G7 concluye cumbre con amenaza de mayores sanciones para Rusia
Los poderosos presionan a Moscu para que cumpla el pacto del cese el fuego en Ucrania
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09 de junio de 2015 a las 05:00
Los líderes del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá), reunidos en el castillo de Elmau en los Alpes bávaros en Alemania, están listos para endurecer las sanciones contra Rusia por su participación en el conflicto en Ucrania, en caso de ser necesario. Además, escenificaron la movilización general sobre las negociaciones del clima al término de dos días de cumbre.
La anfitriona y canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que los líderes del G7 quieren que Moscú y Kiev cumplan debidamente con el acuerdo del cese al fuego firmado el 12 de febrero en Minsk, capital de Biolorrusia, que detuvo en buena medida los enfrentamientos en el este de Ucrania entre separatistas prorrusos y fuerzas del gobierno ucraniano. "También estamos listos –si la situación escala, algo que no queremos– para endurecer las sanciones (...), aunque creemos que deberíamos hacer todo lo posible para avanzar en el proceso político (iniciado en) Minsk", señaló Merkel.
Las sanciones a Rusia, indicó por su parte un comunicado final, "podrán levantarse cuando Rusia cumpla con estos compromisos". "No obstante, estamos dispuestos a tomar otras medidas restrictivas para aumentar el coste para Rusia, si sus acciones lo hacen necesario", continuó.
Por su parte, el presidente francés, Francois Hollande, dijo que era probable que las sanciones impuestas por la Unión Europea a Moscú se prolonguen hasta fin de año. "Es probable que se extienda la propuesta de las autoridades europeas", dijo el mandatario en una conferencia de prensa aparte de la de Merkel luego de la cumbre, en referencia a un encuentro de líderes de la UE que se producirá más adelante este mes y en el que se abordarán las sanciones contra Rusia.
Los dirigentes del G7 formularon su amenaza contra el presidente ruso Vladimir Putin, excluido de este foro desde la anexión de Crimea el año pasado, en pleno recrudecimiento del conflicto en el este de Ucrania.
Las autoridades de Kiev afirmaron ayer que se enfrentan a una fuerza de más de 42.000 hombres, apoyada por medio millar de tanques en el este del país, escenario desde abril de 2014 de un conflicto entre el poder central y una rebelión separatista prorrusa.
"El conflicto en el este de Ucrania sólo puede tener una solución política, cimentada en los acuerdos de Minsk", insistió Merkel. Es así que el conflicto ucraniano acaparó buena parte de la agenda oficial de la cumbre.
Los dirigentes del G7, unidos en la lucha antiterrorista, manifestaron su "solidaridad" con estos tres países golpeados por el yihadismo.
Igualmente expresaron su apoyo a la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, e insistieron en su "determinación de vencer a este grupo terrorista y luchar contra la propagación de su ideología del odio".
Preocupados por el caos en Libia, donde el EI amplía su influencia, pidieron a las autoridades rivales de este país tomar "decisiones políticas audaces" para superar sus divisiones, que han contribuido a hundir el país en una guerra civil.
En tanto, a seis meses de la cumbre del clima de París, los países del G7 estimaron "necesaria" una "disminución importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero" a lo largo del siglo XXI.
Los líderes de las siete mayores potencias económicas –sin China– se pronunciaron en favor de un objetivo mundial de reducir de aquí a 2050 las emisiones, en lo alto de una horquilla de entre el 40 y el 70%, en comparación con los niveles de 2010.
La anfitriona y canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que los líderes del G7 quieren que Moscú y Kiev cumplan debidamente con el acuerdo del cese al fuego firmado el 12 de febrero en Minsk, capital de Biolorrusia, que detuvo en buena medida los enfrentamientos en el este de Ucrania entre separatistas prorrusos y fuerzas del gobierno ucraniano. "También estamos listos –si la situación escala, algo que no queremos– para endurecer las sanciones (...), aunque creemos que deberíamos hacer todo lo posible para avanzar en el proceso político (iniciado en) Minsk", señaló Merkel.
Las sanciones a Rusia, indicó por su parte un comunicado final, "podrán levantarse cuando Rusia cumpla con estos compromisos". "No obstante, estamos dispuestos a tomar otras medidas restrictivas para aumentar el coste para Rusia, si sus acciones lo hacen necesario", continuó.
Por su parte, el presidente francés, Francois Hollande, dijo que era probable que las sanciones impuestas por la Unión Europea a Moscú se prolonguen hasta fin de año. "Es probable que se extienda la propuesta de las autoridades europeas", dijo el mandatario en una conferencia de prensa aparte de la de Merkel luego de la cumbre, en referencia a un encuentro de líderes de la UE que se producirá más adelante este mes y en el que se abordarán las sanciones contra Rusia.
Los dirigentes del G7 formularon su amenaza contra el presidente ruso Vladimir Putin, excluido de este foro desde la anexión de Crimea el año pasado, en pleno recrudecimiento del conflicto en el este de Ucrania.
Las autoridades de Kiev afirmaron ayer que se enfrentan a una fuerza de más de 42.000 hombres, apoyada por medio millar de tanques en el este del país, escenario desde abril de 2014 de un conflicto entre el poder central y una rebelión separatista prorrusa.
"El conflicto en el este de Ucrania sólo puede tener una solución política, cimentada en los acuerdos de Minsk", insistió Merkel. Es así que el conflicto ucraniano acaparó buena parte de la agenda oficial de la cumbre.
Clima y terrorismo
La segunda y última jornada estuvo centrada en las negociaciones sobre el clima y la lucha antiterrorista, y contó con la presencia de seis dirigentes de África y Medio Oriente, entre ellos el presidente nigeriano Muhammadu Buhari, el tunecino Beji Caid Essebsi y el primer ministro iraquí Haider al Abadi.Los dirigentes del G7, unidos en la lucha antiterrorista, manifestaron su "solidaridad" con estos tres países golpeados por el yihadismo.
Igualmente expresaron su apoyo a la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, e insistieron en su "determinación de vencer a este grupo terrorista y luchar contra la propagación de su ideología del odio".
Preocupados por el caos en Libia, donde el EI amplía su influencia, pidieron a las autoridades rivales de este país tomar "decisiones políticas audaces" para superar sus divisiones, que han contribuido a hundir el país en una guerra civil.
En tanto, a seis meses de la cumbre del clima de París, los países del G7 estimaron "necesaria" una "disminución importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero" a lo largo del siglo XXI.
Los líderes de las siete mayores potencias económicas –sin China– se pronunciaron en favor de un objetivo mundial de reducir de aquí a 2050 las emisiones, en lo alto de una horquilla de entre el 40 y el 70%, en comparación con los niveles de 2010.
