Lacalle Pou tejió el fin de semana la alianza para un “gobierno multicolor”

El candidato blanco, Luis Lacalle Pou, repite en cada uno de sus actos que para hacer política aplica el método. Y como parte de su método, para negociar, el nacionalista vuelve a recurrir a una estrategia de tejer alianzas y buscar acuerdos en las horas muertas que la veda electoral le imponen a los presidenciables antes de cada elección.

En 2014, para pelear el balotaje con Tabaré Vázquez, Lacalle Pou se reunió el sábado 25 de octubre con los líderes colorados Pedro Bordaberry, Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle. 

Lo mismo hizo el fin de semana de las internas de este año, cuando convocó a sus rivales Jorge Larrañaga y Juan Sartori para manifestarles que en caso de tener un amplio margen de ventaja su candidata a vicepresidenta sería Beatriz Argimón. Y así fue. 

Y lo mismo hizo este sábado, en la previa de un escenario de casi seguro balotaje para los presentes comicios. Según comentaron a El Observador allegados al candidato, Lacalle Pou mantuvo un contacto “largo y tendido” este con el candidato colorado, Ernesto Talvi. Otras fuentes políticas señalaron que la comunicación fue con todos los líderes de los partidos que el candidato nacionalista busca encerrar dentro de lo que denomina “un gobierno multicolor”.Consultado por este encuentro, el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo que no iba a hablar sobre eso.

En tanto, fuentes del Partido Colorado dijeron a El Observador que en un eventual gobierno de coalición la cancillería sería un ministerio que iría para esa colectividad, y que particularmente existe un interés en que Ernesto Talvi asuma esa responsabilidad. 

“El mensaje de hoy es el de una alternancia plural”, dijo Luis Lacalle Pou en la noche de este domingo ante militantes blancos que esperaban su palabra sobre la calle bulevar Artigas, en un público que luego de los primeros resultados además de las tradicionales insignias nacionalistas también tuvo banderas del Partido Colorado y de Cabildo Abierto.

El candidato blanco midió sus palabras y reiteró los conceptos manejados en la campaña como señales para sus aliados. Otra vez, se quiso mostrar presidente, y dijo que la responsabilidad la asumirá toda sobre sus hombros. “No hay lugar para no hacerse cargo”, dijo.
Al cierre de esta edición, el Frente Amplio lideraba la votación con un 40,1%, el Partido Nacional 30,1%, el Partido Colorado 13,2% y Cabildo Abierto 11 %, según la proyección ponderada del escrutinio.

“Quiero agradecer especialmente la intención de avanzar en un gobierno multicolor a Ernesto Talvi y el Partido Colorado, a Guido Manini y Cabildo Abierto, a Edgardo Novick y el Partido de la Gente y a Pablo Mieres y el Partido Independiente”, también reafirmó el nacionalista, que avisora “tierra fértil” para los acuerdos.

Talvi, Manini Ríos, Novick y Mieres devolvieron el gesto y en sus discursos en la noche del domingo dijeron que apoyarán a Lacalle Pou de cara al balotaje ante el frenteamplista Daniel Martínez. 

El candidato colorado fue incluso más allá. “Haremos campaña por su candidatura con la misma energía y entusiasmo que el Partido Nacional hizo campaña por el doctor Jorge Batlle”, sostuvo.Cuando Talvi dijo eso, los militantes blancos volvieron a festejar. 
En el camino hacia la segunda vuelta, los blancos también inician un giro discursivo en su slogan. Del “es ahora” pasan al “ahora sí”, una consigna que fue presentada este domingo por Argimón.

Al igual que a lo largo de todos estos meses de campaña, Lacalle Pou pidió que “el uruguayo sea un  gran controlador de sus gobernantes. “Los pueblos no pueden perder la capacidad de indignarse. A los gobernantes nos tienen que incomodar, nos tienen que empujar”, les dijo a los cientos de militantes que se acercaron a la sede de bulevar Artigas a escuchar a la fórmula. 

El candidato quiso hablarle a todos los votantes, sin importar el color de su voto y aseguró que “hay muchas verdades y que que respetarlas”. 

Del hermetismo al festejo

Nerviosismo, hermetismo producto de la tensión e incertidumbre, aunque siempre intentando mantener la calma. Los últimos minutos antes de que se supieran los resultados se vivían de esa manera en la sede de la fórmula blanca hasta que las pantallas de los televisores colocados en todo el local cambiaron el ambiente. “Viva el Partido Nacional”, gritaron al unísono dirigentes y militantes. Los datos primarios confirmaron que habrá segunda vuelta y que el Partido Nacional logró cerca de 30% frente a casi 40% del Frente Amplio.

Los abrazos se multiplicaban entre los integrantes del equipo técnico, candidatos al Parlamento, el jefe de campaña, Nicolás Martínez y el de comunicación, Roberto Lafluf. La emoción los invadió a todos. Apenas conocidos los resultados, el grito de festejo duró poco. Lacalle Pou pidió prudencia y calma a su equipo porque todavía faltaba mucho. 

El apoyo explícito del candidato ErnestoTalvi sobre las 21.15 generó de nuevo una explosión de alegría. “Uno de los dos va a ser presidente de la República y yo espero que sea el doctor Lacalle Pou”, dijo y los blancos le agradecieron a la distancia. Lacalle Pou escuchaba al colorado abrazado a uno de sus hijos.

El candidato seguía recluido con los dirigentes y técnicos de confianza y su familia a la espera de que todos los demás candidatos dieran sus discursos. Quería escuchar el apoyo de los demás antes de hablarle a su gente. 

A Lacalle Pou se le empezaban a alinear los planetas. La eventual coalición con la que insistió durante toda la campaña empezaba a tomar forma. Los blancos celebraban que el sueño de su líder tenía al menos un pie en la realidad. 

Durante sus últimos días, el candidato nacionalista tuvo claro que no le interesaban los saludos personales de los demás candidatos de la oposición sino el apoyo público. Así sucedió. 

El candidato por el Partido Independiente, Pablo Mieres, también anunció públicamente que apoyará a Lacalle Pou para la segunda vuelta. “La junta federal tiene que ratificar. Estamos convencidos de que será así”, dijo Mieres a Telenoche. 

Cuando los canales de televisión lo mostraron al candidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, Lacalle Pou y su equipo más íntimo seguían frente al televisor. El apoyo al Partido Nacional fue, de nuevo, explícito, y otro planeta se le alineó a los blancos. En el despacho desde donde la mesa chica del candidato nacionalista miraba su discurso hubo festejo. Los militantes, en tanto, no dudaron en cantar: “Se siente, se siente, Lacalle presidente”. 

El candidato nacionalista cerró su jornada como en todos sus actos: se tiró del escenario, se perdió entre los militantes y se sacó incontables fotos. Su noche terminó como se la imaginaba. Con un porcentaje de votación que le deja margen para negociar y pensar en un balotaje victorioso y con la tranquilidad de que recorrió un camino en estos meses, en los que levantó los programas de gobierno de otros partidos y en el que sus eventuales socios estuvieron presentes.