La alegría fue millennial en el Río de la Plata cuando el 9 de diciembre Netflix agregó a su catálogo la novela juvenil argentina Rebelde Way, una de las creaciones más célebres y de mayor proyección internacional de la productora Cris Morena, responsable de algunas de las series televisivas que moldearon la infancia y adolescencia de los actuales adultos de la región, como Chiquititas, Verano del 98 y Cebollitas (donde su rol fue el de escribir las canciones y la dirección).
Pero el reencuentro nostálgico con la serie protagonizada por Luisana Lopilato, Benjamín Rojas, Camila Bordonaba y Felipe Colombo también llevó a que algunos antiguos seguidores descubrieran que a la luz de los cambios y las luchas sociales que se han instalado en los últimos años, algunos de los mensajes o situaciones planteadas por la novela son más incómodas de lo que parecían en su época de estreno.
El que encendió la mecha de la viralización fue un tuit: "En 4 capítulos de Rebelde Way ya vi: xenofobia, homofobia, gordofobia, antisemitismo, odio por los pobres, indicios de prostitución juvenil. Cris Morena debería estar presa", del usuario argentino @LisiadoMarginal. Lo que se inició ahí fue una seguidilla de mensajes tanto a favor como en contra de las producciones de Morena.
Algunos agregaron sus propios ejemplos, a través de escenas puntuales o recordando otros temas que vistos desde 2019 toman otra dimensión. Algunos también apelaron a algún toque de humor, como una cita a Cebollitas en las que se dice que se difunde el "bielsismo", en referencia al estilo del entrenador Marcelo Bielsa.
La defensa de la productora se basó en que esas producciones representan los valores de dos décadas atrás, y que la sociedad ha cambiado - o está intentando cambiar - por lo que es entendible que hoy resulten violentos.
Incluso días atrás una integrante del elenco de Rebelde Way, Ángeles Balbiani, contó a comienzos de diciembre como sufrió episodios de bullying de parte de sus compañeros de elenco por su peso y su físico. "En el elenco de Rebelde Way tuve problemas de bullying. Era doloroso que algunos compañeros me hicieran sentir mal. Yo trataba de que no me importara", relató al portal Teleshow, y recordó además que en su liceo no tenía que enfrentarse a situaciones similares, sino que solo le ocurría en su trabajo.
Salvando las distancias, el descubrimiento de que algo que en su momento hizo reír y ahora es incómodo ya le pasó a Los Simpson, con la polvareda levantada por el documental The problem with Apu (el problema con Apu), en el que el humorista estadounidense de origenes indios Hari Kandabolu, manifestaba cómo el personaje de la serie animada reflejaba estereotipos erróneos y era ofensivo, varios años después de que la serie se hiciera célebre.
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