Nadie es Ilegal: la historia de la migrante detrás de la consigna que empapeló Montevideo

Arte, adrenalina y riesgo se entremezclan en la vida de esta mexicana que deja su huella en Uruguay. ¿Cómo es salir de pegatina? ¿Cuánto hay que embarrarse?

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08 de marzo de 2019 a las 05:00

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Podrían llenar dos Velódromos. La cifra de migrantes que solicitaron vivir en nuestro país alcanzó un récord histórico en 2017 (más de 30.000) y la tendencia sigue en aumento. Uruguay es un país de inmigración. Y lo será cada vez más. Vienen de de Gambia, de San Vicente y hasta de Nieves e Islas Salomón. Pero son muchos más los venezolanos y cubanos registrados en el BPS que han obtenido la cédula uruguaya y pasaron a estar inscritos en calidad de locales. La migración es un fenómeno global del que Uruguay no puede escapar y que se puede abordar de diversas maneras.

"Somos una especie en viaje (...) estamos vivos porque estamos en movimiento", "somos padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes (...) de ningún lado del todo, de todos lados un poco", dice Jorge Drexler y los números le dan la razón. La migración es un fenómeno global del que Uruguay no puede escapar y se puede abordar de diversas maneras.

El arte político es una de ellas y fue lo que decidió hacer un grupo de estudiantes de serigrafía de la Escuela Pedro Figari.  Salieron a la calle y empapelaron Montevideo bajo la consigna “Nadie en el Mundo es Ilegal”. 

“Un mensaje frontal y directo: "No soy Ilegal, soy extranjero" “No queremos hacer preguntas, queremos decir lo que pensamos" Distintos caminos, múltiples huellas y una fuerte corazonada en nuestras miradas, nuestros acentos, nuestros rostros y nuestras vidas”, escribió Olga Guerra, una de las mujeres involucradas en esta movida, en su cuenta de Facebook.  

El Observador conversó con la artista mexicana que nació en la frontera entre EEUU y México y se encuentra en Montevideo dejando su huella migrante y feminista. 

¿Por qué decidiste venir a Uruguay?

Vine hace cuatro años y medio becada por el Ministerio de Educación y Cultura. Cursé el Programa Internacional para Artistas SISMO dirigido por el artista y curador argentino Daniel Fischer en Montevideo. Soy de Ciudad Juárez, crecí y viví en la frontera y es algo que forma parte de mis inquietudes y mis problemas. A Uruguay llegué casi por azar, pero se convirtió en una elección. Me gusta la tranquilidad.

¿Cómo surgió la idea de "Nadie en el Mundo es Ilegal"? 

Fue un trabajo colectivo que empezó en las clases de la UTU. El año pasado le propuse al profesor Herson Sapone hacer algo con el tema de la migración con una compañera francesa, que hace ilustraciones muy lindas y la idea quedó revoloteando. Luego llegó una pareja de dominicanos que habían sido deportados y a fin de año salió el proyecto. Tomamos como referencia otro movimiento de Berlín que utilizaba una frase similar. Elegimos un mensaje directo con una tipografía contundente. 
 

No era la primera vez que salías a agitar las calles. ¿Qué llevas cuando salís a pegar?

Para salir se necesita un balde, engrudo, hojas, una brocha y compañía. También es importante el registro fotográfico porque el trabajo puede desaparecer. El primer afiche que pegué fue un escrache a un chico. Lo vi en un ómnibus agrediendo a su pareja y sentí que tenía que hacer algo para que eso no quedara en silencio. Lo malo fue que tiempo después los volví a encontrar y seguían juntos.

¿No conviene salir solo?

No. Lo mejor es salir acompañado porque hay que llevar varias cosas y por si llega a aparecer algún loco. Conseguir compañía no fue fácil. En Uruguay me costó mucho vincularme con los circuitos artísticos. Son muy cerrados.

¿Es mejor salir de noche?

No necesariamente. No hay horarios. Es toda una experiencia. Te encontrás con las miradas, las opiniones, las reacciones, vecinos que te dicen que no ensucies su casa y otros que te felicitan por tu trabajo.

¿Te da miedo?

Creo que por ingenua y por las ganas de hacer nunca me dio miedo. Me encanta el escándalo. Me gusta señalar algunas cosas y ocupar el espacio público para decir. 

¿Alguna vez te encontró la policía?

 Cuando salí por primera vez en Montevideo a pegar en la Calle Sarandí y Colón pasaron un par de milicos. Mi amiga me quedó mirando, le dije que no iba a pasar nada y así fue.

¿Eso solo pasa en Uruguay?

Depende del país. En México trabajé más con cuestiones de desaparición y de violencia en el narcotráfico y recibí amenazas. En un momento hasta mi familia estuvo en peligro y tuve que asesorarme con un abogado. Pero hay una fuerte movida de arte gráfico en todo el mundo y la gente sale a pegar. Cuando llegué acá no había mucha cosa pero ahora es impresionante. Lo importante en el arte político es saber lo que estás diciendo y sostenerlo. Salir a pegar es lo más light, después hay que diseñar, pensar, dibujar. En Uruguay hay muchos lugares para pegar. Las paradas de los ómnibus en la ruta interbalnearia somo como un lienzo en blanco donde hay mucho para hacer. Lo que más se ve es cartelería política, pero hay que tomarla también. 

¿A qué se debe el aumento de pintadas en la calle?

Creo que tiene que ver con un momento en la historia en el que tenemos ganas de decir cosas y apropiarnos de ciertos espacios que nos negaron. También hay  más ferias y movidas de arte no institucionales. 

¿Hay algún lugar específico para pegar, por ejemplo, donde pasa más gente?

Casi siempre salgo a pegar por la "República" de Ciudad Vieja. Pero en el caso de "Nadie en el Mundo es Ilegal" los pusimos en diferentes lugares, barrios y cuidamos no tapar las consignas políticas de otra gente. 

¿Por qué tus pegatinas no están firmadas? 

No quiero firmar. Prefiero que genere intriga y la gente se apropie. Me interesa que se pueda extender la producción porque a nivel de recursos me falta mucho. Sale caro salir a pegar. Me importa más el mensaje. Cuando hice el escrache muchos me preguntaron por qué no ponía la firma y decidí postearlo en las redes. Todavía no me pasó que alguien se robe mis imágenes; ahí no sé cómo reaccionaría.

¿Te molesta cuando vandalizan tu trabajo?

Eso pasa todos los días y los que trabajamos en espacios públicos lo sabemos. La gráfica en la calle es efímera y esa es su esencia. Los escraches que hice a la semana estaban casi todos borrados. Hay gente que los saca porque les gusta rascar cascaritas, otros por reaccionarios. Por eso es importante el registro. El papel te permite pegar por encima y se pueden hacer millones de cosas para dejar un mensaje. Lo lindo es enterarte que la gente lo vio y lo compartió. 

¿En qué quedó el proyecto "Nadie en el Mundo es Ilegal"?

Muchos de los mensajes fueron borrados. Ahora el proyecto lo sigue mi profesor Herson con su compañera. Están haciendo remeras con la frase y el dinero que recaudan va para el colectivo CasaMario, que reúne migrantes de todas las procedencias para apoyarse e intercambiar experiencias. 

¿Qué otras huellas dejaste por Montevideo? 

Pegué algunos pegotines sobre la vigilancia con el mensaje “Sonríe, sabemos todo sobre ti” y otros sobre la antimilitarización porque cada vez estamos más vigilados. Mi adolescencia fue complicada, llegaba del liceo y no podía salir porque había una guerra contra el narcotráfico. Venían los milicos a mi casa y me apuntaban con un arma y se robaban la comida y el dinero. Ahora está volviendo otra vez la militarización.

¿Te vas a quedar en Uruguay?

No lo sé. Recién a partir del cuarto año me di cuenta de que la gente empieza a aceptar de que te estás quedando acá. Al principio piensan que estás de paso. Los migrantes necesitamos vincularnos; el mundo son las relaciones y eso acá es complicado. Tengo ganas de volver a México a hacer algo relacionado con la educación. Allá la gráfica es mucho más potente.

¿Cómo te sentiste cuando te enteraste del homicidio de Felipe Cabral?

Me puse a pensar: quién lo mató y si tuvo algo que ver con lo que hacía. Creo que estas cosas deberían unir más a los artistas. La gente que produce arte debe manifestarse en contra de lo que esta pasando. Ahora nos estamos reuniendo con un grupo de mujeres y tenemos pensado salir a hacer algo por Felipe y también contra Orlando Petinatti 

Algunos de sus trabajos  

TITULO: seis objetos para defenderse. Técnica: linóleo

Cuando estaba en la secundaria en el 2002, les dieron a las niñas de su clase folletos “informativos” para prevenir desapariciones de mujeres con una serie de recomendaciones, entre ellas: “cargar las llaves en la mano para usarlas como arma en caso de emergencia para defenderse.”

En aquel entonces se imaginaba qué otros objetos podrían funcionar para la autodefensa. Todos estos grabados tienen un objeto que ha utilizado como arma, podría incluir más porque he usado también cinturones, cuchillos, trinchetas, gas pimienta, palos de escoba, piedras y perchas de ropa para defenderme tanto de su padre como de hombres desconocidos.

TITULO: El río parece tranquilo. Técnica: Arte Objeto

Realizó una breve investigación sobre algunos migrantes ahogados y muertos en el Río Bravo (en la frontera de Ciudad Juárez Mx/El Paso Tx, EU) . Rescató historias sobre su intento de cruce y fracaso, sus documentos, la fecha en la que fueron encontrados y en algunas ocasiones sus nombres, pues no todos han sido identificados, por lo que van a parar a la “fosa común”.  Recogió arena, hierbas y un poco del agua que aun corre por esta frontera, los guardó en cinco frascos de cierre sellado y por fuera colocó una biografía de la persona ahogada o en dados casos asesinada por la border patrol.

TITULO: Not Round Técnica: Fotomontaje Digital 

Con esta pieza se propuso denunciar el feminicidio en espacios masculinos como el boxeo, donde los cuerpos de las mujeres aparecen hipersexualizados sin voz ni protagonismo.

Partiendo del uso de fotografías de internet, colocó en la imagen de estas mujeres afiches que han sido utilizados en México, Chile, Uruguay y Argentina, como respuesta a las crecientes estadísticas de feminicidios. Con este proyecto realizó foto-correo, lo mando a diferentes ciudades en todo el mundo para que otras personas los colocaran en las calles y los fotografiaran. 

TITULO: Se Busca Técnica: dibujo e impresión digital

 

Con este proyecto busca ubicar criminales, agresores sexuales denunciado o no ante fiscalías. Según Guerra, el escrache es una denuncia en sí misma y abre la discusión y la posibilidad de denunciar de manera institucional si la persona agredida sexualmente quiere hacerlo.

Todos los trabajos de la artista pueden verse aquí. 

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