Política > El paro general
Patricia Bullrich aplicó el protocolo antipiquetes durante la marcha de la CGT
La presencia activa de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cobra relevancia en momentos cruciales para Javier Milei. Después de obtener el respaldo a la ley ómnibus en la Cámara de Diputados, el Gobierno volvió a implementar el protocolo antipiquetes ante el paro y la movilización convocados por la CGT en rechazo a las reformas económicas impulsadas por el Presidente.
Con plena conciencia de que la nueva estrategia de la Casa Rosada enfrentaría un desafío crucial, Bullrich supervisó meticulosamente desde temprano el riguroso operativo desplegado por las fuerzas de seguridad, incluyendo a la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval.
Este operativo se llevó a cabo en los accesos a la Capital y las estaciones de tren, donde se llevaron a cabo inspecciones de vehículos y controles de documentación. El objetivo: generar un efecto disuasivo y desalentar la participación de manifestantes en la protesta, constituyendo así el mayor desafío que Milei ha enfrentado en las calles desde el inicio de su gestión el pasado 10 de diciembre.
A pesar del considerable despliegue de fuerzas de seguridad, la administración nacional y el gobierno de la Ciudad no lograron evitar cortes de calles, especialmente en las inmediaciones del Congreso. La circulación se vio interrumpida en la Avenida de Mayo y la 9 de Julio debido a la masiva afluencia de manifestantes.
Aunque el Gobierno intentó montar una puesta en escena para reafirmar su postura de no tolerar piquetes o manifestaciones violentas, la protesta de la CGT transcurrió de manera pacífica y sin incidentes. Los sindicalistas expresaron su descontento con la dirección de la gestión, pero optaron por no intensificar el conflicto social en plena primavera de la gestión de Milei.
Previo a recluirse en la sede de la Policía Federal, que sirvió como centro de comando para monitorear las acciones de las fuerzas de seguridad, Bullrich recorrió el barrio porteño de Flores, donde se reunió con comerciantes, y la localidad bonaerense de Esteban Echeverría. Mientras miles de manifestantes se dirigían por la Avenida de Mayo hacia la plaza de los dos Congresos, frente al parlamento nacional y epicentro de la protesta de la CGT contra el DNU y la ley ómnibus, Bullrich buscó resaltar la diferencia entre la manifestación sindical y los ciudadanos que optaron por no sumarse a la huelga.
Mantuvo contacto constante con Milei, intercambiando mensajes para evaluar el desarrollo del operativo de seguridad. Hacia las 17:00, Bullrich tenía programada una reunión con el jefe de Estado en la residencia de Olivos para presentar un informe. Milei insiste en que enfrenta un paro "político", ya que no considera que el DNU o la ley ómnibus afecten a los trabajadores. Consciente de la escasa legitimidad social de los gremialistas, busca destacar el contraste entre los "argentinos de bien" y aquellos que defienden "privilegios".
En la cúpula de la cartera de Bullrich, se implementaron controles rigurosos en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, así como en las autopistas y estaciones ferroviarias, con el objetivo de disuadir y evitar que las columnas de militantes bloqueen el tránsito en la Avenida 9 deJulio para llegar al Congreso. "No van a pasar; el país está trabajando, no parando", reiteró Bullrich esta mañana durante su recorrido por Buenos Aires. Según la CGT, la convocatoria fue "masiva".
Pocos minutos después de concluido el acto, Bullrich dejó trascender que considera que se "alcanzaron los logros en materia de orden y seguridad para todos". En su cartera estiman que participaron unas 40 mil personas en la movilización.
