La importancia de tener un mejor amigo en la oficina

Tener un gran amigo en el trabajo es una experiencia impactante

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25 de abril de 2019 a las 14:31

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Isabel Berwick

Mi mejor amiga dejó el Financial Times hace unas semanas. Quería irse y había dado aviso y todos esperábamos su partida. Sin embargo fue un duro golpe. Ella estaba emocionada por la perspectiva de explorar nuevos horizontes. En cambio yo me estaba quedando atrás. Y estaba muy triste.

Mi familia se sorprendió ante tal angustia. Normalmente no expreso grandes emociones. “¿Tienes 14 años? Olvídalo", fue la evaluación crítica de mi hija.

Pero era difícil "olvidarlo". Después de 17 años, tenía que encontrar una manera de estar en el trabajo sin mi amiga. Yo conocí a Sarah cuando apenas había comenzado a trabajar en el FT y formamos una amistad rápidamente. Nuestra amistad creció mientras trabajábamos en el mismo equipo, durante nuestros almuerzos posteriores cuando las dos seguíamos avanzando en nuestras carreras y cuando nos veíamos fuera del trabajo. A lo largo de los años, nuestra conversación se desarrolló sin interrupciones entre el trabajo y el hogar, un diálogo constante y sin esfuerzo.

Aunque mi angustia era vergonzosa para mis hijos adolescentes, yo sentí que esa emoción era una prueba de que la experiencia de tener un mejor amigo en el trabajo era poderosa y significativa. Y tenía razón. Cuando los encuestadores Gallup encuestaron a 15 millones de empleados en todo el mundo en 2010, solamente 30 por ciento de las personas reportaron tener un mejor amigo en el trabajo.

Y ‘mejor amigo’ es un concepto muy específico. Los hallazgos de Gallup sugirieron que "tener un mejor amigo en el trabajo era un indicador más poderoso de buenos resultados en el trabajo que simplemente tener un 'amigo' o incluso un 'buen amigo'". El grupo de ‘mejores amigos’ producía un trabajo de mayor calidad y estaba mucho más comprometido con su trabajo que otros empleados.

Disfruto de mi trabajo y no creo que mi productividad ni mi compromiso van a sufrir debido a la partida de Sarah. Además, tengo otros amigos en la oficina, incluyendo algunos "buenos amigos". Pero el mundo de las relaciones laborales es un ecosistema diverso y frágil que va más allá de simplemente marcar a las personas como colegas, amigos (de cualquier nivel), acosadores, irritantes, etc.

También hay un tipo de encuentro laboral único y particular que valoro de manera especial. Nuestra ex colega del FT, Lucy Kellaway, usaba el término “cónyuge de oficina” para describir este fenómeno, una amistad cercana -sin tensión- entre hombres y mujeres que tienen su trabajo en común.

Sólo he tenido un cónyuge de oficina en el FT: un colega inteligente y amable con quien trabajé estrechamente durante varios años. Él hizo que un tiempo difícil fuera mucho más soportable. Pero una vez lo presenté como "mi amigo", y él me corrigió, rápidamente, con "colega". Pero en mi mente, primero fuimos amigos y luego colegas.

En retrospectiva, yo necesitaba su amistad mucho más de lo que él necesitaba la mía. La experiencia de la camaradería en el lugar de trabajo es una de las razones por las que muchas madres permanecen en trabajos corporativos, a pesar del costo del cuidado infantil y de los niveles de estrés. Nos permite interactuar simplemente como adultos, con todo tipo de personas. En ese momento, más allá de mi marido y de nuestro círculo inmediato, apenas entraba en contacto con otros hombres. La maternidad había eliminado mi vida social.

Mi ex cónyuge de oficina y yo ahora trabajamos en diferentes departamentos. Rara vez nos vemos, pero cuando almorzamos, continuamos nuestra relación sin interrupciones. No hay vacíos incómodos en la conversación. Yo creo que esto es un testimonio de una amistad duradera.

Hacer nuevas amistades es más difícil cuando eres adulto. Las arenas movedizas de la dinámica del trabajo aseguran que pocas amistades que comienzan en escritorios adyacentes puedan sobrevivir el final de esa proximidad. Cuando las personas asumen nuevos roles, depender de los chismes de la oficina no es suficiente para mantener una amistad.

A veces, hay rupturas incluso antes de que la gente cambie de trabajo. Un día al comienzo de mi carrera en una publicación comercial, los reporteros llegaron a trabajar y descubrieron que alguien había cambiado la ubicación de todos los escritorios en la oficina. Aparentemente, dos periodistas -que habían estado en una relación- se habían peleado y el editor había separado sus escritorios. La ubicación de los demás escritorios había sido alterada para acomodar el cambio.

Han pasado casi dos meses desde que se fue Sarah. "Al menos tu mejor amiga no volvió a Nueva Zelanda", dijo mi esposo, quien todavía extraña a su ex colega, años después de su partida de Londres. "Puedes seguir viéndola".

Esto es verdad. Ya tengo las fechas de las siguientes cenas en mi diario. Al menos ya no tendremos que vernos durante almuerzos apresurados. Tal vez esta situación tenga aspectos positivos después de todo.

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