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La actividad minera se enfrenta a las consecuencias del cambio climático

Hasta ahora, parecía que las empresas mineras, acostumbradas a operar en áreas ambientales extremas, estaban a salvo de los rigores del cambio climático. La realidad indica lo contrario

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06 de agosto de 2022 a las 15:13

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El cambio climático, asociado a inundaciones, sequías, tormentas y variaciones inesperadas de temperatura ambiente, que parecía afectar a las poblaciones, las viviendas, las infraestructuras de transporte y energía, hace sentir también sus efectos sobre actividades económicas que se creían razonablemente a salvo de los mismos.

Es el caso de la minería que pese a contar con una larga experiencia mundial en operaciones bajo cualquier clima o ambiente natural, incluso a kilómetros bajo tierra, en cordones montañosos o en lugares de gran amplitud térmica con temperaturas que varían entre -18° y 38° C, últimamente está haciendo frente a una serie de incidentes relacionados con el clima que no figuraban en los manuales de sus técnicos y directivos.

La mina de cobre Lundin Mining Corp tuvo que reducir su previsión de producción para el 2022 después de que las fuertes lluvias afectaran la producción de la mina de Chapada en Brasil, que en 2019 enfrentaba meses de sequía previa.

El presidente ejecutivo de Lundin, Peter Rockandel afirmó que “estamos revisando algunos escenarios diferentes para ajustarnos a la probabilidad de que haya más patrones meteorológicos extraños”.

El presidente de Anglo American, Duncan Wanbald, expresó que las lluvias torrenciales afectaron la producción de hierro en su planta en Brasil, la de carbón en su mina de Australia y la de platino en Sudáfrica.

La situación generada en el primer trimestre del año superó cualquier expectativa previa y obligó a recortar dividendos, según Wanbald.

En el caso de la empresa Río Tinto, su explotación de dióxido de titanio en Madagascar disminuyó drásticamente en medio de una temporada de violentos ciclones que no se observaban desde 2008.

Pero el costo de los fenómenos meteorológicos extremos no sólo tiene consecuencias económicas, también se mide en la pérdida de vidas humanas: las repentinas e intensas lluvias caídas en Burkina Faso provocaron inundaciones en la mina de zinc de Trevail Mining que mataron a ocho obreros atrapados bajo tierra.

La producción de hierro de la brasileña Vale SA y la de carbón australiano de Glencore sufrirán una merma considerable también, debido a las intensas precipitaciones del primer trimestre.

En Estados Unidos, la empresa Sibanye Stillwater que explota minas de platino en Montana, tuvo que cerrar las instalaciones después de que el intenso calor derritiera la nieve de las montañas provocando que torrentes repentinos de agua destruyeran puentes y carreteras.

Las graves inundaciones en la provincia de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, provocaron una reducción significativa de la producción de acero de la empresa ArcelorMittal, la empresa siderúrgica más grande del mundo.

En Chile, las mineras que explotan el cobre se enfrentan a una sequía que dura años y se ha agravado en estos meses y debido a que el agua es un insumo crítico para separar el cobre del mineral en bruto, se ha hecho necesario recurrir a la desalinización del agua de mar. En todo caso, las perspectivas siguen siendo poco optimistas en cuanto al nivel de producción.

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