Plaza-Peñarol: el fútbol uruguayo tuvo su primera gran fiesta en el renovado Estadio Centenario

Luego de las obras que realizó Conmebol por US$ 5 millones para recibir las finales de la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, el fútbol y los hinchas uruguayos comenzaron a disfrutar el legado que dejaron en el primer escenario mundialista esos dos partidos.

Y tras el encuentro entre Montevideo City Torque y Progreso del pasado sábado, el Centenario tuvo su primera gran noche con la semifinal que tuvo entradas agotadas en la Olímpica y Ámsterdam, y muy buena venta en la Colombes.

Los primeros hinchas, con mayoría aurinegra, llegaron con bastante antelación al encuentro para evitar demoras en los controles de ingreso.

El estadio los espero con su iluminación encendida pese a haber luz solar en las últimas horas de la tarde.

Luego, tras el atardecer, los nuevos focos mostraron todo su potencial y el partido comenzó con luz artificial.

El encuentro tuvo salida estilo Mundial FIFA, con los dos equipos saliendo a la vez y pasando con un arco, con la pelota en una plataforma, con el saludo de los futbolistas de Peñarol pasando a darle la mano a los de Plaza y con la posterior foto del equipo con el cartel de las finales.

Con el partido iniciado, lo que llamó la atención fue el piso espectacular, sin marcas, sin panes que se levantan o pozos, y con la pelota rodando de forma perfecta.

También se pudo apreciar los nuevos bancos de suplentes, con sus nuevas butacas parecidas a las de los cines.

Lo que llamó la atención es que no estuvieron las lonas que se habían colocado en los taludes de la Ámsterdam y Colombes en las finales de Conmebol. Eso le daba un aspecto mucho más futurista a ese sector que, sin esos telones, quedó con el cementoa la vista.

El talud de la Olímpica, por su parte, no estuvo habilitado.