35 detenidos se encuentran declarando ante la Justicia, luego de que la Policía e Interpol desarticularan en la mañana de ayer a una red de traficantes que operaba en Uruguay, Argentina, Brasil y China. La operación Mandarín en la que trabajan las unidades de Crimen Organizado venía investigando el caso desde hacía dos años.
La red de traficantes se dedicaba a traer chinos de forma ilegal. Hasta el momento la Justicia tomó conocimiento de seis víctimas, que se trasladaban desde China hasta Brasil, cruzaban a Uruguay en las fronteras con Rivera y con Rocha, y de allí partían a Salto. Una vez en Salto, se trasladaban en auto o en lancha hasta Argentina, el destino final, donde los jóvenes eran explotados laboralmente en supermercados y fábricas textiles, informaron a El Observador fuentes vinculadas al caso.
El líder de la banda es de origen chino y también se encuentra detenido. Entre los traficantes también había argentinos y varios uruguayos, de los cuales uno era funcionario de Migración
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