Otra noche de furia en Chile con saqueos e incendios obliga a Piñera a decir "basta"

"La violencia está causando un daño que puede ser irreparable", agregó el mandatario, en un mensaje en el palacio de gobierno, en el que apuró al Congreso a aprobar leyes para sancionar a quienes provoquen desórdenes públicos y anunció que a partir del lunes 2.500 nuevos policías se integrarán a las labores de control. 

Ninguna medida social —como un incremento de las pensiones básicas de un 50% para todos los beneficiados en dos años— ni el histórico acuerdo político para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), han logrado bajar los niveles de tensión en el país.

"Llegó el momento de decir basta; el gobierno está haciendo su trabajo con todos los instrumentos de la democracia", advirtió Piñera.

Pero al cumplirse 40 días de protestas, el vandalismo tomó nuevo impulso.

En la ciudad de La Serena, a unos 480 km de Santiago, encapuchados saquearon e incendiaron el tradicional hotel Costa Real. 

En la ciudad portuaria de San Antonio, en la región de Valparaíso,quemaron las oficinas del diario local El Líder. En Concepción, una masiva manifestación terminó con incidentes entre encapuchados y la policía. En Santiago, dos estaciones de metro volvieron a sufrir daños.

El gremio de camioneros advirtió que si los poderes del Estado "no son capaces de garantizar derechos básicos, como es la libre circulación (...) la democracia deja de existir en los hechos".

Mientras, la Policía chilena —Carabineros— navega entre los cuestionamientos de organismos internacionales que alertan sobre "graves" violaciones a los derechos humanos, y el agotamiento causado por más de cuarenta días de extenuantes jornadas en las calles.

Piñera anunció el domingo que Carabineros recibiría asesoramiento de sus pares de Francia y otros países europeos, pero este miércoles la policía gala rehusó colaborar con las fuerzas chilenas.

Fuente: AFP