"Me dejaron el ojo hinchado, me pegaron patadas, rodillazos en la cabeza", relataba uno de los jóvenes internados en INAU sobre los malos tratos que había recibido el 14 de abril de 2003 y que en 2007 terminaron con la destitución de tres funcionarios. Además de los golpes, el abuso consistía en dejarlos sin ropa ni colchones, destinados a "morirse de frío", o en sobornarlos con alcohol y otras drogas para ocultar lo sucedido.
En 2008, un informe del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas denunció agresiones similares contra los adolescentes privados de libertad en los hogares Ser y Piedras, en el que se relataban golpizas, violaciones y otras torturas.
Otros episodios también se constataron en la Colonia Berro en 2013, los cuales culminaron con el procesamiento de ocho funcionarios, entre los que se encontraban dos exdirectores del centro: Yéssica Barrios y Alejandro Araújo.
En el auto de procesamiento, al que accedió entonces El Observador, se aseguraba que el exsubdirector del centro apodado "Popeye" ejercía "actos arbitrarios y sometía a rigores no permitidos por el reglamento a los adolescentes internados en dicha dependencias", los que se daban de forma reiterada en el Hogar Ser, "con la participación y el conocimiento de coordinadores de turno y educadores en dicha institución".
Pero uno de los casos más resonados se dio el 24 de julio de 2015 en el Hogar Ceprili. Las cámaras de seguridad del hogar registraron cómo unos 26 funcionarios reprimían con dureza a un grupo de internos durante un motín y un funcionario pateaba a un adolescente que estaba esposado y tirado en el piso.
Luego de que se divulgaran imágenes los trabajadores fueron procesados por el delito de tortura. Según el juez Gustavo Iribarren, los funcionarios habían ejercido un trato cruel que "negaba la dignidad de las personas privadas de libertad". Un año después se confirmó el procesamiento para 12 de los funcionarios por un delito de abuso de autoridad contra los detenidos. En tanto, los restantes 14, entre los que se encontraba el presidente del sindicato de INAU (Suinau), José Lorenzo López, fueron absueltos.
Pero además de la agresión y violencia, están los casos de abuso sexual. Por ejemplo en 2010 una directora de INAU en Paysandú fue procesada por omisión de sus deberes en relación con casos de prostitución infantil en la institución. En 2011 otra directora, esta vez del Hogar Sarandí de la Colonia Berro, fue denunciada por tener sexo y vender droga a los internos. Un año más tarde, un funcionario fue procesado con prisión por abuso sexual a un adolescente.
Pero apesar de su reiteración, la ayuda para esos casos no siempre es efectiva. Entre 2013, 2014 y 2015 fueron al menos tres los casos de niñas y adolescentes que estaban en centros de protección de INAU en Tacuarembó y Paysandú que fueron explotadas o abusadas sexualmente, según constató un informe del Mecanismo Nacional de Prevención (MNP) de la Institución Nacional de Derechos Humanos sobre el sistema de centros de protección del INAU. Ese tipo de problemas se daban también en Maldonado, donde se detectó la existencia de riesgo de que las adolescentes fueran víctimas de explotación sexual durante las salidas no autorizadas.l
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