Joven que se hizo pasar por futbolista profesional siguió estafando en prisión domiciliaria y fue detenido

La semana pasada, bajo el mismo modus operandi que utilizó antes, consiguió estafar a Ignacio Jorge, un comerciante que buscaba vender sus criptomonedas para invertir en un negocio familiar y creyó que estaba frente a un reconocido futbolista profesional.

Martirena se presentó como tal por Instagram, compartió una videollamada de casi una hora junto a su novia y se ganó su confianza. De esa manera fingió haberle transferido US$ 2.500 (el monto total por las criptomonedas que Jorge buscaba vender) a lo que el hombre se confió y decidió enviárselas sin verificar que el recibo era falso. Tras caer en la trampa, decidió denunciarlo.

La denuncia, a la que tuvo acceso El Observador, fue procesada por la seccional 21 de Canelones, que derivó el caso a Delitos Informáticos y en la nueva detención de Martirena. Después de dar cuenta a las autoridades, Jorge fue amenazado por el joven de Minas con fotos de su familia para que retirara la denuncia.

Investigaciones de Lavalleja recopiló esa y otras cinco denuncias y lo detuvo luego de una orden de allanamiento autorizada por la fiscal Cecilia Saavedra. Este miércoles declarará ante la fiscalía local.

Condenado desde agosto a 24 meses de prisión por el fiscal Rodrigo Morosoli, tras reiterados delitos de estafa, Martirena, que se hace pasar por futbolista profesional, vivía hasta este martes recluido en su casa y con la obligación de presentarse semanalmente en la comisaría más cercana, pero eso no le impidió seguir estafando gente.

Tampoco respetaba su pena. Si bien el jefe de Policía de Lavalleja, Jorge Khazzaka, confirmó a El Observador que estaba bajo prisión domiciliaria y el fiscal Morosoli aclaró que eso le implicaba estar las 24 horas en su hogar, fotografías y videos publicados por el implicado y su pareja en redes sociales evidenciaron que ambos compartieron múltiples paseos por Minas, Montevideo y Maldonado en auto. Las autoridades presumen que se escapaba después de los controles, que eran tres a diario, según dijeron fuentes policiales a El Observador. 

Una modalidad de estafa que no se detiene

Martirena reside en un complejo de viviendas a cuadras del Estadio Municipal de Minas. Desde allí, volvió a estar activo en su cuenta de Instagram, donde periódicamente, a partir de noviembre, comenzó a renovar sus fotos, cambiar de nombre de usuario y bloquear a las cuentas de minuanos que lo agregan.

Suma más de 100 mil seguidores, 57 publicaciones, y se define como un "atleta" y "futbolista profesional" uruguayo, que vive en Madrid y pertenece al club Leganés, de la Segunda División de España, cuando en realidad pasa la mayor parte de sus días en su ciudad, sentado en una reposera mirando hacia la plaza barrial.

El Observador confirmó a través del CD Leganés que no hay ningún jugador que pertenezca al equipo español —tanto en las filiales como en el plantel principal— que se apellide Martirena o Medina (como se presenta en las redes). Sin embargo, el impostor intentó solicitar -sin éxito- un artículo a la web Wikipedia para que consignara su falsa biografía en un anexo: "Lucas Martirena Medina es un futbolista uruguayo. Actualmente juega de delantero o volante en 3era división del futbol de España".

Una de sus últimas maniobras sucedió hace pocos días, cuando intentó engañar a Fernando, el propietario de una casa en Santa Ana, a quien, en lugar de los US$ 424 que pedía por la estadía, fingió haberle enviado US$ 624 para obtener una devolución de US$ 200. "Simuló que me transfería plata y simuló que era más (de lo debido). Me dijo 'te transfiero el total del alquiler' y después me dijo 'disculpame, te giré más, ¿te animás a tirármelo para atrás?' Como no se depositó nada, no le mandé nada. Pero hay gente que como tiene plata en la cuenta le gira para atrás porque él les manda una captura de pantalla de un comprobante de transferencia", explicó a El Observador.

En el audio al que accedió El Observador el estafador pedía al propietario un presupuesto por cinco noches para ir con su pareja. "Pasame el total. Yo voy a transferir el total porque así me quedo más tranquilo. (...) Decime en dólares cuánto te deposito y llego del trabajo y te deposito", le aseguraba.

Después, saltó con el presunto problema: "Tuve un pequeño problema: fui a hacer el cambio, ¿viste? y te mandé US$ 624 y eran 424. Ta, si vos podés, me lo devolvés".

Hace dos semanas, repitió un mecanismo similar con un vendedor de camisetas de fútbol. A través de su perfil de Instagram, se presentó como jugador e intentó comprarle a una página reconocida presentando un recibo bancario falso, con la promesa de que el dinero se le vería acreditado en las próximas 48 horas. El vendedor no se la creyó y se negó a enviar el pedido. 

Esa no fue la primera ni la última vez que el joven intentó hacerse pasar por futbolista de un equipo profesional para sacar provecho. Previo a su condena, la mayoría de los engaños del estafador estaban relacionados al Al Wasl, de Emiratos Árabes Unidos, club al que decía pertenecer. 

Martirena primero ideó un perfil profesional, que aparentara lo máximo posible la idea de que era un verdadero futbolista. Para eso -y debido a su escaso conocimiento en el área- contrató a una agencia asociada al marketing deportivo, a la que también estafó, con la excusa de que jugaba en la institución.

Su intención es demostrar con imágenes sus visitas y apariciones en distintos clubes para obtener con mayor facilidad productos y servicios. "Él dijo que se quería promocionar como jugador de fútbol. Pidió que le arman videos, fotos, que él iba a pagar. Lo terminó embromando (al responsable) y no le pagó", contó Sebastián, un funcionario de una agencia de viajes, afectado.

El trabajador fue de las víctimas que llevaron a Martirena a su primera condena: el joven lo engañó con casi US$ 400 tras enviarle un recibo de pago idéntico al que emite un banco de origen español. Le prometió que la plata sería depositada en su cuenta en un plazo de cinco días hábiles por ser una "transferencia internacional", pero el dinero nunca llegó y Sebastián ya había emitido el pasaje de su bolsillo. Así viajó sin pagar un peso.

"Se presentó diciendo 'soy jugador de fútbol, mi representante es Darío Silva y necesito un pasaje urgente porque el negro es un pelotudo y tengo que hacer todo yo'. Me mandó una transferencia, que es la misma de siempre: esa falsa que no tiene número de referencia. Me mandó un contrato de Emiratos que decía (que había ganado) US$ 1.000.000 por el pase y US$ 45 mil por mes", relató.

Luego, le dijo: "'Lo necesito ya (al pasaje) y no me lo quieren vender porque la transferencia es internacional. Te va a demorar 5 días hábiles. ¿Vos te animás a ponerme la plata que yo te doy una buena propina?". Una vez que Sebastián recibió la foto, notó que la recompensa por el favor era de 250 euros. "Dije: '¡pah! Mirá, qué buen loco'. Quedamos en contacto y el boleto se lo mandé a Darío directamente".

Entre sus víctimas pasaron agencias de viajes, arrendadoras de autos, hoteles, una distribuidora de bebidas, un vendedor de toros, uno de celulares, entre otros. 

Un solo seguidor e imágenes retocadas

El joven tiene una cuenta activa en la red social Twitter, con un solo seguidor, en la que se presenta como jugador y utiliza una imagen trastocada aparentando estar en las instalaciones del club Leganés, que finge integrar ahora.

Los servicios audiovisuales y digitales de la institución advirtieron a El Observador que hay "muchas probabilidades de que las imágenes hayan sido tratadas con Photoshop o algún programa similar". El Observador corroboró que Martirena había hecho un montaje en una de las fotografías. 

Cuando su caso salió a la luz, el joven se justificó argumentando en sus redes que toda la información que circulaba sobre él era "falsa": "Yo no estafé a nadie, hubo un solo problema: intenté comprar unas cosas de mi cuenta del extranjero, porque genero ingresos allá, y nunca llegó el pago porque el país en el que trabajo es paraíso fiscal y no se puede mandar plata a ningún país", señaló en sus redes.

A continuación, expuso una seguidilla de fotos en baja calidad de su supuesto contrato profesional con el club árabe, al que pareció etiquetar en la publicación. 

En la documentación -falsa- aparecen una serie de puntos calcados a los de un contrato real, como el que puede existir entre un representante y un futbolista. "El agente en ejercicio de sus facultades, gestionó y promovió la incorporación del futbolista al equipo Al Wasl Football Company LLC de Emiratos Árabes, Dubai, por un período de tres (3) años, percibiendo el futbolista un salario mensual de US$ 45.000 (dólares americanos cuarenta y cinco mil)". Luego, se menciona que Darío Silva percibiría el 20% de la remuneración mensual bruta de Martirena, o sea unos US$ 9 mil.

El presunto futbolista, cuya última participación futbolística real fue en las categorías juveniles del cuadro minuano Guaraní Sarandí, aclaró en redes sociales que no mostraba el contrato para "presumir" lo que ganaba, sino para demostrar "la boludez que dice la gente". "El caso se resolvió en Fiscalía y está todo correcto. De los errores se aprende, así que no den mucha bola a lo que ande por ahí. Cualquier duda me lo preguntan a mí o a mi abogado", se justificó.