Irene Montero, ministra de Igualdad.

Actualidad > La mirada de Ana Gerschenson

Irene Montero, la ministra que perdió sin ser candidata

La ministra de Igualdad se ganó demasiados enemigos, en la oposición y dentro de su gobierno. Yolanda Díaz ni siqiuera permitió que ocupara un lugar en las listas.
Tiempo de lectura: -'
23 de julio de 2023 a las 11:43

No compitió en las elecciones de este domingo, pero Irene Montero ya había perdido.

Caída estrepitosa de una carrera acelerada que la llevó de militante de Podemos a ministra en apenas seis años.

Una líder de izquierdas rechazada por su propio espacio, cancelada en estas elecciones, sin lugar en las listas de candidatos por decisión de Yolanda Díaz, una socia política mujer, toda una ironía para la ministra de Igualdad y predicadora de la sororidad.

Se afilió a las Juventudes Comunistas a sus 15 años, licenciada en psicología por la Universidad Autónoma, rechazó estudiar en Harvard para avanzar en su carrera política. Y vaya si lo hizo.

Para Montero, todo cambió con la aparición de Podemos en 2014, presentado en el madrileño barrio de Lavapiés y comandado por Pablo Iglesias, entonces un tertuliano que había ganado seguidores en los diferentes programas de radio y televisión que frecuentaba habitualmente.

Compró el discurso añejo de revolución política, anti “casta” dirigencial, regeneración y críticas a los partidos tradicionales, y se convirtió sin más en la jefa de gabinete de Iglesias.

Apenas un años después, fue candidata y electa diputada por Podemos, dispuesta a “asaltar los cielos”, como proclamaba su agrupación. De allí en más, no paró de crecer dentro y fuera del partido liderado por Iglesias, quien se convirtió luego en su pareja y padre de sus hijos.

La pregunta obligada es cómo llegó a la cima y la debacle con apenas 35 años cumplidos.

Y la respuesta no puede ser otra que los errores cometidos y la perseverancia en el error. El nunca retroceder, aunque se esté equivocada; el no respetar ni escuchar al que piensa diferente, un resabio ideológico de los tiempos del autoritarismo comunista, sin lugar a dudas.

Y es que de otra manera no se entienden las razones de sus garrafales desaciertos políticos.

Para Irene, todo es una guerra, una pelea encarnizada, no importa la envergadura del tema del que se trate”, coinciden quienes trabajaron alguna vez con la todavía ministra.

Los errores técnicos de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del solo sí es sí, terminaron en cientos de rebajas de condenas a agresores sexuales y hasta en excarcelaciones a violadores.

Se lo advirtieron juristas y colaboradores, pero cualquier modificación fue concebida por Montero como un retroceso bélico. No hay manera en que la funcionaria podemita no tenga razón; no existe esa posibilidad en su universo.

Su intransigencia fue tal que la ley terminó modificada siete meses más tarde, con el apoyo de “la derecha”, de los legisladores del Partido Popular, los mismos a los que siempre ha acusado de machistas y antifeministas, y hasta los de Vox, vaya castigo.

El gobierno socialista de Pedro Sánchez no tuvo otra opción, porque su ministra sólo escuchaba su propia voz. Retroceder nunca, rendirse, jamás.

La llamada “Ley Trans”, otra de las polémicas iniciativas de su ministerio, también fue un problema para Sánchez y sus socios izquierdistas, porque los enfrentó con el feminismo tradicional, sobre todo en el planteo de la autodeterminación de género, que permite que todas las personas mayores de 16 años puedan cambiar su sexo en el registro civil sin necesidad de permiso médico, paternal o judicial.

El concepto que genera debate interno en el movimiento y por el que la ex vicepresidenta primera, Carmen Calvo, votó dos veces en contra de la ley impulsada por Montero. Claro que, en esta ocasión, tampoco estableció una línea de diálogo, sino que sólo consultó a sus convicciones.

La ministra se ha ganado demasiados enemigos, demasiado rápido.

Pero no es ese su principal problema, sino que es la sociedad la que desaprueba mayoritariamente su modus operandi.

Según datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) que dirige el socialista José Tezanos, Irene Montero es la ministra peor valorada del Gobierno.

La caída auto infligida no sorprendió a nadie en el Gobierno.

Aunque no esperaba, como militante feminista, que fuera cancelada por una mujer. Líder de Sumar y candidata, Yolanda Díaz es hoy la nueva líder de la izquierda. Y como tal, su principal condición para aceptar a un debilitado Podemos fue la desaparición de Montero de las listas electorales.

Su nombre hoy ahuyenta votos, los mismos con los que soñó desde su adolescencia.

"Defender la alegría como un derecho: pelear, quemando el cielo si es preciso, por una vida que merezca la pena ser vivida", supo escribir en la web de Podemos, en tiempos promisorios.

Irene ha quemado los puentes de su cielo pero, por lo sucedido en este 23J, no ha habido alegría.

 

 

 

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...