El Directorio del Banco Central del Uruguay (BCU), resolvió este miércoles recortar la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos, desde 9% hasta 8,5%.
Esta nueva baja llega tras la pausa que la autoridad monetaria había hecho en febrero, y se concreta días después que la inflación en Uruguay volviera a caer, esta vez hasta 3,8% en el año cerrado a marzo.
En tanto, el promedio de expectativas de analistas, empresarios y mercados financieros para el horizonte de 24 meses tuvieron un nuevo descenso en marzo para ubicarse en 6,3%. Si bien están en mínimos históricos, todavía se ubican por encima del techo de rango meta (entre 3% y 6%).
Tras su segunda reunión del año el Comité de Política Monetaria (Copom), valoró positivamente la permanencia de la inflación en el rango meta (desde hace 10 meses) y la convergencia de las expectativas.
¿Cómo puede jugar la decisión de tasas en el valor del dólar?
El precio del dólar en Uruguay tocó los $ 37,5 el mes pasado, y en los últimos días recuperó algo de terreno y se volvió a situar por encima de los $ 38.
La caída del tipo de cambio reactivó los planteos de sectores agroexportadores por la pérdida de competitividad internacional que sostienen se ha agravado. Los reclamos han girado en torno a que el BCU intervenga en el mercado spot comprando divisas para apuntalar su precio.
Pero el BCU se ha mantenido al margen del mercado cambiario, algo que ocurre desde el 31 de agosto de 2021 como parte de la construcción del régimen de metas de inflación.
El recorte de tasas que fue mayor al esperado por el mercado (25 puntos básicos) hace que las colocaciones de títulos en pesos se vuelvan menos atractivas, y eso puede favorecer que distintos agentes como fondos, bancos y AFAP mantengan posiciones en dólares restando presión bajista al billete verde.
En teoría, esto puede influenciar para una valorización del dólar en el corto plazo a nivel local, pero no es de esperar movimientos relevantes por esta decisión. La suerte del billete verde en Uruguay también depende de factores mundiales.
Un elemento de importancia es la política de tasas de la Reserva Federal de EEUU. Esta entidad ha manejado que podría comenzar a reducir las tasas en junio próximo. Eso probablemente redunde en un dólar más débil a nivel global.
Las expectativas
La autoridad monetaria proyecta que la inflación interanual se mantendría dentro del rango meta durante todo el horizonte de política monetaria, terminando en 5,3% en 2025. En particular, la proyección sitúa a la inflación en 4,9% para el cierre del año 2024.
Los analistas privados esperan actualmente en mediana una inflación de 6 % para el horizonte de 24 meses, según la última encuesta de expectativas del BCU. Esa proyección se ubica en el techo del rango meta, pero todavía distante del centro (4,5%).
En tanto, las expectativas de los empresarios se ubican actualmente en el eje de 7% para los próximos dos años, según la encuesta que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De contractiva a neutra
Entre julio de 2021 y diciembre 2022 cuando la inflación estaba en niveles de 8% y 9% el BCU llevó adelante una política contractiva que subió la tasa de interés en 12 oportunidades.
En ese período la TPM pasó de 4,5% a 11,5% e implicó encarecimiento del crédito en pesos, menos incentivo para el consumo y mayor atractivo para el ahorro.
Luego en 2023 y a medida que las expectativas mejoraron se inició un ciclo de siete recortes que suavizaron la instancia de política, y que llevaron la TPM hasta los niveles actuales.
Tomando en cuenta que ahora la TPM se redujo a 8,5% y que el promedio de expectativas a 24 meses se ubica en 6,3%, la tasa real (nominal – expectativas) es de 2,2%, nivel muy alineado a lo que el BCU ha estimado como neutro.
Así este nuevo recorte pone fin momentáneamente a la instancia contractiva de política monetaria, que pasa a fase de neutralidad, y que en teoría no provoca presiones sobre la demanda en ninguna dirección.
Tasas y política monetaria
Una de las finalidades del Banco Central es la estabilidad de precios, como forma de preservar el valor de la moneda, o sea la capacidad de compra del peso uruguayo.
La actual política monetaria en Uruguay es un esquema de metas de inflación basado en tasas de interés. La variable principal de referencia es la tasa del mercado de dinero interbancario (tasa call) a 1 día de plazo.
La política monetaria busca que esta tasa transmita su señal al resto de las tasas de interés de la economía consistente con el objetivo de inflación. Es decir, termina incidiendo en el costo del dinero de los eslabones de la economía doméstica.