Pablo Hoffman: el uruguayo que juega en las grandes ligas del e-commerce

El empresario fundó una empresa 100% y eso fue parte del secreto para llegar a clientes fuertes a nivel internacional

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24 de junio de 2021 a las 14:22

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Si Pablo Hoffman hubiera sabido que el covid-19 existiría, quizá la decisión de dejar Uruguay junto a su familia se postergaba. Pero no porque el teletrabajo sea un impedimento, sino que a sus dos hijas se les hizo bastante cuesta arriba la educación a distancia y eso tuvo sus efectos en la dinámica familiar. 

Hace 11 años Hoffman fundó Scrapinhub junto a su socio - el irlandés Shane Evans-. La empresa, que actualmente lleva el nombre de Zyte, se encarga de proveer datos a diferentes clientes. 

En un comienzo, la novedad no solo era lo que hacía la compañía, sino cómo lo hacía: 100% remoto. Esto llevó que lograran ser la empresa remota más grande del mundo fuera de Estados Unidos. 

Hoffman destaca que esta es una de las principales fortalezas que tienen, que cosechó resultados cuando llegó la pandemia, porque el equipo siguió “jugando de memoria”. 

Por otro lado, en materia operativa, Zyte registró un crecimiento durante los meses más duros del covid-19. La razón es que muchas empresas comenzaron a necesitar más información, para así saber qué decisiones tomar. 

“Muchos de nuestros clientes, por ejemplo, venden por Amazon y aumentaron mucho sus operaciones. Eso llevó a que necesitaran tener cuantificado un montón de cosas”, explicó Hoffman. 

Zyte ha ganado mucho terreno en el correr de los últimos años, gracias a tener un equipo fuerte a nivel técnico.  Hoy en día trabajan con clientes de la talla de Mercado Libre y los líderes del comercio electrónico a nivel mundial.

El empresario destacó que el trabajo remoto ha sido de unas de las claves en este sentido, lo que esperan potenciar en el corto y mediano plazo. 

Algo que el fundador mantiene desde que se fue de tierras uruguayas, es el contacto con Irlanda casi permanente. No solo por temas de negocio, sino porque considera que allí también echó raíces. 

Actualmente, el equipo de gerencia está en tierras irlandesas así como también su socio. 

¿Cómo fue la decisión de irse al exterior? 

En mi caso, nos ayudó que tanto mi señora como yo, trabajábamos de forma remota desde antes de la pandemia.

Incluso, siempre tuve ese bichito de irme del país aunque sea por un tiempo pero luego los vaivenes de la vida hicieron que me quedara más de la cuenta en Europa. Lo más complejo a la hora de venirnos fue el tema de mis dos hijas, que eran muy chicas e implicó un desarraigo para ellas. 

Al venirme a España, saqué la Visa de Emprendedor. Fue una forma que encontré para tener una sucursal legal de la empresa, pero fue bastante complejo porque había poca información al respecto.

¿Hubo alguna razón precisa?

A nivel familiar, primó que era algo buscado y nos gusta viajar mucho, lo que en Europa es fácil dado las cercanías. Después, cuando ya nos habíamos ido, la empresa misma fue creciendo y eso también implicó que yo tuviera que estar cerca.  

¿Cómo encaró la pandemia a nivel personal? 

Sí que nos agarró por sorpresa. Si hubiéramos sabido que iba a pasar esto, creo que no hubiera tomado la decisión de dejar Uruguay. A nivel personal y laboral, no fue tan impactante, porque ya estaba acostumbrado a trabajar remoto pero sí la dinámica familiar se volvió compleja. 
Mis dos hijas tuvieron clases virtuales, y eso requirió prestar especial atención en medio de nuestras jornadas laborales. 

Después teníamos planeado viajar a Uruguay a ver nuestras familias, pero eso se vio postergado y obviamente nos cuesta pasar tantos meses sin ir. 

¿A nivel empresarial cómo los impactó? 

Estructuralmente no hubo impacto porque ya estábamos teletrabajando. 

En materia de clientes, hubo algunos que se dieron de baja porque estaban en rubros que fueron afectados por la crisis. 
Obviamente, el sector del comercio electrónico fue el que más nos impulsó y nos hizo crecer. 

El retail online necesita de muchos datos para inteligencia comercial y competitiva, lo que nos hizo a nosotros entrar en el radar de nuevas empresas. 

¿Impacto negativo entonces no hubo? 

A nivel de negocio no, porque el balance es positivo. 

Sí se vuelve difícil reclutar talento, porque antes nosotros nos diferenciábamos por poder contratar a quien sea desde donde esté. Ahora, eso lo hace todo el mundo, y la realidad es que nosotros no podemos competir en materia salarial con algunas multinacionales de tecnología. 

¿Qué objetivos en el corto plazo en ese sentido? 

Aprender a competir en lo que era nuestra propia cancha y que ahora no lo es más. 

Es decir, poder buscar la vuelta para captar los mejores talentos de la mano de un diferenciador clave. Antes, era el trabajo remoto, pero eso ya no volverá a ocurrir porque la modalidad llegó para quedarse. 

Con esto no solo perdimos visibilidad, sino que también cambiaron las reglas del juego dado que los grandes actores del sector están teletrabajando y son los que van marcando el ritmo. 

¿Volvería a Uruguay?

De momento no, nos gusta mucho vivir acá por lo que no me veo volviendo a Uruguay en el corto plazo. Pero a largo plazo, quizá sí.  

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