Luis Suárez: la amistad que forjó el plantel en Sudáfrica y el presentimiento que tuvo en el penal de Ghana

La estrella del Barcelona rememoró el torneo 10 años después y contó detalles poco conocidos, por ejemplo, cómo fue la caminata al vestuario luego de la roja ante los africanos tras su famosa mano

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20 de junio de 2020 a las 05:01

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¿Cuál es la visión que tiene del Mundial de Sudáfrica, 10 años después?

El primer recuerdo que tengo es el nerviosismo de jugar un Mundial. Se me estaba cumpliendo el sueño de poder jugarlo, defender a mi selección. La sensación del nerviosismo nervio previo al debut es increíble, querés que salgan todas las cosas bien, vas a representar a un país que es muy futbolero y eso para uno significa muchísimo. Significa todo, tener que jugar un Mundial representando al país que tanto le cuesta todo y poder hacerlo de la forma en que llegamos, siendo los últimos clasificados, teniendo en cuenta lo importante que significa, tener ese prestigio de defender la camiseta del país y tratar de dejar una linda huella. Es mucho.

¿Deportiva y personalmente, qué rescata de aquella Copa del Mundo?

Deportivamente dejó muchísima cosa. Primero, como grupo, rendimos a un nivel máximo. Creo que la virtud del entrenador estuvo en que les sacó el máximo rendimiento a los jugadores y eso fue espectacular. Tener tres compañeros en el 11 ideal del Mundial, tener al mejor jugador del Mundial como lo fue Diego (Forlán), eso para nosotros como grupo fue un orgullo y una demostración de que deportivamente estuvimos a la altura de lo que era un Mundial. Siempre con la humildad que llegó Uruguay al torneo. Y personalmente dejó miles de cosas espectaculares. Primero vivir esa experiencia de poder jugarlo, de hacer un grupo de amigos que se creó en esa generación, porque fue espectacular el compañerismo, el compromiso que había, las ganas que teníamos los 23 de apoyarnos uno al otro a pesar de que alguno tuviera más o menos minutos. Siempre el compromiso fue máximo y eso fue una demostración más de que como seres humanos formamos tremendo grupo. Eso influyó muchísimo en los resultados de ese Mundial y después en la Copa América 2011.

¿Siente que fue un antes y un después para el fútbol uruguayo?

Creo que para el uruguayo y para el fútbol uruguayo, lo lindo de ese Mundial fue volver a ganarse un respeto que capaz que se estaba perdiendo de a poquito. Fue un golpe anímico para que al fútbol uruguayo se lo volviera a mirar como siempre se lo miró, por la calidad de sus jugadores, por lo luchadores, por la humildad y el compañerismo que siempre hubo. Fue un golpe anímico muy bueno para el fútbol uruguayo, para volver a estar ahí y que el mundo hablara de los grandes jugadores que tiene Uruguay.

¿Cree que ese golpe anímico también repercutió en el ámbito local del fútbol?

Creo que no fue un hito importante solo para la selección, fue muy importante para el fútbol uruguayo, que mucha gente volviera a estar pendiente de lo que es el jugador uruguayo. A eso no hay que restarle importancia porque creo que influyó mucho; económicamente tapó algunas carencias que se estaban sufriendo, ayudó mucho dejar una buena imagen en ese Mundial.

¿Con qué objetivo fueron a Sudáfrica después de la dificultad que significó clasificarse?

Está clarísimo que el primer objetivo que llevamos fue dar una buena imagen; segundo, intentar dar lo mejor de nosotros para poder avanzar de fase en el grupo más difícil del Mundial, porque estaba el local, estaba Francia y estaba México, el mejor equipo de Centroamérica; imaginate las dificultades que teníamos a la hora de enfrentarlos en la serie. En los números, las estadísticas marcaban que Uruguay iba a terminar tercero o cuarto, terminamos primeros y eso fue algo increíble, de lo que nos sentíamos muy orgullosos por haber pasado una serie muy difícil en el primer lugar y dejando muy buenas sensaciones.

¿Les afectaba que en la prensa se hablara del sucesor de Tabárez antes del Mundial, dando a entender que no le iba a ir bien?

No, para nada nos afectó que se hablara que iba a ver un sucesor del Maestro. El jugador de fútbol siempre trata de restarle importancia a lo que hable la prensa. Por supuesto que siempre es lindo saber y estar informado cuál es la opinión pública, pero en este caso tratábamos de estar alejados y 100% concentrado en representar a nuestro país en el Mundial.

¿El descreimiento general no les afectaba como grupo?

Nosotros tratamos de restarle mucha importancia y focalizarnos en jugar el Mundial que es algo único. Después, como grupo, para mí fue uno de los más lindos que me tocó convivir en un torneo así, por la cantidad de amigos que hice, por las familias que nos hicimos, por el compromiso que teníamos, era espectacular. Jamás me voy a olvidar la felicidad que sentíamos cada uno, cuando a un compañero le iba bien, el esfuerzo que hacía cada jugador. Fueron pequeños detalles que nos unieron. Cuando entrenaban los que no jugaban, lo hacían con un compromiso y un esfuerzo… mirá que es complicado entrenar cuando no jugás, porque estás caliente, es frustrante cuando el entrenador no te tiene en cuenta, y el compromiso que tenían los compañeros que no jugaban mucho contagiaba a la hora de entrenar, el esfuerzo, era espectacular y unía mucho más.

¿Cómo fue el debut contra Francia, nada menos que finalista del Mundial anterior?

El nerviosismo que tenía antes del partido era increíble. Pensar el día anterior: 'voy a debutar por mi país, voy a tener la posibilidad de jugar un Mundial, algo que siempre soñé'. ¡Así le va también a uno cuando está nervioso!, no rinde de la forma que desea y en ese partido la espina que me quedó fue rendir mejor.

¿Qué recuerda de sus primeros tres goles mundiales, uno contra México y dos frente a Corea del Sur?

El gol contra México jamás me lo voy a olvidar, fue algo tremendo. Veníamos en una buena dinámica como grupo, de ganarle a Sudáfrica, teníamos que competir contra México por el primer lugar y la verdad que poder hacer ese gol, para ganar... Los de Corea son inolvidables y marcaron mi carrera; el segundo por las circunstancias del partido, por cómo se estaba dando, porque, aunque no parezca era un rival muy duro, muy complicado, corrían muchísimo y eran muy buenos técnicamente. Eso lo sufrimos, pero tuvimos la suerte de ganar. Hacer el 2-1 con la lluvia, saltar ahí, abrazarme con mis compañeros, dedicárselo a mi mujer que estaba embarazada sufriendo desde España, y a medida que íbamos avanzando ella sufría más porque cada vez quedaba menos para que naciera nuestra primera hija y yo muriéndome de los nervios jugando los partidos, así que imagínate lo importante que fueron esos goles.

Con el recorrido que tiene ahora, ¿porqué piensa que en parte de Europa y en África tomaron a mal la mano contra Ghana?

No sé porque se tomó de la forma que se tomó, tal vez por cómo se dio el partido partido, hacerlo en el último minuto y dejar afuera a un país africano, del continente que organizaba el Mundial, creo que eso influyó un poco. Pero tengo la consciencia muy tranquila de que hice lo que tenía que hacer en ese momento porque hice lo que sentí, tratar de evitar un gol con la mano. Aparte de tener la pena por el penal y la expulsión, no lastimé a nadie, no herí a ningún rival y solo traté de evitar un gol y de que mi selección tuviera otra posibilidad, porque el penal no lo pateaba yo, no lo erré yo y no estaba en mis manos. Tuvimos suerte de que el jugador de Ghana lo erró y nada más, porque si él lo hubiese marcado, no se hubiese hablado tanto y por eso estoy muy tranquilo.

¿Cuáles eran las sensaciones cuando caminaba hacia el túnel, expulsado, y después cuándo se enteró de la definición de esa jugada?

Sinceramente, no pensaba tanto en la mano ni en la tarjeta roja, pensaba en que estábamos eliminados del Mundial. ¡Qué increíble, qué injusticia!, ¿cómo nos íbamos a ir así?, porque daba por hecho que iban a hacer el gol. Y en ese último segundo, cuando me estoy yendo, el presentimiento me hizo darme vuelta para poder ver el penal. Y fue justo cuando veo que lo erra. Fue una sensación de alegría inmensa, la adrenalina te hace pensar miles de cosas:' ahora tenemos otra posibilidad por penales' y llegas a decir: 'si no lo perdimos ahí no lo perdemos más, nos vamos a meter en semifinales'. Así de espectacular fue ese momento.

El partido contra Holanda hubiera sido distinto para ellos si usted jugaba, ya que lo conocían bien, ¿le dijeron algo de eso alguna vez?

Es difícil pensar ahora que hubiese pasado si estaba yo o Fuci (Jorge Fucile, suspendido por dos amarillas) que había hecho un Mundial espectacular o la Tota (Diego Lugano, lesionado) … que fueron jugadores fundamentales en ese Mundial, es difícil saber. Sí que uno podía hacer un poquito de diferencia porque conocía muy bien a los rivales, venía de jugar en Holanda, conocía la forma de vivir ellos los partidos, pero creo no hubiese cambiado el final.

¿Esperaban un recibimiento como el que tuvieron de la gente a la vuelta a Montevideo?

La verdad que sorprendían todas las imágenes que nos llegaban de Uruguay, la forma en que la gente estaba viviendo el Mundial, de lo orgullosos que estaban por la forman en que nosotros estábamos nosotros representando al país, fue algo increíble. A medida que fuimos avanzando la gente disfrutaba más, creía en las posibilidades que teníamos de llegar hasta las finales del Mundial y quedarnos con la espina de quedar a las puertas de la final.

¿Por qué cree que se festejó tanto el cuarto puesto?

Uruguay llevaba muchísimos años sin hacer un buen Mundial, a veces sin clasificar, y volver a jugarlo, ser el último clasificado, jugar de la forma que lo hicimos, con la intensidad, las ganas, representando a todo un país, la gente nos reconoció todo ese trabajo. Se sintió orgullosa de como representamos a nuestro país y el recibimiento fue inolvidable, para mí y para muchos jugadores. Mucha gente mayor salió a la calle a disfrutar, a saludarnos, fue increíble. Niños que hoy en día pueden decir ‘papá me llevó cuando yo tenía un año a ver a la selección’ eso es inolvidable, son recuerdos que te quedan para siempre.

Por último, ¿se imagina a la selección uruguaya sin Tabárez o a usted en la selección con otro entrenador?

Me pongo en la situación de vivir una etapa en la selección con otro entrenador que no sea el maestro Tabárez y es difícil imaginarlo, por lo que significa para mi como persona, como entrenador, como ser humano. Ha mejorado muchísimo a Uruguay, en muchísimos aspectos; habrá gente que le gustará y otra que no le gustará la forma de plantear los partidos, pero como imagen, el respeto que se ha ganado Uruguay, tiene un legado . Creo que está donde se merece porque ha cambiado a la selección y eso hay que estar agradecido al Maestro, al cuerpo técnico, a la gente de su confianza y a los jugadores a los que él le trasmite la confianza para poder sacarle el máximo rendimiento a cada uno. Porque ha hecho debutar, ha hecho jugar a jugadores que la gente o la prensa no se lo esperaba, él confiaba en ellos y le seguía dando oportunidades y le terminaban dando la razón. Eso es una sensación de lo que es el Maestro como entrenador, como ser humano y obviamente que es difícil imaginarse con otro entrenador que no sea él, pero soy consciente que en algún momento o no estará más el Maestro o no estaré más yo. Ese día llegará.

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