Perú: 17 manifestantes murieron en protestas contra el gobierno de Boluarte

Enfurecidos por la represión, los manifestantes provocaron saqueos en la noche del lunes y vandalizaron el centro comercial de la ciudad, en el departamento de Puno, fronterizo con Bolivia.

Hubo ataques y saqueos a las sedes de la Superintendencia Nacional de Aduanas (Sunad), del Ministerio Público y a la casa del congresista Jorge Luis Flores, representante de Puno por el partido conservador Acción Popular, que fue incendiada.

"Lo que está pasando es una matanza entre peruanos, les pido calma, no se expongan", pidió el alcalde Oscar Cáceres, en un llamado desesperado a la población a través de la radio La Decana de esa localidad.

Con el nuevo balance, los fallecidos durante las manifestaciones antigubernamentales ascienden a 39 (todos pertenecientes a los grupos de manifestantes) en casi un mes de protestas, sólo interrumpidas durante las fiestas de fin de año, informó la agencia AFP.

Las violentas acciones de este lunes se registraron cuando miles de manifestantes intentaron ocupar el aeropuerto local que se encuentra bajo resguardo militar y policial, reiterando lo ocurrido el sábado, pero sin víctimas.

El jefe de gabinete peruano, Alberto Otárola, declaró en Lima que la masacre se produjo cuando unos 2 mil manifestantes iniciaron “un ataque sin cuartel contra la policía y las instalaciones, utilizando armas hechizas (improvisadas) y con doble carga de pólvora”.

El titular del Interior, Víctor Rojas, aseguró por su parte que "el propósito de quienes protestan es llegar a Lima" y "crear caos". El de Defensa, Jorge Chávez, consideró que la protesta “se exacerbó a límites delincuenciales"

"Los señores policías nos estaban disparando (...) Pedimos que la señora Dina (Boluarte) renuncie y acepte que el pueblo no la quiere", dijo a la AFP un manifestante.

Fue en ese marco que el gobierno peruano prohibió el lunes el ingreso al país del ex presidente boliviano Evo Morales, acusado de “intervenir” en los asuntos de política interna del Perú.

Morales había expresado su apoyo a las protestas contra el gobierno de Boluarte que se desataron tras la destitución y detención de su antecesor, Pedro Castillo, el 7 de diciembre.

Un mes antes, en noviembre había visitado Puno, la región aymara peruana fronteriza con Bolivia que se convirtió en epicentro de las protestas con un paro indefinido desde el 4 de enero.

Desde ahí se organizó una marcha hacia la capital peruana que debe llegar en torno al próximo 12 de enero, según diversas convocatorias de colectivos sociales, que agrupan principalmente a campesinos que también realizan cortes de rutas.

Estos bloqueos de caminos se producen en seis de las 25 regiones del país, donde los manifestantes reclaman la renuncia de Boluarte, la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la libertad del destituido presidente Pedro Castillo.

Las zonas más convulsionadas son las turísticas como Puno —ubicada a orillas del lago Titicaca—, Cusco, Arequipa, Madre de Dios, Tacna y Apurímac.

Morales lamentó en Twitter la decisión del gobierno de Perú de impedirle el ingreso y sostuvo que la medida busca "distraer y esquivar" las responsabilidades por las "graves violaciones" de los derechos humanos.

Las autoridades peruanas sostienen que Morales pretende dividir el territorio de Perú, promoviendo la secesión a través de la creación de "Runasur", una región andina que supuestamente incluiría parte del sur andino peruano con Bolivia.  

"El único separatismo en Perú es causado por el racismo, la exclusión y discriminación de los grupos de poder de Lima contra su propio pueblo. En el fondo, la derecha no acepta que los indígenas, los vilipendiados por su color de piel, apellido o lugar de origen lleguen al poder", replicó Morales el fin de semana.