Your browser doesn’t support HTML5 audio

Mujica argumentó por qué lo político primó sobre lo jurídico

El mandatario señaló que los presidentes del Mercosur debieron decidir entre dos normativas para ver cuál le aplicaban a Paraguay

Tiempo de lectura: -'

12 de julio de 2012 a las 12:26

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

El presidente José Mujica aclaró por qué lo político primó sobre lo jurídico en la decisión de suspender a Paraguay en el Mercosur y de abrirle las puertas a Venezuela, decisión que fue tomada junto a las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

El mandatario volvió a fustigar lo sucedido con el cambio de presidentes en Paraguay. “La herida más grave que ha recibido el Mercosur en su historia es el golpe de Estado parlamentario sumarísimo que no dio el más mínimo tiempo a ninguna defensa, a ninguna investigación”, expresó en su audición semanal de M24. “Ni a un ladrón de gallinas se le procesa en esa forma tan sumarísima”, comentó.

Agregó que ante esa situación, los demás mandatarios del bloque no podían permanecer “distraídos”. “Este hecho obligó a que se aplicara la cláusula de fe democrática, la llamada Usuahia 1, que oportunamente había sido aprobada por todo el Mercosur. Y llama la atención cómo se olvida esta cláusula, esta definición de carácter jurídico”.

Mujica señaló que esa norma obliga a sanciones. “Y esto es lo que en Mendoza se puso arriba de la mesa, es lo que hicieron los tres presidentes. Se desecharon las sanciones económicas deliberadamente que estaban contempladas como posibilidad en esa clausula de fe democrática, y sencillamente se desecharon porque iba a afectar la vida del pueblo paraguayo.”, comentó.

“Lo político que jugó es que lo que se decidió es cuál aspecto legal, en esas circunstancias, tenía más fuerza: si los acuerdos llamados de Usuahia 1, de fe democrática, o los puros documentos fundacionales” del bloque, explicó.

“Y la decisión fue sencilla: no queremos quedar más rehenes de un Senado (paraguayo) que está practicando formas reiteradamente espurreas”, comentó, al hacer referencia a la negativa de los senadores paraguayos al ingreso de Venezuela al bloque desde hace cinco años.

“A veces hay cierta legalidad que encubre hipocresía. Pero en este caso además, en los hechos, se chocaba con la cláusula de fe democrática y esto tuvo prioridad, por los antecedentes de América Latina”, señaló en referencia al golpe de Estado de Honduras, y los intentos en Ecuador y Bolivia.

El presidente manifestó que no es la primera vez que lo político tiene más peso que lo jurídico.

“¿Cómo se explica la superación de las frecuentes obstáculos comerciales si las instituciones fallan, si lo jurídico no se respeta? Sencillamente la única explicación es que existe voluntad política de los gobiernos”, dijo Mujica, quien puso como ejemplo la forma en que se solucionó el bloqueo en el puente entre Fray Bentos y Gualeguaychú.

“¿Podemos ser tan inocentes, alguno puede pensar que aquel bloqueo del puente fue superado por la acción jurídica, por los abogados que fueron a La Haya? No, no podemos ser tan inocentes, eso fue superado por trabajo y decisión política”, agregó.

Lacalle “estuvo bien” en su momento

En otro momento de su audición, Mujica recordó los inicios del Mercosur. Indicó que los entonces mandatarios de Argentina, Carlos Menem, y el brasileño, Fernando Color de Melo, “inmersos en el auge de las teorías neoliberales”, se aprestaban a dar un salto hacia adelante en las relaciones comerciales al crear una zona de libre comercio entre ellos.

Agregó que “con buen tino”, el presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle y su par paraguayo Juan Carlos María Wasmosy, “fueron a golpear la puerta y se colgaron de apuro en ese acuerdo”.

“El fantasma era el peligro de quedar aislado en las relaciones comerciales en el marco de esta región, y estuvo bien la intención”, dijo Mujica.

Agregó que en ese momento se manejó que iba a haber un comercio de “200 y pico” millones de habitantes. “Hubo mucha manija, no mal intencionada, mucho sueño. Después la realidad fue mostrando que el camino era necesario y posible, pero en todo caso lleno de dificultades.

Mujica entiende que hoy se está en otro tiempo y que debe plantearse “si no puede haber niveles distintos de socios”.

“Así como estamos no podemos arrimarnos a la comunidad andina. Tenemos que modificar eso, ¿cómo no lo vamos a poder modificar?”, comentó. “Si nos quedamos con la letra del pasado no vamos a avanzar”.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.