La gran estafa

"¿No hay nadie ahí? ¿No hay nadie ahí? ¿Nadie?" Con esas desoladoras palabras acabó la paranoia radiofónica creada por Orson Welles, hace ya 70 años

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11 de abril de 2011 a las 18:59

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Antonio Martín Guirado, EFE. "¿No hay nadie ahí? ¿No hay nadie ahí? ¿Nadie?" Con esas desoladoras palabras acabó la paranoia radiofónica creada por Orson Welles, a partir de "La guerra de los mundos", la novela de H.G. Wells. Para entonces, pocos seguían escuchando. El miedo estaba en las calles.

Pasó a la historia como "la noche en la que llegaron los marcianos", una tarde de domingo previa a la noche de Halloween que provocó el terror de costa a costa, inundó de llamadas las comisarías de Policía e incluso provocó algún intento de suicidio.

La radio, en esa época, era la reina de las ondas. Millones de personas sintonizaron la CBS a las nueve de la noche en Nueva York, pero quienes no escucharon el mensaje inicial, en el que se aclaraba que lo que venía a continuación era la adaptación de la obra de H.G. Wells, vivieron una auténtica pesadilla.

Después llegó la supuesta muerte de 1.500 personas a causa del choque de un meteorito contra la Tierra, en realidad, el cilindro metálico en el que viajaban los marcianos.

Él y sus compañeros del Teatro Mercury lamentaron poco después que su fantasía hubiese provocado "algo de aprensión", pero ese hito lo convirtió en celebridad, lo catapultó a Hollywood y dio origen a su ópera prima, "Citizen Kane" (1941), citada a menudo como la mejor película de la historia.

Joseph McBride, autor de varios libros sobre Welles, sostuvo que la notoriedad que alcanzó la retransmisión de ese ataque ficticio intensificó el interés de Hollywood hacia el joven realizador, que ya había dejado su huella en los teatros de Broadway (Nueva York).

La carrera en EEUU de Welles prosiguió de forma irregular por diferencias con los estudios (sus filmes nunca fueron imán para la taquilla), pero creó joyas como las adaptaciones de William Shakespeare "Macbeth" (1948) y "Othello" (1952), y clásicos como "Touch of Evil" (1958).

Una carrera que se puede decir comenzó mañana hará 70 años. "Recuerden en los próximos días la terrible lección que han aprendido esta noche: (...) si su timbre suena y no hay nadie allí, no era ningún marciano, esto es Halloween". Así se despidió el genio.

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