La coraza de Lacalle Pou y el peso del año 2024

Pese al escándalo del caso Astesiano, el presidente logró mantener una aprobación estable, similar a la de los dos primeros gobiernos del FA, pero eso no significa que el Partido Nacional corra con ventaja

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19 de noviembre de 2022 a las 05:02

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Las cuatro principales empresas de opinión pública divulgaron sus informes sobre la aprobación presidencial luego del caso Astesiano. Con algunos matices mínimos, la aprobación de Luis Lacalle Pou permanece estable y el escándalo que generó el hecho de que su custodio integrara una banda que falsificaba pasaportes no parece haberle hecho mella, por ahora. ¿Qué conclusiones pueden sacarse de las encuestas? 

Aprobación estable pese al caso Astesiano

Luego de conocerse los resultados de las principales encuestadoras, después de que trascendió el caso Astesiano y explotó la peor crisis del gobierno, es posible concluir que la aprobación del presidente se mantuvo estable. De todos modos, no hay que olvidarse de que la investigación recién comenzó y no se sabe qué derivaciones pueda tener.

La última consultora que dio a conocer su informe esta semana fue Opción, que mostró que el 44% aprueba la gestión, el 31% la desaprueba, y el 24% ni aprueba ni desaprueba. En tanto, 1% no sabe o no contesta. Respecto a la medición anterior de Opción (divulgada en Telenoche), se registró un aumento de 3 puntos en la aprobación y 3 en la desaprobación.

Como dijo el sociólogo Rafael Porzecanski al presentar la encuesta, en sentido figurado el caso Astesiano fue para el mandatario una anotación, pero no llegó a ser un antecedente en cuanto al daño causado en su imagen.

Equipos Consultores, en tanto, realizó la segunda consulta luego del caso Astesiano. Su director, Ignacio Zuasnabar, dijo en Subrayado, al presentar los datos, que en la anterior medición tres semanas atrás se veía que el episodio del custodio no había causado “una afectación significativa” y ahora la aprobación permanecía estable. Según la consultora, pasó del 49% al 47% (movimiento dentro del margen de error), mientras que la desaprobación se mueve al límite del margen de error, y pasó del 32% al 36%.

La medición de Cifra mostró una aprobación del 47% y una desaprobación del 42% en su encuesta divulgada el 1º de noviembre en Telemundo. Si se compara la evaluación actual del presidente con la de agosto, la aprobación cayó apenas 1 punto, pero la desaprobación aumentó 4 puntos.

Factum, por su parte, midió la confianza en el presidente, que es un concepto distinto a la aprobación, que pregunta sobre lo que hace bien o no hace bien un presidente. La confianza está centrada en la persona del mandatario. El estudio reveló que el 56% manifiesta poca o muy poca/nada de confianza, mientras que al 41% el presidente le inspira mucha o bastante confianza, según la encuesta difundida en VTV Noticias.

Conclusiones que dejan las encuestas

El presidente mantiene una coraza que le da cierta protección y permite concluir que no varió la simpatía que despierta en la opinión pública. Por eso conserva un saldo positivo en la aprobación de su gestión. 

Al respecto decía Opción en su informe que “el principal efecto del caso Astesiano sobre la opinión pública (preguntó específicamente  “a raíz del caso Astesiano su opinión sobre el presidente Lacalle Pou cambió en forma… ) habría sido el refuerzo de imagen negativa del oficialismo dentro del segmento de electores opositores más “duros”, sin generarse en cambio impactos negativos sobre los niveles de aprobación de gestión (que de hecho tuvo una leve suba) ni tampoco sobre los niveles de simpatía o antipatía hacia el presidente (que se mantuvieron estables)”.

La caída más fuerte en la aprobación de Lacalle Pou se registró a mitad de 2021, asociada al aumento de los combustibles, explicó Zuasnabar, y con respecto al momento actual señaló “mucha estabilidad” en la aprobación, que mantiene la brecha del saldo positivo.
Si se compara este momento de la gestión con la de anteriores presidentes, Lacalle mantiene niveles de aprobación similares a los de los dos primeros gobiernos del Frente Amplio. Aumentó la polarización. El país dividido en dos mitades se refleja en que aumentó la desaprobación del presidente entre quienes votaron al Frente Amplio. La última medición de Equipos mostró que 74% de los votantes del FA desaprueban la gestión, mientras que 8 de 10 de los que votaron a la coalición multicolor la aprueban. Cifra aportó que 1 de cada 10 votantes de la coalición critica la gestión de Lacalle Pou. Entre los frenteamplistas, poco más de 1 de cada 10 la aprueba.

También apunta Cifra que los juicios sobre la gestión del presidente son más positivos en el interior del país que en la capital. En Montevideo, “las opiniones están muy divididas, y una ligera mayoría desaprueba el desempeño de Lacalle Pou, mientras que en el interior los que aprueban superan en 10 puntos porcentuales a los que desaprueban”.

Esa percepción puede cambiar. Si bien es cierto que la aprobación se mantiene estable y no ha tenido grandes descensos, la situación puede cambiar si el caso Astesiano tiene nuevas derivaciones o si incluso se desatara otra crisis que afectara al gobierno.
La buena aprobación del presidente no le da ventaja al oficialismo, expresó el sociólogo Rafael Porzecanski, director de Opinión Pública de Opción. Consultado para esta columna, explicó que las últimas mediciones le dan una leve ventaja al Frente Amplio sobre los partidos de la coalición. En su opinión, influye la indefinición que todavía muestran las candidaturas del oficialismo. Más allá de la certeza de que el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, será candidato, el oficialismo todavía presenta muchas dudas, mientras que del otro lado aparecen dos candidatos fuertes, como son Carolina Cosse y Yamandú Orsi. 

En ese sentido, explicó que importa mucho en los votantes el último año de gestión: “Los indicadores que más importan son los del último año; 2024 para el humor electoral es un año fundamental”, dijo Porzecanski. 

Así, el gobierno de Lacalle Pou tendrá el peso de demostrar gestión y logros cuando todo el sistema político esté metido de lleno en la campaña para elegir al próximo presidente. 
 

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