Personalidades recordaron a Maiztegui
Expresidentes, colegas y amigos hablaron de la vida del periodista
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12 de septiembre de 2015 a las 05:00
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Expresidente de la República
Julio María Sanguinetti
"Con el fallecimiento de Lincoln Maiztegui el país pierde, ante todo, un formidable ciudadano. Un espíritu independiente, una conciencia crítica, un pensador valeroso. Como historiador fue un cultor de la historia relato, que él hacía con elegancia y estilo, y con enorme honestidad. Le gustaba narrar y opinar, pero no confundía una cosa con la otra. Fue de un origen político profundamente nacionalista, profundamente blanco que tuvo su pasaje por el socialismo, pero por encima de todo estaba ese blanquismo profundo, pese al cual era un gran admirador y un defensor acérrimo de Fructuoso Rivera.
Luis Alberto Lacalle
Expresidente de la RepúblicaRicardo Peirano
Director de El Observador
"Escribía sobre cualquier tema, porque conocía sobre todos los temas. Era un hombre universal, tenía un gran gusto y conocimiento por la música, el cine, el fútbol, la historia. Tremendamente apasionado, leal con sus amigos, honesto en sus convicciones, e incluso cuando discrepaba con otro, lo hacía desde una postura de honestidad. Al diario le transmitía experiencia y la capacidad de pensar más allá, de ir a fondo".
Simón Gómez
Exeditor jefe de El Observador
"Cuando empecé a trabajar como periodista en el diario, él fue mi primer compañero. Lo que lo diferenciaba es que mientras se buscaba la precisión del dato, él también siempre se preocupó por cómo presentar la información. La importancia de escribir bien y contar las historias con calidad. Me marcó mucho en eso. Más allá de la precisión, el final es meter el gol y meter el gol es escribir bien. Siempre fue muy generoso. Nunca se guardaba nada, era un provocador nato. Un polemista profesional que siempre te dejaba algo".
Mauricio Rabuffetti
Periodista
"Fui parte del equipo con el que trabajábamos para hacer la enciclopedia del 2001. Una de las cosas que comentábamos siempre con Daniel Supervielle, es que mientras nosotros teníamos que salir a leer y preguntar a todo el mundo para escribir algo, él escribía la historia de Uruguay de memoria. No conozco a una persona que conociera tan al dedillo las personas, los personajes, los lugares. Como dijo un colega, un saber enciclopédico. Tenía un cariño con la historia que no se lo he visto a nadie".
Ana Ribeiro
Historiadora
"Lincoln era un valiosísimo profesor enamorado de su profesión. Era amoroso con sus alumnos, que lo seguían siempre y lo recordaban con un enorme afecto. Como historiador era uno de esos historiadores pasionales que no ocultan sus predilecciones y puntos de vista, pero también sabía ser un caballero a la hora de reco-nocerle a los contrarios sus argumentos. Lincoln era una garantía de diálogo siempre rico. Un gran estudioso y un hombre sobre todo con una prosa, tanto en lo oral como en lo escrito, muy correcta y seductora que hacían que sus libros fueran muy fáciles de leer. Era un libro abierto de un montón de cosas, no solamente de historia. Tenía un acopio de información impresionante. Era un gran memorioso y un gran recitador".
Ignacio González
Futbolista
"Fue el mejor profesor que tuve, me hizo interesar por una materia como ningún otro. Cada dos semanas íbamos a su casa a escucharlo contarnos historias y anécdotas, porque aparte sabía de todo. Lo recuerdo como un hombre bohemio, siempre con una pipa en la boca, y como un gran amigo. En 2003, yo estaba en Chile jugando el Sudamericano sub-23, y un día se aparece en la puerta de nuestro hotel. Se había ido solo, manejando hasta Chile, y en el viaje casi choca. Me regaló un cuento de esa experiencia que se llama Cuando pa Chile me voy".
Juan José Norbis
Periodista
"Lincoln Maiztegui era un tipo singular. Se destacó en una olimpíada de ajedrez en Libia, pero no recibió premio alguno por que tuvo que huir del país antes de las finales. En España compró un Mercedes que se rompió en un viaje por carretera y allí lo abandonó. Compró un solar en El Pinar para ir a construir y vivir allí, pero abandonó el proyecto horas después de firmar la escritura. Llegó a deber 10 años de patente porque se negó a "darle un peso" a la Intendencia Municipal de Montevideo mientras Arana fue intendente. Se proclamaba socialista-herrerista".
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