En Queensland, Australia, alertaron que algunos perros han desarrollado adicción a la sustancia alucinógena que produce el sapo americano
Rhinella marina, un veneno que ha puesto en peligro a varias especies del país oceánico. El hecho fue dado a la luz por veterinarios de la localidad.
Los profesionales han observado que se ha registrado un aumento de perros que buscan lamer la espalda de este sapo y muchos de ellos han sido tratados por sobredosis o envenenamiento en varias ocasiones, según el diario
Courier Mail.
La toxicidad de esta sustancia ha provocado que en algunas zonas de Australia un 95% de animales que tratan de comérselos, como cocodrilos, iguanas y gatos nativos, mueran.
El anfibio fue introducido en 1935 para combatir una plaga de escarabajos en las plantaciones de azúcar del estado nororiental de Queensland. No obstante, para desgracia de los agricultores, el sapo no se comió a estos insectos y se multiplicó sin control por casi todo el país.
La plaga del sapo americano, que mide hasta 15 centímetros de largo y tiene la piel rugosa y con protuberancias, también ha causado estragos en Hawai, Filipinas, Papúa Nueva Guinea y otras islas del Pacífico.