Hoteles aceleran reconversión a hogares de ancianos, aparthoteles y coworking 

Uno de los pesos pesados que quedará por el camino será el Sheraton de Punta Carretas, el emblemático hotel que está a punto de convertirse en un cowork, camino que ya tomaron otros del rubro como el Four Points de la calle Ejido y San José.

¿Qué están haciendo los hoteles para sobrevivir? Destinan el total o parte de sus instalaciones a oficinas en alquiler, consultorios o coworking, se adaptan a aparthoteles o coliving con formas de funcionamiento más flexibles y económicas, redistribuyen sus instalaciones para convertirse parcialmente en residencias (compitiendo con el alquiler tradicional de apartamentos), se transforman en hogares para ancianos, entre otras iniciativas.

Francisco Rodríguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay (AHRU), explicó a El Observador que ahora, con el covid-19, la situación en el rubro es insostenible, pero que los hoteles vienen sufriendo financieramente desde hace unos tres años debido a las dificultades regionales.

“El cambio de rubro actual podría significar desmantelamiento del sector (…) Muchos hoteles que se transformán en espacios de oficinas o coliving, es posible que terminen siendo edificios de apartamentos, porque la demanda de oficinas es escasa en el país”, proyectó.

Un recorrido. Hermitage ya no es socio de AHRU y está abocado al coworking, Four Points y hotel Tryp (ex Meliá) están dedicados al coworking, hotel Oliva se vendió y pasó a operar parcialmente como residencias, al igual que Intercity y Crystal Palace que tienen partes de sus infraestructuras para residencias. Lafayette, My Suite y Pocitos Plaza se han convertido parcialmente en hogares para seniors, es decir para personas de la tercera edad.

Son muchos los hoteles que, debido a la coyuntura, también están en vías de reformularse en este momento, según datos de la AHRU.

Hoteles para seniors

Resulta una paradoja que algunos hoteles estén poniendo su mira en las personas de la tercera edad, considerando que constituye una población de alto riesgo por la pandemia.

Al respecto, Rodríguez aclara que el rubro confía en sus protocolos sanitarios y en sus condiciones actuales para albergar a esta población.

Los hoteles tienen personal capacitado y entrenado en limpieza, desinfección, cambio de sábanas, asistencia y demás. “Una habitación de hotel cinco estrellas puede ser similar a un hogar de ancianos de categoría”, comentó.

En marzo AHRU recibió un llamado de la Presidencia de la República sobre la necesidad de que los hoteles recibieran a los uruguayos que llegaban al país y debían hacer cuarentena.

El Mides apeló a los hoteles para ubicar transitoriamente a personas en situación de calle, a fin de prevenir o contener la epidemia en esos grupos.

Asimismo, estaba previsto por las autoridades que si se llegaba a 300 pacientes en los CTI del país, los hoteles serían una alternativa. Algunos de ellos llegaron incluso a reacondicionar sus instalaciones para prepararse ante esa eventualidad.

Mónica Rossi, gerente general de My Suits Boutique e integrante de la directiva de AHRU, explicó a El Observador cómo el hotel que dirige pasó de ser temático en vinos, para convertirse en un hotel senior con propuestas especiales para adultos mayores autosuficientes. 

“No somos un residencial, pero sí tenemos servicios las 24 horas y GPS para las personas mayores que viven acá, de modo de actuar rápido en casos de caídas, que son habituales a esas edades, además de otras facilidades específicas para ellos”, señaló.

My Suits también tiene actualmente apartamentos para alquilar, además de las habitaciones habituales para el turismo. “La pandemia nos terminó de definir a trabajar así, con nuevas unidades de negocios”, agregó.

En cuanto a los precios, el rubro hotelero ha bajado las tarifas en 30% aproximadamente. La variedad de precios es grande, dependiendo de la categoría, ubicación o servicios. Como referencia general, una habitación cuatro estrellas para un adulto mayor autosuficiente puede estar en el orden de los $ 40 mil a $ 50 mil mensuales.

Coliving y coworking

Estas modalidades son tendencia mundial y consisten en vivir en habitaciones de hotel o en pequeños apartamentos dentro del hotel (coliving), o solo ir a trabajar a esas instalaciones (coworking), sin contratos que aten y con los servicios incluidos.

Esos modelos de negocio prácticos vienen bien en esta coyuntura, aunque no generan tantos puestos de trabajo como la hotelería tradicional.

Sammy Arlin, gerente general de Crystal Palace Hotel, explicó a El Observador que desde principios de setiembre comenzaron a funcionar como coliving y coworking y que, si bien aún es prematuro, les está yendo bastante bien. De un total de 60 habitaciones, dedicaron dos pisos con 18 habitaciones al coliving.

"El coliving no está pensado para personas de la tercera edad, pero hemos recibido muchas consultas de personas mayores, así como de estudiantes del interior del país", señaló.

Es probable que muchos de los cambios que operan en el mercado no tengan marcha atrás, aunque todo dependerá de la demanda.