidó como presidente legítimo de la Asamblea Nacional de Venezuela pero se niega a nombrarlo como presidente encargado, lo que lo diferencia de otros países de la región como Brasil o Estados Unidos.

En Argentina también tienen reparos acerca del nuevo impulso que Uruguay, Brasil y Paraguay pretenden darle al Mercosur como bloque. Lacalle Pou dijo antes de asumir que quería que a Uruguay le soltaran “un poco el corset” porque necesita moverse “más ágilmente en los mercados”.

“Debe tener la flexibilidad de buscar cuotas y tratados”, señaló y mencionó que por su extensión territorial tenía “capacidad de moverse antes”, dijo durante un evento en el Centro de Convenciones de Punta del Este.

Para conseguir este objetivo, Lacalle Pou aseguró que retomará la “vía” trazada por Bolsonaro y el expresidente argentino Mauricio Macri, que en enero de 2019 anunciaron que buscarían “flexibilizar” y “modernizar” el Mercosur tras una reunión bilateral en Brasilia.

Este fin de semana, ante el Congreso argentino, Fernández dijo que quería que el Mercosur mirara para sus propios pueblos. Su canciller es crítico acerca de las últimas negociaciones, incluido el acuerdo con la Unión Europea. “Nuestra economía está en coma y necesitamos tiempo”, dijo Solá y expresó que estaba de acuerdo con negociar con los países de la región que no eran socios, pero no con un país lejano como Corea del Sur porque tenía importantes trabas sanitarias.

El Mercosur comenzó a negociar formalmente con el país asiático en octubre de 2018, aunque los diálogos venían desde 2017. El objetivo de Lacalle Pou y el canciller Ernesto Talvi es avanzar lo más rápido posible en todas las negociaciones en curso que tiene el bloque con Canadá, Singapur, Indonesia y Vietnam.

En tanto, el embajador Iribarne dijo ante el Congreso que el gobierno argentino visualizaba dos focos de conflicto en su relación con Uruguay: la nueva planta de UPM en la ciudad de Paso de los Toros y el “importante lobby británico” que hay en Montevideo a favor de las Islas Malvinas. 

El gobierno argentino quiere que Uruguay no permita más que aviones militares del Reino Unido aterricen en el Aeropuerto de Carrasco durante su ruta hacia las Malvinas.