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Judit, la dama del ajedrez

La entrevista con la ajedrecista húngara Judit Polgar es parte del libro Claros y oscuros detrás de los genios, de Daniel Perchman, de inminente publicación; el libro consta de 32 entrevistas a los mejores jugadores de América y varios campeones mundiales
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04 de enero de 2021 a las 05:00

Por Daniel Perchman

A fines de los años ochenta, el apellido Polgar cobró fama mundial. El mito de Judit se había empezado a gestar años atrás, en el hogar de Budapest que conformaron Lázlo y Klara, sus padres. Maestros ambos, organizaron para sus tres hijas, Susan, Sofía y Judit, un programa de educación donde el ajedrez tenía un lugar especial. Al mismo tiempo, insistieron en que no participaran en torneos femeninos, sino solo en los absolutos.

Los pergaminos logrados por la genial Judit erizan la piel. Por mencionar algunos, en 1988 le fue otorgado el Oscar del ajedrez. Tres años más tarde, a los 15 años y cuatro meses, obtuvo el título de Gran Maestro, convirtiéndose en la persona más joven en lograrlo. En enero de 1996 consiguió estar entre los diez primeros ajedrecistas de la clasificación mundial. En 2002 venció a quien muchos consideran el mejor jugador de la historia, el brillante Garry Kaspárov.

Una vez más tenemos el placer de viajar, en este caso a la bellísima Budapest. La idea es ahondar en los rincones escondidos detrás del mito, en la mujer que hay más allá de la deportista. Repasamos algunos de los colores de su infancia, sus primeros vínculos con el ajedrez y las dificultades adicionales que tuvo que enfrentar por ser mujer. De lo que la hace reír y llorar. Y claro, hablamos de ajedrez. De los jugadores que más influyeron en su juego. De las cualidades de algunos de los grandes campeones de la historia. De las partidas legendarias que más disfrutó por su belleza y de los libros que la marcaron. De su estilo de juego. De lo que sintió al vencer a Kaspárov. Ahondamos en los claroscuros que hay detrás de esta genia del ajedrez de todos los tiempos.

Siempre me pregunto, respecto a los grandes artistas y deportistas, si debemos centrarnos en lo que los hizo grandes o si debemos también tomar en cuenta lo que hacen en su vida particular. ¿Es relevante conocer al Salvador Dalí hombre o alcanza con que nos emocione su Mujer mirando por la ventana? ¿Importa la vida turbulenta que llevó Raymond Carver o debemos solo agradecerle la emoción descarnada que nos trasmiten sus cuentos?

Quizás la mejor respuesta la dio el inefable Roberto Fontanarrosa refiriéndose a Diego Maradona: “No me importa qué ha hecho con su vida, sino lo que hizo con la mía”. En todo caso, cuando en una persona se combinan la genialidad dentro y fuera de la cancha, tenemos a alguien especial. En este caso, nos topamos con una húngara llamada Judit Polgar.

¿Qué recuerdos tienes de tu infancia? ¿Cuáles son los primeros colores y olores que te vienen a la mente y al corazón?

Realmente no recuerdo mucho. Me viene a la mente una casa, el primer lugar donde vivimos.

Me gustaría que me hablaras sobre la relación con tus hermanas. Cuéntame algo que hayas aprendido de cada una de ellas, dentro y fuera del ámbito del ajedrez.

Tuve siempre una relación muy estrecha con mis hermanas. Especialmente con Sofía, que me lleva solo un año y medio de diferencia. Solíamos hacer la mayoría de las cosas juntas; teníamos sesiones de entrenamiento juntas, jugábamos ping-pong o íbamos a torneos. De Susan aprendí a ser sistemática y a trabajar duro. De Sofía, a tener una actitud positiva, a ser valiente y espontánea.

Háblame de tus padres, del aire que se respiraba en aquel hogar…

Mis padres son maestros de escuela. Es asombrosa su capacidad de amar y de prestar atención a los niños, a sus estudiantes; todos los jóvenes los amaban. Son capaces de estar muy presentes cuando enseñan. Mi papá era más el manager o el negociador para auspiciantes, torneos y entrenadores. Mi mamá, la que se encargaba del dulce hogar, de cocinar, realizar los trámites y las compras. Eran un equipo excepcional, se  complementaban uno al otro.

Tuve la suerte de conocer la hermosa ciudad de Budapest después de la Olimpíada de Novi Sad en 1990. ¿Qué diferencias hay entre la Budapest de tus primeros años y la actual?

Hay muchas diferencias. La ciudad cambió: nuevos edificios, grandes renovaciones, pero fue siempre muy hermosa, y ahora lo es aún más. Siempre amé mi ciudad. Creo que está entre las cinco mejores del mundo, con sus sorprendentes vistas panorámicas y el río Danubio entre las dos partes de la ciudad: Buda y Pest.

¿Qué sentiste cuando apareció este juego maravilloso en tu vida?

Tenía alrededor de cinco años. Fue muy natural para mí, dado que mis hermanas ya estaban jugando este maravilloso juego. Comencé a tener éxito bastante rápido.

Tuviste gran éxito en un ambiente ajedrecístico liderado por hombres. ¿Crees que fuiste una fuente de inspiración y superación no solo en el mundo del ajedrez?

En ajedrez, está claro que me convertí en un modelo para muchas chicas y también para los chicos. Me di cuenta, hace un tiempo, que esto también trascendió el mundo del ajedrez y que mi historia cautiva debido a los asuntos de género.

¿Cómo ves el presente y el futuro del ajedrez femenino?

Es mucho mejor ahora que, digamos, una década atrás. Aún espero que más mujeres vayan por más y logren desarrollar su máximo potencial; esto significaría que podrían también estar jugando contra algunos de los mejores competidores masculinos.

He leído algunas opiniones de grandes maestros que ven una relación entre el estilo de juego y la personalidad del ajedrecista. ¿Qué puntos de encuentro tiene el estilo de Judit con su carácter, con la persona?

Siempre tuve una personalidad muy sencilla, franca, honesta. Soy alguien que siempre expresó sus puntos de vista y no dudó en defenderlos. Esta también es la forma como juego al ajedrez.

Menciona tres jugadores de la historia que hayan influido en tu juego.

Keres, Fischer y Kaspárov.

¿Qué atributo ajedrecístico destacarías en Kaspárov, Kárpov, Fischer, Anand y Carlsen?

Kaspárov fue quien cambió la teoría en ajedrez. Fue quien cuidó y desarrolló más la tecnología y la inteligencia artificial en el ajedrez. Kárpov fue uno de los mayores campeones, demostró una increíble paciencia en sus partidas de ajedrez. Es un jugador puro; en cualquier posición que juegue, lo hace apasionadamente. Fischer cambió el ajedrez. Su comprensión del juego era mucho mejor que la de cualquier otro. Una pena que tuviera una enfermedad mental. Conocí a Anand en 1988, un campeón mundial asombroso. Me gusta mucho, como jugador y por su personalidad. Un gran talento. Carlsen es una mezcla excepcional del carácter de algunos campeones. Tiene tanta curiosidad y ansias de conocer más sobre ajedrez, y de ganar, como nunca antes he visto. Es el campeón mundial más profesional; puede combinar el juego con otras actividades. Fue modelo hace un tiempo, para una campaña, hizo los DVD con una preparación deportiva al más alto nivel, construyó su marca y compañía con gran profesionalismo, en todos los aspectos.

Elige dos partidas de la historia que podrías disfrutar una y otra vez.

Kaspárov y Kárpov, en 1987; Anand contra Krámnik, en Bonn, 2008.

Menciona una partidas tuya, ya sea por la estética o por su importancia.

La última partida en la Olimpíada de 1988, en Salónica.

Muchos hablan del Ah3 de Shirov… Elige una jugada que te haya impactado.

Sí, me encanta esa jugada. Él tiene un fantástico final de juego. Es uno de los jugadores más interesantes con el cual me he enfrentado muchas veces.

¿Cuál es tu libro de ajedrez preferido?

Aprenda de las leyendas, de Mihail Marin.

Recuerdo seguir tu partida con Kaspárov, en el 2002, por internet: festejé tu triunfo como si fuera el de mi equipo de fútbol. ¿Qué sentiste en el momento de la victoria?

Estaba extremadamente feliz, pero a la vez sabía que Garry no había jugado de la mejor manera en esa partida. Al mismo tiempo, era consciente de que estaba ocurriendo un pequeño momento histórico.

Viviste el ajedrez previo a la fortaleza de los módulos de análisis y el actual, ¿qué puntos tiene a favor y cuáles en contra para el ajedrez?

Antes de los tiempos de la computadora, el ajedrez se basaba en la creatividad, el trabajo duro, en tener serios entrenadores y en entrenamientos, en notas en papel, y en las preparaciones para los torneos con una perspectiva muy diferente. Después de que las máquinas aparecieran fue muy duro para mí acostumbrarme. La evaluación de tiempo perdido era engañosa. Era muy difícil aceptar que la máquina fuera más “inteligente” y que viera las cosas mejor y en forma más rápida. Era admitir que tenemos diferentes roles en las preparaciones. Hoy en día los jugadores son jefes, líderes. Tienen que guiar a la computadora en buscar nuevas ideas y en cómo profundizar más en las preparaciones. La memoria de un jugador es ahora más importante que antes. Uno no puede confiarse solo en la evaluación e ideas del módulo de análisis de las computadoras.

Elige una ciudad para vivir, una para visitar y una donde disfrutes especialmente jugando al ajedrez.

Podría vivir en ciudades donde haya lugares para ver, para visitar… Me encantaría ir a Japón y visitar sus hermosos lugares naturales con vistas panorámicas de las montañas y del agua. Jugar ajedrez fue siempre un placer en Holanda.

Un pintor que te emocione especialmente…

Me encanta Salvador Dalí.

¿Qué hace reír y qué llorar a Judit?

Me encanta el humor y la gente graciosa, la que me hace reír. Lloro cuando la vida les provoca tristeza a las personas que no se lo merecen.

Gambito de dama, la serie de Netflix que puso al ajedrez en boca de todos

Si pudieras volver a un momento del pasado, por un instante, ¿cuál sería?

Me gusta estar en el presente. Aunque ahora este resulte muy extraño.

¿Cómo describirías el ajedrez a quien no lo conoce?

El ajedrez es un juego maravilloso, un misterio, si lo conoces bien. Te puede dar muchos  momentos felices al hacerte sentir más inteligente que tu oponente. Puedes desafiar a tu oponente, pero es un constante desafío para uno mismo. Te da infinitas ideas y oportunidades. Te hace tomar responsabilidades, sin importar en que estatus o situación estés en tu vida. El mejor y más ambicioso, gana.

Hace poco, Leontxo García me dijo en una entrevista: “Ojalá muchos presidentes del mundo fueran como Judit Polgar”. Me sumo a la reflexión y te pregunto: ¿qué te genera la admiración que despiertas en tantas personas de distintas latitudes?

En realidad, es un gran halago que Leontxo haya dicho eso. Hago las cosas con mi corazón, con mis creencias; es algo que realmente me gusta y que cuido. Creo que esto es percibido por muchos. Me abriga el corazón si doy algo positivo, enriquecedor y motivador para las próximas generaciones. Me hace feliz cuando la gente reconoce mis esfuerzos y se ayuda mutuamente.

Me gustaría, finalmente, que me hables de la exitosa serie de Netflix, Gambito de dama.

Sí, he visto la serie Gambito de dama y me gustó mucho. Es un impulso fantástico para el ajedrez. Creo que podría ser similar a la partida Fischer-Spassky del 72. Entonces y ahora todo el mundo habla de ajedrez, independientemente de si son jugadores o no.

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