La importancia electoral del derecho al aborto en los Estados Unidos

El derecho al aborto quedó consolidado por Roe v. Wade, un caso histórico decidido por la Suprema Corte en 1973. Este caso determinó que leyes estatales que criminalizaban el aborto violaban el derecho a la privacidad que la constitución confiere a las mujeres. En ese mismo fallo, la Suprema Corte también declaró inconstitucionales restricciones excesivas que varios estados imponían al aborto.

Bajo el sistema anglosajón, una decisión como Roe v. Wade tiene fuerza de ley y solo puede ser revocada por la propia Suprema Corte, o por el Congreso con mayorías especiales. Dado que esas mayorías son prácticamente imposibles de alcanzar, los intentos de revocar Roe v. Wade se han hecho, a través del tiempo, directamente frente a la Suprema Corte. Hasta ahora todos fallaron. Dobbs v. Jackson puede finalmente lograr esa revocación debido a dos cambios importantes en la composición de la Suprema Corte.

En primer lugar, Anthony Kennedy fue reemplazado por Brett Kavanaugh en 2018. Hasta ese momento, por más que la corte tenía un perfil conservador ya que estaba integrada por cinco ministros nombrados por presidentes republicanos y cuatro por demócratas, Roe v. Wade sobrevivió porque Kennedy votó con la minoría en casos que pudieran haberlo revocado o limitado su alcance.

En el proceso de confirmación en el Senado, Kavanaugh mostró que su perspectiva con respecto al aborto será más restrictiva que la de Kennedy. Esto no es sorprendente ya que Kavanaugh fue seleccionado por Donald Trump quien, en uno de los debates durante la campaña electoral, aseguró que durante su presidencia Roe v. Wade sería “automáticamente revocado”.

Segundo, y aun más importante, Ruth Bader Ginsburg, ícono liberal que ingresó a la Suprema Corte en 1993, falleció en setiembre del 2020 a escasos dos meses de las elecciones. Esto le dio a Trump la oportunidad de nombrar en su reemplazo a Amy Coney Barrett, una integrante del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito, que era la candidata favorita del movimiento contra el derecho al aborto. Durante su proceso de confirmación, Barrett fue cuestionada fuertemente por senadores demócratas que asumían que su catolicismo la posicionaba claramente en contra de los preceptos de Roe v. Wade. 

Con la incorporación de Barrett, la Suprema Corte, ahora con seis miembros designados por presidentes republicanos contra solo tres por demócratas, adquirió un perfil mucho más conservador que el que tuvo hasta el retiro de Kennedy. En esta situación era solo una cuestión de tiempo hasta que surgiera la oportunidad para revocar Roe v. Wade. Esta oportunidad  quedó cristalizada en el momento que la Suprema Corte aceptó tratar Dobbs v. Jackson.

Este caso, que concierne a una ley adoptada en el estado de Mississippi que prohíbe abortos después de la décimoquinta semana, se empezará considerar en octubre de este año y se anticipa que la Suprema Corte emitirá su decisión alrededor de junio o julio del año entrante. Para entonces las campañas electorales para las elecciones parlamentarias ya estarán en plena marcha. Las elecciones internas (“primaries”) se llevarán a cabo, según el estado, entre junio y setiembre. Las elecciones finales serán el 8 de noviembre.

En la actualidad los demócratas cuentan con una mínima mayoría en el Congreso. En el Senado, hay 48 senadores demócratas, dos independientes que votan con los demócratas y 50 republicanos. Los demócratas obtienen la mayoría con el voto de la Vice Presidenta, Kamala Harris. En las elecciones del 2022, 34 senadores deberán presentarse a reelección. En la Cámara Baja, donde los demócratas cuentan con una mayoría de solo ocho diputados, todos sus 435 miembros deberán presentarse. 

Históricamente el partido que está en el poder pierde bancas en las elecciones de mitad de período. En el caso de las del 2022, el impacto de una decisión que revoque o limite significativamente Roe v. Wade es difícil de evaluar. Por un lado, el tema del aborto tradicionalmente ha incitado más a los votantes conservadores a ir a las urnas que a los liberales. Esto obviamente puede favorecer a los candidatos republicanos. Por otro lado, puede galvanizar el voto femenino, que entre un 60 y un 70 por ciento apoya Roe v. Wade, lo que favorecería a los demócratas. 

Se anticipa que como consecuencia de Dobbs v. Jackson, por lo menos 22 estados revocarán o limitarán significativamente el derecho al aborto. Esto acentuará la polarización que ya aqueja al país. 

En este clima, la posición de muchos legisladores, sobre todo la de aquellos con riesgo a perder sus bancas, será minuciosamente analizada por los medios durante las primarias y las elecciones del próximo año. Seguramente se resaltarán contorsiones que deban hacer para reconciliar convicciones personales con conveniencias políticas. Trump apoyaba Roe v. Wade hasta que comenzó su campaña presidencial en el Partido Republicano.

Nota: Nicasio del Castillo es contador uruguayo. Completó el International Tax Program en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard y ejerció su profesión desde Nueva York.