Israel y Rusia apuestan a la guerra electrónica para contrarrestar ataques de drones y misiles

La empresa anunció que el sistema de contramedidas (CMDS) denominado Deseaver MK-4 demostró su capacidad para responder eficazmente a escenarios complejos de ataques con misiles lanzando rondas de señuelo para contrarrestar múltiples amenazas simultáneas.

El sistema consta de varios orientables y estabilizados que despliegan con precisión una variedad de señuelos pasivos y activos, elegidos específicamente en función de algoritmos antimisiles.

Sus capacidades le permiten evaluar y clasificar cada amenaza entrante, y responder con las contramedidas adecuadas.

Estas contramedidas implican el uso de radiofrecuencia (RF) e infrarrojos para distraer los misiles y el empleo de señuelos para confundirlos y señales para engañar a los misiles bloqueados, desviándolos así lejos del objetivo.

Además, el sistema brinda flexibilidad al ofrecer tres variantes de lanzadores diferentes: fijo, giratorio y estabilizado. Esto asegura la compatibilidad con varias configuraciones de embarcaciones y requisitos operativos.

Las versiones anteriores del sistema Deseaver se han instalado en una variedad de embarcaciones, incluidas las naves de ataque y patrulla de clase Hetz de la Marina israelí, interceptores y corbetas de clase Eilat, además de destructores de la Armada de India de la clase Navy Kolkata y Visakhapatnam.

El último sistema de cuarta generación puede desplegar una cantidad significativamente mayor de señuelos altamente avanzados en comparación con sus predecesores.

Luego de sus exitosas pruebas en el mar, el sistema Deseaver MK-4 no solo ha mejorado las capacidades de defensa de la Armada israelí, sino que también ha abierto posibilidades de adopción por parte de otras fuerzas navales internacionales que buscan soluciones avanzadas de guerra electrónica marítima.

Ucrania y la guerra electrónica

Elbit Systems

En particular, la guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de relieve la importancia crítica de los equipos de guerra electrónica (EW) en escenarios de conflicto modernos.

Estos sistemas tienen el potencial de bloquear o engañar las comunicaciones, los sistemas de sensores y las municiones guiadas del enemigo, lo que dificulta la eficacia de las acciones hostiles y proporciona una ventaja en el campo de batalla.

En las primeras etapas de la guerra de Ucrania, la dependencia de los vehículos aéreos no tripulados permitió a Kiev mejorar la precisión de su arsenal de artillería más pequeño, dándoles una ventaja estratégica sobre el mayor arsenal de armas pesadas y grandes lanzacohetes de Rusia.

La amplia gama de sistemas rusos de guerra electrónica (EW) en ese momento parecía enfrentar desafíos sin mayor eficacia. Mostraron una cierta falta de efectividad, lo que dejó perplejos a los expertos militares que habían estado monitoreando las capacidades de EW rusas durante un período prolongado.

Sin embargo, después de que el conflicto se desplazó hacia las regiones del este y sur de Ucrania, más cerca del territorio ruso y la península de Crimea, el desempeño de las unidades EW rusas mejoró notablemente.

Sus capacidades demostraron una eficacia significativa, especialmente al contrarrestar los vehículos aéreos no tripulados (UAV) ucranianos.

La supresión electrónica rusa interrumpió efectivamente la navegación y comunicación de los drones ucranianos, privándolos de la precisión tan necesaria en la que habían llegado a confiar.

Como resultado, las unidades ucranianas se vieron incapaces de alcanzar el nivel de precisión con el que inicialmente habían contado para apuntar a las posiciones enemigas. A fines del año pasado, las tropas de guerra electrónica de Rusia alcanzaron un logro significativo al neutralizar el 90 por ciento de los drones de Ucrania.

Según un estudio realizado por los analistas Mykhaylo Zabrodskyi, Jack Watling, Oleksandr Danylyuk y Nick Reynolds para el Royal United Services Institute de Londres, la derrota de la precisión de los UAV ucraniano mediante la guerra electrónica se convirtió en un factor crítico para la supervivencia de las unidades rusas en el conflicto.

Además, los drones ucranianos también han estado apuntando activamente a los buques de guerra rusos. En respuesta a esta amenaza, Rusia inició el desarrollo de un nuevo sistema modular de guerra electrónica (EW) en septiembre de 2022.

El objetivo principal de este sistema es mejorar la seguridad de los buques de guerra y buques auxiliares rusos contra misiles antibuque y ataques con drones.

El sistema EW estará diseñado para ser flexible y adaptable, utilizando contenedores marítimos estándar de 40 pies para una fácil instalación.

Este enfoque modular les permitirá montarse rápidamente en las cubiertas de varios barcos de superficie dentro de la Armada rusa, incluidos barcos auxiliares como remolcadores y transportes.

El mes pasado, el medio de comunicación ruso Izvestia informó que la Armada rusa había tomado medidas proactivas para mejorar las capacidades de sus buques y, en ese sentido, varios barcos de la flota de la Armada rusa ya habían sido equipados con sistemas avanzados de equipos de guerra cinética y electrónica.

El almirante Valentin Selivanov, exjefe del cuartel general principal de la Armada rusa, destacó la importancia de contrarrestar la amenaza emergente que representan los drones de reconocimiento y ataque.

Selivanov señaló que este tipo de drones ahora podrían ser utilizados por las fuerzas enemigas en todo el mundo, lo que requiere un enfoque proactivo en respuesta. Para hacer frente a este desafío, los buques de guerra rusos deben emplear una combinación de métodos de observación, incluidos medios ópticos, de radar e hidro acústicos. Los datos recopilados deben transmitirse a los puestos de control de armas para una respuesta eficaz.

No obstante, los expertos militares rusos señalaron que la innovación y la adaptabilidad son cruciales porque las tácticas del enemigo evolucionan continuamente.

((Con información de Naval News, The EurAsian Times, The Times of Israel