Radiografía de los hombres que están “dentro de un barril de pólvora”

Con aproximadamente 30.000 funcionarios –entre policías y administrativos– el Ministerio del Interior tiene la doble complejidad de ser la secretaría de Estado más grande del Poder Ejecutivo y la que administra uno de los asuntos de mayor sensibilidad de los uruguayos: la seguridad. 

La responsabilidad política pesa sobre el ministro, máxime en un Ejecutivo en el que el presidente Luis Lacalle Pou ha dicho que “los ministros esencialmente son fusibles” y “está en tanto y en cuanto sea exitoso en su gestión y cumpla con los planes, a corto, mediano y largo plazo”.

En su gestión, Larrañaga se apoya en el director general de la Secretaría, Luis Calabria, y en el subsecretario Guillermo Maciel, sobre quienes recae el gran peso administrativo de la cartera.

A diferencia de Calabria, que es un viejo conocido del ministro (ver recuadro), Maciel no tenía una relación cercana con Larrañaga. El vínculo entre ambos comenzó a gestarse a través del exsenador Pedro Bordaberry,  creador de Fundación Propuestas, un organismo que propició varios intercambios sobre seguridad al emitir en forma periódica cifras sobre delitos paralalelas a las  que publicaba el exministro Eduardo Bonomi.

 Sin embargo, el acercamiento entre Maciel y Larrañaga se estrechó cuando el hoy subsecretario del Interior manifestó su apoyo al plebiscito constitucional Vivir sin miedo que fue derrotado en las urnas en las elecciones nacionales pasadas, según reconocieron fuentes de la cartera.

Ya trabajando dentro de un mismo edificio, bastaron pocos días para que los tres jerarcas se conocieron en profunidad y lograran trabajar “muy bien entre los tres”, aseguraron allegados a Larrañaga. Y en diálogo con El Observador, Maciel lo ratificó: “Desde el primer día fue formidable esto, y me siento muy cómodo trabajando en equipo, la única manera como concibo trabajar porque no creo en personalismos. Nos dividimos el trabajo con Jorge, nos complementamos, cada uno le lleva al otro lo que está haciendo, y tenemos muchas reuniones con jefes y mandos policiales”, cuenta.

El equipo del ministerio lo completa Diego Fernández, el director nacional de la Policía, quien fue jefe del cuerpo que años atrás se llamó Coraceros –hoy Guardia Republicana–, y que luego fue también jefe de policía de la capital hasta 2013, cuando renunció y se retiró. 

Es un hombre que, además, cuenta con el total respaldo del ministro, quien lo defendió públicamente el 19 de junio, luego de contradecirlo con su decisón de  retirar del salón de actos de la Dirección General de Información e Inteligencia  la placa que conmemoraba al inspector Víctor Castiglioni, acusado de violar derechos humanos durante la dictadura.

Equipo del BID

En agosto, comenzó a trabajar el nuevo equipo que conforma el Programa Integral de Seguridad Ciudana, un proyecto que funciona en la órbita del ministerio desde 1998  y que es financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Larrañaga eligió como coordinador general del programa a Juan Andrés Ramírez hijo –que además realiza tareas de asesoramiento jurídico en la cartera–, y los otros dos integrantes accedieron al cargo por concurso. 

Se trata de Diego Sanjurjo, quien fue asesor en materia de seguridad del sector Ciudadanos del Partido Colorado durante la campaña electoral, y Robert Parrado, también experto en temas de seguridad, y mano derecha del líder del Partido de la Gente, Edgardo Novick. 

El primero tiene a su cargo la responsabilidad de elaborar insumos para la mejora en la toma de decisiones en áreas como el Programa de Alta Dedicación Operativo –y monitorear resultados–, y el segundo se encarga de generar estrategias para fortalecer el área de la prevención.

Según dijeron fuentes de la cartera a El Observador, la intención de Larrañaga y del BID es que el programa adquiera un perfil definido durante esta administración y realice aportes concretos, algo que no ocurrió con los jerarcas anteriores.

“El programa no ha avanzado como tenía que haberlo hecho en el último tiempo, y ahora el desafío es ponernos a tono cuanto antes”, reconocieron. Desde el BID también se solicitó que los integrantes de este equipo tengan pocas declaraciones ante la prensa. 

Jorge Larrañaga

A sus 64 años, Larrañaga llegó al ministerio como su último destino político, luego de perder por tercera vez consecutiva las elecciones internas de su partido, y con su sector partidario, alianza Nacional, debilitado por la fuga de dirigentes. Sin embargo, a casi seis meses de su gestión, Larrañaga ya cuenta con una primera presentación estadística que muestra una leve reducción de los homicidios (1,2%), rapiñas (5,6%) y hurtos (12,6%), un descenso que él calificó como el “más importante de los últimos 10 años”. Larrañaga defiende su barril de pólvora casi las 24 horas al día: a los pocos minutos de levantarse de la cama, el ministro tiene por costumbre comenzar con una ronda de llamados, que puede incluir desde jefes de Policía hasta el presidente de la República, con quien se comunica todas las semanas, y lee además las “novedades nocturnas” que le llegan a diario a través de WhatsApp.

Guillermo Maciel

Guillermo Maciel, abogado y docente de 62 años, fue desingado como subsecretario por el presidente Luis Lacalle Pou. Integra las filas del Partido Nacional luego de renunciar en 2019 al Partido Colorodado tras una serie de discrepancias con el entonces candidato a presiente Ernesto Talvi y sus asesores en seguridad. Maciel había integrado hasta el año pasado  la Fundación Propuestas –que ya dejó de existir– como el responsable de los análisis y valoraciones políticas del organismo cuando se emitían informes sobre cifras de delitos.  Ahora el jerarca se encarga de otorgar licencias extraordinarias con o sin goce de sueldo, elaborar proyectos de ley, coordinar con los otros poderes del Estado, además de la integrar comisiones, como la Junta Nacional de Drogas, el Consejo Honorario de Instrucciones Generales y la Unasev.  Fue además irector general de la Secretaría entre 1999 y 2005.

Luis Calabria 

Luis Calabria, abogado de 40 años, se formó en política junto a Larrañaga. Aparece junto al ministro en las presentaciones públicas y en las conferencias de prensa, aunque no suele brindar declaraciones ante los medios de comunicación. Trabaja codo a codo con Larrañaga desde 1999, y se ha convertido en su mano derecha desde entonces, tanto desde dentro del sector de Alianza Nacional como desde la Cámara de Senadores, donde fue prosecretario y secretario personal de Larrañaga. Ahora, debe encargarse de la coordinación de las distintas unidades de la cartera, además de administrar y gerenciar los recursos humanos, materiales y financieros, contaron allegados al jerarca. Por tal motivo, tuvo la compleja tarea de trabajar sobre los temas presupuestales de cara a la Ley de Presupuesto que el gobierno enviará al parlamento el 31 de agosto.

Santiago González

Santiago Gonzalez, de 46 años, es el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana. En una entrevista con El Observador a pocas semanas de haber asumido en el cargo, dijo que proyectaba tener un perfil “no tan estridente” como el que tenía su antecesor, Gustavo Leal. De todas formas, González suele ser la cara visible del ministerio en distintas firmas del convenio y actividades que se publicitan en las redes sociales, como las que se relacionan con temas carcelarios, área de la que además es asesor directo del ministro. González es un hombre de extrema confianza de Larrañaga, de quien fue secretario en la Cámara de Senadores , y es uno de los vínculos entre la cartera de seguridad y la sociedad civil, además de ser un interlocutor directo con los distintos jerarcas policiales.

Juan Manuel Romero 

El responsable de la divulgación de todo lo que hace la policía y el ministerio es Juan Manuel Romero, licenciado en Comunicación de 33 años, quien antes de llegar a la cartera era coordinador de Comunicación Pública de la empresa Improfit. Hoy es director de la Unidad de Comunicación del ministerio, y llegó al cargo con el proyecto de dar más visibilidad a las tareas policiales, y dar prioridad a los trabajos audiovisuales. El principal desafío del departamento que dirige, aseguró, es  “encontrar un equilibrio entre las actividades del Ministero del Interior y Larrañaga, que es el ministro más político de todos los que hay en el gabinete”. Además, contó que dirige un equipo con “alta calidad humana” con enstusiasmo y “ganas de hacer cosas”.