AFP

Las mujeres al poder

Tammie Jo Shults, la mujer que hizo una excelente labor al mando del avión accidentado

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20 de abril de 2018 a las 05:00

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Tammie Jo Shults tiene 56 años, cree en Dios y los domingos va a misa. Las 148 personas que viajaban a bordo del avión de Southwest Airlines al que le explotó una turbina en pleno vuelo el martes de mañana, la consideran intermediaria de un milagro divino.

Al mando de los controles de un Boeing 737-700, Shults no solo realizó un trabajo excelente logrando aterrizar el avión averiado, sino que además, durante el tiempo transcurrido entre que la turbina explotó y el aterrizaje en Filadelfia, exhibió una pasmosa tranquilidad.

Si bien cree en Dios, Shults no considera que haya sido intermediaria de un milagro. Solamente hizo su trabajo, para el cual está entrenada como los mejores, con años y años de experiencia en la aeronáutica comercial y militar.

En Estados Unidos son mayoría quienes consideran que los mejores pilotos del mundo son aquellos que sirvieron en la fuerza naval de ese país. Shults, expiloto militar acostumbrada a aterrizar aviones en las pistas cortas de los portaviones en condiciones climáticas adversas, demostró tener nervios de acero, tal como lo documenta la conversación que tuvo con la torre de control para informar sobre lo ocurrido al avión.

Su voz en ningún momento denota nerviosismo y, por el contrario, da la impresión de estar comunicando una información de rutina, como si tuviera la certeza de que estaba entrenada para hacer un trabajo, y lo haría. Es de esperar que la ejemplar labor realizada por la experimentada piloto ayude en grande a avanzar la causa de las mujeres por obtener la igualdad laboral –mismos derechos, misma compensación– algo que, aunque parezca mentira, todavía no se ha conseguido obtener en infinidad de países.

Además, ayudará en gran forma para ir terminando de una vez por todas con el nocivo prejuicio según el cual habría profesiones para las cuales las mujeres no están preparadas para triunfar. Mientras que las azafatas lloraban por temor a lo peor, Shults y su copiloto, Darren Ellisor (exmilitar también), siguieron al pie de la letra el manual de coordenadas a seguir en casos de emergencia como el ocurrido el martes.

En base a conocimiento y experiencia convirtieron a una muy probable tragedia en un milagro de la condición humana.
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