Nacional sabe jugar de visitante

Los cuatro puntos que tiene Nacional en el grupo 7 de la Copa Libertadores los consiguió jugando de visitante: le ganó 1-0 a Lanús en Argentina y empató 1-1 este martes contra Chapecoense en Brasil.

En ambos partidos sufrió en el segundo tiempo, pero consiguió sacar adelante los resultados con un juego defensivo compacto y muy buenas actuaciones del golero Esteban Conde.

Los buenos resultados ya vienen de Copas anteriores. El año pasado, dirigido por Gustavo Munúa, Nacional disputó cuatro partidos afuera y no perdió: empató con Rosario Central en el Gigante de Arroyito, con Corinthians en el Arena Corinthians y con Boca Juniors en la Bombonera, y le ganó a Palmeiras en el Allianz Park.

En Brasil, la última vez que perdió fue en la Libertadores de 2014, cuando cayó 1-0 frente a Gremio en Porto Alegre.

Lo malo del equipo de Martín Lasarte es que perdió su único partido de local: fue contra Zulia de Venezuela en el Parque Central. De haber ganado ese encuentro (lo que hubiera sido lógico) sería líder del grupo con siete unidades.

El técnico suele darle una mayor consistencia a los equipos cuando juega de visitante. Cambia el sistema 4-2-3-1 del torneo local por un 4-4-2. Se mantiene la línea de cuatro, pero arma un mediocampo más compacto con la inclusión de Álvaro González.

Así intenta controlar el juego de los rivales, aunque frente a Chapecoense sufrió bastante, y trata de lastimar por las bandas con las sociedades Otálvaro-González (el colombiano jugó por la lesión de Jorge Fucile) por derecha y Espino-Ramírez por izquierda.

Una buena noticia para Nacional fue el repunte que tuvo Ramírez, quien después de la lesión que sufrió en Rivera contra El Tanque no había tenido buenas actuaciones en los últimos tres partidos del torneo local.

Pero para tener mayores posibilidades de avanzar en el torneo continental Nacional tiene que hacerse fuerte también en el Parque Central. El jueves 27 en la revancha contra Chapecoense un triunfo de local puede encaminarlo a la clasificación.