Las señales de reactivación económica de cara al segundo semestre

Señales positivas

El Índice Líder de Ceres tuvo su cuarta suba consecutiva en julio y confirmó que la economía se encuentra en una fase de recuperación, luego de la interrupción sufrida en los primeros meses del año a causa del deterioro sanitario. De acuerdo con el centro de estudios, la recuperación en julio fue generalizada, en línea con la caída de los contagios y el avance del plan de vacunación que permitieron aumentar la movilidad y recuperar actividades previamente restringidas.

En junio, la tasa de empleo alcanzó su máximo desde el comienzo de la pandemia y cerca de 1.614.000 personas se encontraban empleadas, 28.000 más que en el mes de mayo. A su vez, los ocupados ausentes que se encontraban en seguro de paro o suspensión de actividades por la pandemia cayeron de 56.000 a 46.000. El número de ocupados “presentes”, que excluye a los anteriores, creció en 38.000 y se ubicó en el mismo nivel de enero y febrero, previo al deterioro de la situación sanitaria de marzo.

La tasa de desempleo, aún incidida por un menor número de personas que buscan empleo (los inactivos no se consideran desocupados), se redujo a 9,4%. Unas 168.000 personas se encontraban desocupadas en junio, el mínimo desde el inicio de la pandemia. A su vez, el número de beneficiarios del subsidio por desempleo del BPS cayó por primera vez desde marzo y se ubicó en 77.000. De ellos, casi 29.000 correspondían a la modalidad de seguro de paro parcial o flexible, por lo que los beneficiarios en seguro de paro total (48.000) se ubicaron en torno al nivel pre-pandemia (45.600). Si bien resta que los próximos meses confirmen la tendencia, el dato del mercado laboral del mes de junio fue probablemente el más optimista desde el comienzo de la pandemia y abre la puerta a una recuperación del empleo algo más rápida de lo previsto.

La recaudación total de la DGI, fuertemente vinculada con el nivel de actividad económica, continúa mostrando signos auspiciosos y durante el segundo trimestre del año creció un 14% interanual, ubicándose un 2% por encima del nivel pre-pandemia. Por su parte, en junio la recaudación de IVA -vinculada al consumo- se ubicó un 4% por encima del nivel de febrero 2020. En el año móvil cerrado en junio, la recaudación real creció un 3%, incidida por incrementos en IMESI (11%), IVA (4%) e IRAE (3%) mientras que IRPF cae 0,5%.

A su vez, las importaciones continúan reflejando el fuerte dinamismo de la inversión, influenciada naturalmente por la construcción de la tercera planta de celulosa y del ferrocarril central. En el año móvil finalizado en junio de 2021, las importaciones de bienes de capital privado e intermedios se ubicaron un 17% y un 9% respectivamente por encima del nivel pre-pandemia. En la misma línea, aunque a menor ritmo, las importaciones de bienes de consumo continúan recuperándose y arrastran un crecimiento en el último año móvil de 5%, mientras que, en el primer semestre, las ventas de automóviles 0 km crecieron un 85% en relación al mismo período de 2020.

Por otra parte, las ventas de nafta mostraron una fuerte recuperación en julio, creciendo un 13% frente a junio y ubicándose 8% por encima del nivel prepandemia. Hasta ahora, se trata del mejor dato mensual de ventas de nafta desde que comenzó la pandemia e indicaría que durante julio la recuperación de la actividad económica se habría acentuado. En la misma línea, las ventas de gasoil, más vinculadas al sector productivo, continuaron creciendo y durante julio se ubicaron un 22% por encima del nivel de febrero 2020. Ello no es una novedad considerando el desempeño récord que vienen mostrando las exportaciones de bienes. Durante julio, se exportaron más de US$ 1.000 millones y en los primeros siete meses del año el valor de los bienes exportados creció un 37%. 

En este contexto, hemos elevado nuestra proyección de crecimiento del PIB para 2021 a 2,85% (+0,3%) ante un escenario levemente más optimista para el mercado interno, en particular para el comercio y los servicios, derivado del progresivo levantamiento de las restricciones sanitarias. En 2022, el PIB crecería un 2,9% (+0,1%) y se ubicaría un 0,4% por debajo del nivel de 2019.

Si bien el escenario económico es algo más optimista, la incertidumbre vinculada a la situación sanitaria persiste y constituye el principal riesgo al escenario base planteado anteriormente. A su vez, existe todavía un alto grado de incertidumbre en torno a la próxima temporada turística. Si bien es un hecho que será ampliamente mejor que la de 2020, la compleja situación económica de Argentina, la fuerte desventaja cambiaria y la incertidumbre ante las elecciones legislativas del mes de noviembre no nos favorece.

La recuperación económica de nuestro vecino se detuvo a partir de febrero y en mayo la actividad cayó un 2% adicional. La implementación de un plan económico consistente con el objetivo de renegociar la deuda con el FMI parece haber quedado para el próximo año, luego de las elecciones, y ello ha profundizado el deterioro del peso argentino, cuyo valor en el mercado informal volvió a superar los 180 pesos argentinos. 

Soy Nicolás Cichevski, columnista de El Observador y gerente del área de consultoría económica en Grant Thornton. Hasta aquí esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones. Me podés escribir aquí por comentarios u sugerencias.