Diego Battiste

Manini, Mujica, viejos presos y nuevas leyes

El Frente aprovechó para generar enfrentamiento en la “multicolor”, que cayó en el enredo; la prueba de unidad se verá en el tratamiento de cuatro leyes claves

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18 de abril de 2020 a las 05:01

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Venía callado, habló y todo se entreveró. Su alocución fue polémica, se dio en un día de sensibilidad histórica, y con expresiones que se sabe que generan indignación en una parte de la sociedad. Pero la amplificación del caso desborda el alcance de su contenido y tiene explicaciones y consecuencias políticas.

Esta semana, Manini Ríos dijo prácticamente lo mismo que José Mujica hace diez años, que también había generado alboroto y rechazo en una parte de la izquierda. Casi lo mismo: que no puede haber militares viejos presos, y que en procesamientos por casos de aquellos ´70, hay pujos de “venganza” en lugar de intentos de “justicia”.

Manini y Mujica tienen otro aspecto común, nunca pasan desapercibidos.

En un tiempo en que no se habla de otro tema que no sea el coronavirus, una alocución de Manini Ríos en la “media hora previa” a la sesión del Senado del miércoles 14, generó un revuelo político por un tema viejo, reiterado, pero que despierta pasiones políticas y angustias a los involucrados y que comprende lo siguiente:

i) la acción de la guerrilla en los 70,

ii) la represión a sus actos,

iii) la dictadura, y

iv) el procesamiento judicial de responsables.

Manini Ríos dijo prácticamente lo mismo que José Mujica hace diez años, que también había generado alboroto y rechazo en una parte de la izquierda: que no puede haber militares viejos presos y que hay pujos de "venganza"

Más allá del tono, más allá de lo que se dijo que Manini decía, el líder de Cabildo expresó lo siguiente:

a) una queja por el procesamiento de un militar retirado de 75 años (y el trato dado por traslado a prisión en medio del pandemia), en un fallo judicial que para el senador no tiene fundamento, ni pruebas;

b) malestar porque haya militares presos a una edad avanzada (“viejos”);

c) rechazo al relato histórico sobre lo ocurrido en aquel tiempo, incluido lo que se dice en textos del ciclo educativo.

***

La queja por el procesamiento del capitán retirado Lawrie Rodríguez tiene varias aristas, porque no se limitó al caso en sí mismo, sino que lo enmarcó en una serie de procesamientos que considera que no se ajustan a derecho.

Esos dichos de Manini fueron expuestos como una crítica a “la Justicia”, y como algo grave para la democracia y las instituciones, pero –sin entrar en el caso puntual– lo grave no es que se critique un fallo de un juez o de un tribunal, sino que grave sería que no se pudiera criticar.

Todos los días se critican fallos judiciales, sin que eso resquebraje a un poder del Estado, sino todo lo contrario.

Cada recurso de apelación a la sentencia de un magistrado, está plagado de críticas a lo hecho por ese juez, lo que también pasa cuando se apela ante la Suprema Corte y en el documento se critica lo hecho por un Tribunal de segunda instancia. Es así; se critica, se cuestiona, se fundamenta que uno o varios jueces mandaron preso a alguien que debe estar libre, o cosas similares.

El caso es que el planteo de Manini Ríos no se limita a un expediente sino a lo que considera una práctica generalizada para mandar presos a militares sin pruebas. Eso es opinable, aunque tiene derecho a pensar así y a decirlo, pero es cierto que hay casos en los que se demostró que habían mandado a prisión a un militar que no tenía nada que ver con el crimen en cuestión. En alguna revocación de procesamiento quedó más que claro el “manejo” que se había hecho para ese procesamiento.

Manini lo dice, pero hasta dirigentes de izquierdan reconocen eso en conversaciones informales.

La referencia a procesar a personas ancianas abre otro foco de discusión, porque una protección etaria permitiría consagrar impunidad a los que eludan la acción judicial hasta cumplir determinada edad. Hay ley para dar “prisión domiciliaria” a los mayores de 70 años, pero se excluyó expresamente a los casos de “crímenes de lesa humanidad”.

La crítica sobre la manipulación histórica en textos de estudio es otro tema, pero no fue lo usado para la presión sobre Manini y socios políticos.

Por lo tanto, lo que generó alarma político fue básicamente la crítica a los fallos judiciales, la opinión sobre que hay intento de “venganza” en lugar de “justicia”, y la queja de que se meta preso a viejos militares por hechos ocurridos hace décadas.

Diego Battiste
Raúl Lozano, Guido Manini Ríos, Guillermo Domenech, senadores de Cabildo Abierto, en una sesión extraordinaria del Senado por la creación del Fondo Coronavirus

Las dos frases de Manini Ríos más criticadas son estas:

1) “Al respecto vienen a mi mente aquellos dichos de la entonces ministra de Defensa Nacional Azucena Berrutti, quien decía que esto se parece más a venganza que a justicia”

2) “¿Hasta cuándo se seguirá procesando y encarcelando a militares octogenarios por hechos ocurridos hace cincuenta años?”

***

¿Y qué había dicho Mujica en la campaña electoral de 2009 y ratificado en 2010 cuando ya era presidente del Uruguay?

1) “He pensado: si me dicen la verdad (sobre crímenes de la dictadura), te conmuto la pena. Si lo que me interesa es la verdad. Pero, ¿las sociedades se bancan eso? Porque la Justicia tiene un hedor a venganza de la puta madre que lo parió”. Reconocía que había militantes y dirigentes en el FA que trabajan con fin vengativo.

2) “Yo no quiero tener viejos presos. Viejos de 75, 80 años... Pero no solo los militares, ningún preso a esa edad. Hay algunos viejos que están ahí presos, que Dios me libre”.

Camilo dos Santos
“Yo no quiero tener viejos presos. Viejos de 75, 80 años... Pero no solo los militares, ningún preso a esa edad", dijo Mujica cuando era presidente de la República

Al asumir como jefe de Estado, Mujica anunció un proyecto de ley que diera “una herramienta legal a los jueces” para otorgar excarcelación anticipada o prisión domiciliaria a procesados por delitos de lesa humanidad que padecieran una enfermedad terminal o que tuvieran 70 años de edad cumplidos.

***

O sea que ni tan nuevo, ni tan escandaloso. Lo que dijo Manini es lo que ya ha dicho, es lo que piensa mucha gente (unos se animan a expresarlo y otros callan), y tiene parentesco evidente con apreciaciones de “Pepe” Mujica de hace exactamente 10 años.

Podrá gustar o no el pensamiento o el estilo del excomandante, pero no atacó a la Justicia, sino que criticó fallos (como hacen todos los abogados cada semana), y pidió que no hubiera “viejos” presos, lo que es discutible pero no es una idea loca, y como se vio, ha sido compartido por el líder frenteamplista de mayor popularidad de los últimos tiempos (junto a Tabaré Vázquez).

No hizo una defensa pública de la tortura como método, sino que defendió a camaradas que a su juicio son procesados por olfato y no mediante pruebas. No es lo mismo.

Lo que es más relevante, es el debate generado por sus dichos, primero porque no es un episodio terminado, sino una situación política “en proceso”; y segundo, porque ya hizo “pisar el palito” a dos ministros (Talvi y Mieres), que vienen con destacada actuación en la gestión de Estado, pero que esta semana se dejaron llevar por la ofensiva de un Frente Amplio que sabe bien hacer el juego de dividir al adversario para lograr una victoria.

Y después… un viceministro (Rivera Elgue) que es mano derecha de Manini, pegando duro a los dos ministros, y aclarando después que le habían hackeado la cuenta de Twitter.

En la noche del jueves, en el Frente se frotaban las manos.

¿Tenían necesidad Talvi y Mieres de responder a los dichos de Manini?

¿Tenía necesidad Elgue de descuidar su celular para que, como dijo en un principio y luego lo desmintió, lo hackearan?

La izquierda se une en contra de Manini e interpela a los blancos, colorados y al PI a que se “pronuncien”, a que se “desmarquen” o a que sean “cómplices”. Más allá de que haya muchos frentistas realmente indignados por el discurso que asumen como reivindicación de la dictadura y la tortura, para la dirigencia del FA el caso fue una oportunidad de recuperar iniciativa y salir a dividir

Hasta ahora, todo es parte del parloteo, pero la verdad se verá en las cámaras con la Ley de Urgencia, la Rendición de Cuentas 2019 (y ajustes de recursos nuevos), la revisión de la Ley de Medios, y el Presupuesto Nacional quinquenal.

¿La coalición votará unida? ¿Cumplirán con los plazos y confirmarán los acuerdos?

En un ensayo de dichos y contradichos, el Frente avanzó casillas en hacer pelear a los socios multicolores, pero la efectividad política de oficialismo y oposición se verá en el resultado legislativo. Una cosa es el debate sobre los viejos presos, y otra cosa es la producción de nuevas leyes.

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