El 6 de enero de 2022, Gorka Giralt, golero de Rayo Majadahonda, estaba frente a lo que prometía ser el partido de su vida. La Copa del Rey había puesto a su equipo ante el poderoso Atlético de Madrid, que dirigía el argentino Diego Simeone y que lideraba el histórico goleador uruguayo Luis Suárez.
Sin embargo, una jugada accidental que ocurrió a los 50 segundos del partido no solo lo marcó para siempre sino que estableció el principio y el final del sueño del golero de triunfar en el fútbol profesional.
En una historia de vida publicada por El Día Después en Movistar Plus+ en redes sociales muestra la impactante experiencia que sufrió el arquero, que en ese momento tenía 26 años.
El hecho ocurrió a partir de un centro en donde el golero dio rebote y en el intento por rechazar el balón y el delantero por rematar al arco, Suárez le pisó con su pie derecho la mano derecha del golero.
Así lo relató el exarquero: “Sabés que es el partido más importante de tu vida. Juegas contra un rival de Primera división, va a haber muchos focos, sabiendo la importancia que tenía para el futuro de mi carrera ese partido, y bueno… fueron 50 segundos. Fue la primera acción en la que tuve que intervenir del partido. Una falta. Decidí hacer un blocaje. El balón se me escapó para adelante. Reacciono rápido. Meto la mano. Luis (Suárez) intenta finalizar a gol, como todo delantero, con la mala fortuna que me pisa la articulación del segundo dedo y me la estalla en pedazo. Cuando me quité el guante y vi que no tenía la forma que debía tener un dedo normal, me asusté y no había mucho que hacer. La articulación estaba desecha. Eran llantos, llantos. No solo lágrimas”, explica Giralt.
Luego empezó el calvario que lo hizo pasar por los peores días de su vida.
“Las radiografías evidenciaban una fractura en estallido. Como si golpearas una nuez con un martillo. Estuve dos días llorando, despertando por la noche, pensando que era una pesadilla y sabiendo que podía ser el fin”.
En menos de un año fue sometido a tres operaciones con las intenciones de reconstruir el dedo.
Luego de todo ese proceso explicó que no quedó como para volver a competir en el fútbol.
“Lo intenté durante meses, pero llegó un momento en que mi cabeza decidió pasar página, aceptarlo y se acabó. Tu dedo no puede más”, explicó el protagonista de esta historia.
“Me han incapacitado para ser futbolista. El informe dice ‘mano catastrófica’”, agrega el exgoleador.
Confesó que le gustaría ser entrenador de goleros, y confía en que el fútbol todavía le puede “dar alegrías, no como protagonista, eso lo voy a echar de menos, pero al fin y al cabo fue lo que me he dedicado prácticamente en mi vida”.
Consultado acerca de qué piensa sobre Suárez, respondió: “La gente me dice ‘que mal Suárez’, ‘que malo’. No, malo no, estaba haciendo su trabajo como lo estaba haciendo yo. En ningún momento he pensado que es culpable de algo o que me debe algo. Para nada. Me pidió disculpas y me dijo que fue al balón, que no fue intencionado”.
Luego relató las sensaciones que vivió después de la lesión que le provocó el uruguayo y qué pensó hacer con la camiseta que le obsequió el Pistolero.
“Antes del partido tenía en mente pedirle la camiseta a Luis por el hecho de que mi mujer es uruguaya, y durante los primeros meses es verdad que pensé en destruirla por el dolor que me estaba causando. Ahora la miro y me recuerda que he estado ahí. Para mí es un logro haber podido competir contra él. Veo la camiseta y es sentirme orgulloso de donde he llegado”.
Mirá aquí la historia completa:
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