Gentileza esquiladores

La comparsa celeste que es furor en España

Hace 15 años que Uruguay exporta esquiladores que se lucen por el mundo con sus destrezas

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16 de mayo de 2020 a las 05:00

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Antes de trabajar con esquiladores, un español sabía que Uruguay era un país de Latinoamérica y, más o menos, lo podía ubicar en el mapa aunque lo reconocía, sobre todo, por sus jugadores de fútbol. “Hoy Uruguay es como mi segundo país”, contó Alfonso Suárez, un contratista español que trabaja en la esquila hace 18 años y hace unos 14 que comenzó a importar mano de obra uruguaya.

Hace unos 15 años que Uruguay exporta esquiladores, y cada vez lo hace en una cantidad mayor. Sin embargo, este año participar de ese trabajo se vio particularmente complicado debido a las restricciones que trajo la pandemia del covid-19 (coronavirus).

Durante la semana pasada unos 300 esquiladores viajaron al Europa para trabajar en contrazafra (volverán en julio y agosto). 

“En España estamos muy agradecidos con que se hayan animado a venir a pesar de la situación que estamos viviendo. Han sido valientes y queremos agradecérselo. Si no venían los uruguayos este año íbamos a tener ovejas para esquilar hasta el día de navidad, te lo aseguro”, comentó.

Actualmente, la plantilla de trabajadores de Suárez está prácticamente compuesta por mano de obra oriental: son ocho españoles y 48 uruguayos.

En diálogo con El Observador contó que, en primer lugar, a los europeos les gusta trabajar con uruguayos porque “son muy buena gente”. Luego los eligen porque son trabajadores y responsables.

“Al cabo de estos 14 años habremos traído a más de 200 personas y nunca hemos tenido el más mínimo problema. Son trabajadores y bastante responsables. ¿Para qué vamos a buscar en otros países si nos va bastante bien con los uruguayos”, dijo.

Cuando llegó el coronavirus a España se cancelaron los vuelos y se cortaron los permisos. Por eso, las empresas contratistas se reunieron para pedir un permiso especial para que los trabajadores pudieran viajar a hacer la zafra.

“Nos dieron el ok, pero un mes y medio más tarde de lo habitual. Ahora estamos muy retrasados, pero el gran problema hubiera sido que no pudiesen entrar los uruguayos, eso sí habría sido una catástrofe”, aseguró.

Los visados y trámites

Los trámites que se hacen en España para importar mano de obra empiezan en noviembre, cuando se abre un llamado exclusivo para españoles en el cual se pregunta si hay interés en el trabajo. Como generalmente la respuesta es negativa, el gobierno otorga un visado para trabajar y vivir en España. Esos papeles se envían a Uruguay y aquí siguen los trámites.

En general, los contratos de trabajo son por tres meses. Se exige un certificado médico y un carné de aptitud física realizados por médicos uruguayos, con la autorización de la Embajada española. Esa documentación se envía a España y si todo está en orden, se otorga el contrato para viajar. 

Una vez que los uruguayos aterrizan en suelo español, el contratista los reparte en cuadrillas en relación al rebaño (majada) que van a hacer para que se pueda terminar en un día. Así, si hacen un rebaño de 1.000 cabezas se mandan cinco trabajadores; si el rebaño es de 500, van tres.

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Experiencias

Este es el quinto año que Damian Aldrovandi (31 años) viajó a España para trabajar en la zona de León. Actualmente son seis uruguayos en su cuadrilla.

El esquilador oriundo de Ortiz, Lavalleja, narró que la experiencia “es muy  buena” y que el trabajo les sirve porque el tiempo se aprovecha mejor, logrando esquilar una mayor cantidad de ovinos, lo que se traduce en una mejor paga. En dos meses trabajando en España se esquila unas seis veces más que en el mismo tiempo en Uruguay.

“Por ahí es de donde viene la ganancia, porque hacemos más ovejas en menos tiempo”, contó.

 Desde su punto de vista, España no tiene suficiente mano de obra para trabajar su majada. Es decir, en sus palabras, “hay mucha oveja y poco esquilador”.ç

 De hecho, contó que también viajan polacos y rumanos, aunque reconoció que a los españoles le gusta más trabajar con los uruguayos porque, entre otras cosas, hablan el mismo idioma.  

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Los pagos

Dependiendo de la empresa contratista varían los precios pagados a los esquiladores. Algunas brindan todos los servicios –pasajes, vivienda, comida y transporte­­­– y otras incluyen solo lo básico, como el alojamiento y el transporte local.  De esa forma los precios varían y pueden pagar € 0,68 (US$ 0,74) por oveja si incluye pasaje, comida o estadía, si no lo incluye puede llegar a € 1 (US$ 1,08) y hasta € 1,20 (US$ 1,30).

“El tema del dinero es mejor porque esquilamos más. Ganamos por oveja y cuantas más puedas hacer mejor”, agregó.

Esa es una de las principales razones por las que esta “changa” es clave para los esquiladores. Además, en Uruguay lo habitual era que fuera de la zafra los esquiladores consigan trabajos como peones, en algún caso con base en alguna habilidad como alambrar.

Pero quienes apuestan a viajar y trabajar todo el año esquilando acceden a un pago  superior, en casos el doble o más de lo que podrían obtener si se quedaran.

Teniendo en cuenta que este año trabajarán unos 60 días aproximadamente y quitando todos los gastos que puedan tener, los esquiladores pueden ahorrar unos US$ 10 mil.

Se estima que cada uno llega a esquilar de 10 mil a 12 mil ovejas en una zafra. Sin embargo, cuando hay menos traslados y donde las ovejas tienen menos volumen de vellón, los más capaces llegan a esquilar de 15 mil a 20 mil.

Si bien Aldrovandi no recuerda cual fue su récord, confesó que él es “de los que menos esquila”, pero que hay gente que ha llegado a hacer 400 ovejas por día. 

En su caso viajó con algunas herramientas propias, como tijeras y peines, pero eso también depende del tipo de contrato.

Muchas veces el tiempo no alcanza para hacer turismo, también porque los jóvenes van exclusivamente a trabajar y lo principal es aprovechar el tiempo al máximo. “Venimos a aprovechar lo más que podemos. No es que no nos dejen pasear, es que a nosotros nos sirve rendir. Es una zafra y hay que aprovecharla al máximo”, concluyó.

 

Características de la majada española

La majada española está compuesta por 15.500.000 ovinos. Eso es más del doble de lo que hay en Uruguay (6,4 millones, según los datos de Discose de junio de 2019). Las ovejas son de razas carniceras o lecheras, son animales grandes y, comúnmente, de poca lana.

Una contrazafra perfecta

Carlos Piovani, coordinador nacional de esquila del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), explicó que en años normales la contrazafra encaja muy bien: se van en marzo y vienen a fines de junio. Eso benefició a muchos jóvenes, que se capacitaron para aprovechar la oportunidad de ir a trabajar y conocer otro país. Esa realidad ambientó que en las escuelas de esquila se fuera formando un elevado número de esquiladores. 

También contó que a los españoles les gusta mucho contratar uruguayos, porque cumplen con requisitos fundamentales, como el buen comportamiento y el conocimiento sobre Tally Hi, una técnica de esquila que prioriza el bienestar animal y, a la vez, una mejor calidad en la obtención del vellón. A su vez, la técnica uruguaya es más amigable con el ovino, dado que no se lo ata. 

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