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Nace un bebé a partir de un óvulo vitrificado automatizadamente por primera vez
Se produjo un parto totalmente normal, una vez alcanzadas las 37 semanas de gestación
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16 de noviembre de 2017 a las 05:00
Nació el primer bebé del mundo a partir de un óvulo vitrificado de forma automatizada. El óvulo fue conservado mediante criopreservación en una clínica de Barcelona.
El pequeño nació el 29 de septiembre completamente sano, pesó 2,2 kilos y midió 46 centímetros. Según informó el Servicio de Medicina de la Reproducción de la clínica Dexeus Mujer -de donde pertenecen los médicos creadores del avance en reproducción asistida-. se produjo un parto vaginal alas 37 semanas de gestación.
Según explicó la jefa de la Sección de Biología del Servicio de Medicina de la Reproducción de citado centro, Montse Boada, "este nacimiento confirma la viabilidad de esta nueva tecnología, que está en el mercado desde hace sólo un año y que actualmente solo han incorporado algunos hospitales y clínicas de reproducción asistida de todo el mundo".
Por su parte, el responsable del Laboratorio de Criopreservación de la clínica, Miquel Solé, explicó que le llaman vitrificación al sistema de criopreservación ultrarrápido que reduce el tiempo y el riesgo de la formación de cristales de hielo. De esta forma se ofrece una alta tasa de supervivencia tras la desvitrificación que, en el caso de los ovocitos, actualmente gira en torno al 85 %".
La primera vez que se llevó a cabo una criopreservación de embriones con éxito fue en 1983 y cuatro años más tarde tuvo lugar el primer nacimiento en España. Sin embargo, la introducción de la criopreservación de ovocitos en la aplicación clínica no se materializó hasta 2005.
Hasta el momento, el proceso de vitrificación se hizo de forma manual, en el que que un embriólogo experto se encarga de preparar las muestras y realizar los distintos pasos de vitrificación hasta su conservación en nitrógeno líquido a -196º C. "Se trata de un trabajo en el que hay que ser muy estricto y experimentado para tener un buen resultado", según Solé.
La novedad que aporta este nuevo sistema -denominado GAVI- es que permite que la exposición del material biológico, en este caso los ovocitos, a los medios crioprotectores se haga de forma automatizada y en un dispositivo cerrado herméticamente evitando el contacto directo de los ovocitos con el nitrógeno líquido.
"La automatización que permite GAVI disminuye el posible riesgo de contaminación y minimiza las pequeñas variaciones que puede haber en los protocolos manuales. Además, podría suponer una mejora en los resultados", afirmó Anna Veiga, directora de I+D del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer.
El pequeño nació el 29 de septiembre completamente sano, pesó 2,2 kilos y midió 46 centímetros. Según informó el Servicio de Medicina de la Reproducción de la clínica Dexeus Mujer -de donde pertenecen los médicos creadores del avance en reproducción asistida-. se produjo un parto vaginal alas 37 semanas de gestación.
Según explicó la jefa de la Sección de Biología del Servicio de Medicina de la Reproducción de citado centro, Montse Boada, "este nacimiento confirma la viabilidad de esta nueva tecnología, que está en el mercado desde hace sólo un año y que actualmente solo han incorporado algunos hospitales y clínicas de reproducción asistida de todo el mundo".
Por su parte, el responsable del Laboratorio de Criopreservación de la clínica, Miquel Solé, explicó que le llaman vitrificación al sistema de criopreservación ultrarrápido que reduce el tiempo y el riesgo de la formación de cristales de hielo. De esta forma se ofrece una alta tasa de supervivencia tras la desvitrificación que, en el caso de los ovocitos, actualmente gira en torno al 85 %".
La primera vez que se llevó a cabo una criopreservación de embriones con éxito fue en 1983 y cuatro años más tarde tuvo lugar el primer nacimiento en España. Sin embargo, la introducción de la criopreservación de ovocitos en la aplicación clínica no se materializó hasta 2005.
Hasta el momento, el proceso de vitrificación se hizo de forma manual, en el que que un embriólogo experto se encarga de preparar las muestras y realizar los distintos pasos de vitrificación hasta su conservación en nitrógeno líquido a -196º C. "Se trata de un trabajo en el que hay que ser muy estricto y experimentado para tener un buen resultado", según Solé.
La novedad que aporta este nuevo sistema -denominado GAVI- es que permite que la exposición del material biológico, en este caso los ovocitos, a los medios crioprotectores se haga de forma automatizada y en un dispositivo cerrado herméticamente evitando el contacto directo de los ovocitos con el nitrógeno líquido.
"La automatización que permite GAVI disminuye el posible riesgo de contaminación y minimiza las pequeñas variaciones que puede haber en los protocolos manuales. Además, podría suponer una mejora en los resultados", afirmó Anna Veiga, directora de I+D del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer.
