No Te Va Gustar, un nuevo disco y los cambios de haber reinterpretado sus canciones

La composición es a distancia, pero han decidido aprovechar de todas maneras estos meses para realizar la preproducción de ese álbum y para esbozar ideas de arreglos. Lo que sí ya estaba previsto, y que no se vio alterado por la pandemia, fue el lanzamiento del disco Otras canciones en vivo en Latinoamérica, un registro de las presentaciones que la banda hizo en Montevideo, Buenos Aires, Santiago, Bogotá y Ciudad de México, entre otras locaciones, dentro de la presentación del espectáculo Otras canciones, el repaso acústico por su repertorio.

Hay nueve temas propios, un cover y una obertura inicial compuesta por Ignacio Algorta. Las canciones de la banda presentes en este disco son algunas de las que quedaron afuera del disco anterior, o que no tocaban en vivo en el habitual formato eléctrico. “Son clásicos que hasta ahora no habían tenido versiones muy distintas”, explica el trompetista y uno de los miembros más veteranos de la banda, Martín Gil.

Considerado como un complemento y una compañía al disco y audiovisual Otras canciones, en este disco en vivo están algunas de las casi 75 canciones que No Te Va Gustar reconstruyó para este nuevo período acústico, al que venían cortejando desde hace tiempo.

Gil recuerda que hubo “algunas experiencias acústicas en el boliche El Ciudadano, en los principios de la banda, pero fue recién con otras canciones que lo hicimos del todo. Las ganas siempre estuvieron, pero sentimos que recién ahí había llegado el momento”.

El proyecto Otras Canciones fue también una oportunidad para los miembros de NTVG de hacer inventario y repasar el camino recorrido, ya que también fue parte de las celebraciones por los 25 años de la banda, junto al libro autobiográfico Memorias del olvido. “Este disco es el cierre a una etapa de revisión, de abrir las valijas y sacar las fotos, los papelitos viejos con listas de canciones”, dice Gil.

El trompetista explica que sentarse ante todo el repertorio para elegir los temas que serían parte de Otras canciones, tanto en el disco como en la gira, fue una experiencia intimidante. “Parecía inabarcable, porque queríamos que fuera significativo. Y al final terminaron quedando canciones de todos los discos, y un recorrido por nuestra historia”, concluye.

Reconstruir canciones

El tecladista de NTVG, Francisco Nasser, está aprovechando los días de encierro para disfrutar de la vida que el ritmo habitual y ahora interrumpido de las giras le impide. Entre los días con su hija de un año y medio y el tiempo en su estudio doméstico también está el trabajo en las novedades de la banda, pero por debajo también permanece la incertidumbre del futuro de los artistas, uno de los últimos sectores que se reactivará luego de que pase lo peor de la pandemia.

Nasser considera que el trabajo de elegir y reinterpretar las canciones de la banda fue uno de los desafíos más atractivos que ha tenido en sus siete años dentro del grupo, y también significó un cambio de paradigma para la dinámica habitual de composición y trabajo. “Lo encaramos como un proyecto de canciones nuevas y hasta con un poco más de intención artística”, afirma el músico.

Mientras que lo habitual es que el vocalista y guitarrista Emiliano Brancciari o alguno de los otros integrantes llegue con sus canciones ya delineadas y grabadas de forma casera, a lo que luego todos aportan sus ideas, el concepto en este caso era partir de una canción ya hecha pero hacerla cambiar, que tuviera una “personalidad distinta”.

¿Cómo fue el trabajo de llevar esas canciones que ya estaban compuestas a algo nuevo?

MG: Fue un desafío. Hay canciones con las que era muy difícil, porque teníamos que sacarnos la idea de hacer lo mismo de siempre, y que el resultado no solo fuera diferente, sino que estuviera bueno. Les fuimos encontrando la vuelta. Muchas nos sorprendieron de a dónde terminaron yendo. Y hay unas cuantas, como La única voz, que nacieron del ensayo y del paveo en el estudio.

FN: Hubo mucha investigación. A veces nos colgábamos en los ensayos y zapábamos (improvisaban) sobre una parte de la canción e íbamos a algo que nada que ver con lo original. Pero claro, eso después había que ver si servía para el resto del tema.

Nasser explica que antes de todo ese proceso, cada uno de los nueve integrantes de la banda armó su propia lista de canciones que le gustaría que estuvieran presentes en Otras canciones, de las que luego se votaron las elegidas, un ejercicio que también se vincula con el proceso de repaso de los 25 años de trayectoria del grupo. “Teníamos ganas de rescatar canciones olvidadas, que no eran cortes de difusión pero eran lindas, o algunas que tenían pocos vivos encima. Volví a escuchar como cuando entré a la banda y tenía que aprender todo, y fuimos probando y decantando. Hubo una reescucha importante en mi caso”.

La canción que completa el repertorio de este nuevo álbum en vivo es una versión de Té para tres, la canción de la banda argentina Soda Stereo, que fue registrada en su interpretación en el Gran Rex de Buenos Aires en agosto de 2019, el día que Gustavo Cerati hubiera cumplido 60 años.

Elegida como homenaje por esa fecha, la canción fue interpretada en el show de una forma bastante impulsiva e imprevista, aunque no es ajena a los miembros del grupo uruguayo, ya que es una de sus canciones de camarín, de los temas populares que tocan como calentamiento antes de salir a escena.

Martín Gil cuenta más de ese ritual: “Té para tres cuadraba con el formato del show, y consultamos a los músicos que nos acompañan en la gira si podían sacar el arreglo y se hizo. Pero es una de las que tocamos siempre, como Amor profundo, Terapia de murga, Amigo lindo del alma, Canción para renacer, y muchas otras de Jaime Roos, Charly García y de los Beatles y Stones”.

Del repertorio del doblete Otras canciones, la que destacan como una de sus predilectas en el paso de su versión original al acústico tanto Gil como Nasser es Mi demente. El trompetista también aprecia las versiones de Navegar y del disco Otras canciones la reinterpretación de Poco, en la que participa el cantante puertorriqueño Draco Rosa. “Vino sin querer escuchar la canción de antemano, a cantarla por primera vez durante la grabación. Nosotros estábamos nerviosos, después de tanto tiempo de ensayar, y nos dice eso, pero al final el resultado fue impresionante”. El tecladista, en tanto, destaca como favoritas Al vacío, Clara, Comodín y A las nueve.  

El tiempo otra vez avanza

Más allá de los shows postergados en Argentina, el ciclo de Otras canciones llega a su fin y la banda se encamina a trabajar en novedades. Y lo hace en un mundo alterado, lo que también provoca nostalgia y extrañar la dinámica previa. Sobre todo, tocar juntos arriba de un escenario.

Así lo resume Nasser: “En las giras pasa de todo, son viajes largos, con muchas horas muertas de hotel, pero tocar es lo que más se disfruta, es en lo que estamos todos juntos. Después estas con alguno o solo durante la gira. O sea, estamos todos juntos pero en diferentes situaciones, con uno te juntás para caminar por el parque, con otro para ir a un bar. Es único ahí arriba en el escenario. Ya los conocía desde antes de entrar a la banda, pero en el escenario entre los nueve se crea algo. Me di cuenta al entrar. Y cuando como ahora salís de esa dinámica por un tiempo lo disfrutás, pero después extrañás. Igual ahora viene otro trabajo que disfrutamos mucho”.

Y en ese trabajo, y en todo lo demás que haga NTVG, quedarán las marcas y los aprendizajes de la etapa Otras canciones.

¿Cuál es el legado de esta etapa de repaso y redescubrimiento de las canciones y la historia de la banda?

MG: Nos deja un montón. Fue fundamental el balance para saber qué queremos de ahora en más y de dónde venimos, nos dio energía y ganas de seguir adelante.

FN: Desde el disco Suenan las alarmas venimos en una búsqueda que acá estuvo también, y que va a quedar en el sonido de la banda. La búsqueda de encontrarle el lugar a cada instrumento, que es parte de lo que tiene ser nueve integrantes, hay que trabajar para no pisarse. Con esto aprendimos a arreglar en base a lo que pide el tema y no tanto por las ganas de cada uno de tocar. A ser más conscientes del lugar de cada uno.