Un estudio dirigido por expertos de la Universidad de Medicina de Ho Chi, en Vietnam, y de la Universidad de Adelaida, en Australia, confirmó que la congelación y posterior transferencia de embriones ofrece a parejas infértiles las mismas posibilidades de tener un hijo que el uso de embriones frescos en la reproducción asistida.
Los resultados de la investigación demostraron que las tasas de
embarazo y nacimientos de
bebés son similares en ambos casos. Para obtener dicha información, analizaron 800 casos de mujeres con problemas de
fertilidad no vinculados al Síndrome de Ovario Policístico (SOP), y fueron divididas en dos grupos.
Al primer grupo se le dio un ciclo de fecundación in vitro (FIV) en el que se transfirió embriones frescos. El segundo, recibió embriones congelados. Es decir, posteriormente se transfirieron los embriones descongelados sin el uso de los medicamentos vinculados al FIV.
Tras el primer ciclo de FIV, el embarazo continuo se produjo en un 36% de las mujeres del grupo con embriones congelados y en un 35% del de los embriones frescos.
Las tasas de nacimientos de bebés vivos tras la primera transferencia de embriones fue de 34% en el grupo de los embriones congelados y de 32% en el de embriones frescos.
Uno de los científicos australianos, Ben Mol, dijo que "investigaciones previas mostraron que las mujeres que padecían infertilidad debido al SOP tenían una tasa más alta de nacimientos vivos a través de embriones congelados en los procedimientos FIV, pero no había datos en el caso de pacientes sin SOP".
El investigador señaló que el estudio demuestra que en el caso de mujeres que no padecen SOP el uso de embriones congelados en los tratamientos de reproducción asistida no disminuyen sus posibilidades de tener un bebé.
"Tras la primera transferencia de embriones es posible congelar los restantes para transferirlos uno por uno de forma segura y efectiva", sostuvo Mol.
Por su parte, quien dirigió el estudio desde Vietnam -Lan N. Vuong- "la popularidad de técnicas de congelación de embriones crece en clínicas de fertilidad de todo el mundo".
El estudio, que fue publicado en la revista The New England Journal of Medicine, se basó específicamente en la técnica de congelación de embriones llamada Cryotech vitrification y sus resultados pueden no ser aplicables a otros métodos de congelación, según explicó Vuong.