La temperatura no para de aumentar: tierra, océanos y ríos de todo el mundo baten día a día los récords y, ahora, se están acercando a batir el nivel más alto que pueden soportar los humanos y los animales. China llegó casi a los 52°C. El lugar considerado más caliente del mundo, el californiano Valle de la Muerte, alcanzó los 53,3°C. En Darnius y Navata, en Catalunia, la marca fue de 45,1°C.
Pero este domingo, la marca registrada en el observatorio meteorológico ubicado en el Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico, en Irán, encendió la alerta máxima: 66,7°C, lo que supera la capacidad del cuerpo humano para regular su temperatura interna.
Colin McCarthy, de la aplicación meteorológica MyRadar, indicó a los medios que se llegó a ese récord por una combinación de temperatura extremadamente alta y humedad atmosférica abundante, “condiciones intolerables para la vida humana y animal”.
Se acerca el punto álgido del verano en el hemisferio norte y la ola de calor bate récords diarios poniendo a prueba los límites de la supervivencia y mostrando de manera indubitable que la aceleración del calentamiento global ya no es un pronóstico a corto plazo sino algo que está golpeando con consecuencias desastrosas.
Un artículo del periódico The Washington Post señala que “sin la ayuda del aire acondicionado, los ventiladores o la sombra, el cuerpo sólo cuenta con su propio sistema de refrigeración para soportar el calor. Parte del calor corporal puede escapar por convección y radiación, aunque eso sólo es eficaz si la temperatura del aire es inferior a la corporal. De lo contrario, la sudoración es la única forma de refrescarse, transfiriendo el calor del cuerpo al aire al pasar de líquido a vapor”.
El cuerpo humano pierde la capacidad de enfriarse mediante el sudor al pasar los 35°C. Un estudio publicado el año pasado estima que los sistemas de refrigeración del cuerpo luchan a una temperatura global aún más baja incluso, cercana a los 31°C.
De modo que los 66,7°C registrados en Irán pasan, con creces, todos los límites.
Larry Kenney, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, dice que “la sudoración sólo es eficaz para enfriar el cuerpo si se evapora. El sudor que se acumula en la piel o gotea representa deshidratación, sin ningún efecto refrescante. La exposición a tanto calor y humedad puede sobrecargar el corazón y hacer que la temperatura corporal aumente sin cesar”.
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