Reforma de las jubilaciones: qué piensa Mieres sobre la unificación de todos los sistemas

De todas formas, Mieres abrió la puerta a extender un poco ese plazo tras el pedido público que se hizo desde el PIT-CNT y el Frente Amplio. "En principio los componentes del diagnóstico están claro, pero si hubiera que dar algunos días más no habría mayor inconveniente sin la necesidad de ninguna resolución formal. Lo que es importante es que el diagnóstico está mostrando un montón de problemas que el régimen de seguridad social tanto en materia de sustentabilidad como de proyección demográfica, que son componentes que llevaron a que este tema se convirtiera en una urgencia señalada por todo el sistema político. En 2019 ya hablábamos todos de la necesidad de una reforma. Y la reforma no es porque sobre la plata, al contrario. Ninguna reforma de la seguridad social trae excelentes noticias", recordó el ministro de Trabajo. 

El jerarca indicó que el diagnóstico que se hizo confirmó que existe una "necesidad de ajuste". Además, de que "hay inequidades, problemas de cobertura, de accesibilidad, de injusticia a cuáles son los retornos jubilatorios para un sector o para otro. El análisis que se ha hecho en la Comisión de expertos es muy rico, completo, y seguramente será muy exigentes para la segunda parte (del trabajo) que es la propuesta de reforma al Poder Ejecutivo. Nuestra idea es que podamos en la segunda mitad de 2021, julio, agosto, mandar al Parlamento el proyecto de ley de reforma. Ese debería ser nuestra meta. Ojalá que sea un proyecto que tenga niveles de consensos amplios pero sabemos también que no es fácil", admitió. 

Lo que puede salir

Una de las tareas más complejas que tendrá la reforma será contemplar un realidad muy heterogénea por el funcionamiento de distintos sistemas (profesionales, escribanos, bancarios, militares, policías), pero también dentro del propio BPS.

El ministro de Trabajo dice que "filosóficamente" es partidario de desarrollar "la mayor cantidad de convergencias posibles" entre todos los sistemas que están vigentes hoy en día para corregir inequidades. 

"Reconozco que en los trabajos y las formas de empleo y características tienen diferencias que hay que tomar en consideración a la hora de tener un sistema. Ahora, nuestro sistema es muy heterogéneo porque no solo están las cajas paraestatales y los servicios de retiro policial y militar sino que, además, dentro del propio BPS, hay también diferencias según distintos sectores de actividad. La ley de urgente consideración estableció que la reforma debía ser integral. Eso quiere decir que todos los servicios de seguridad social deben estar contemplados en el proyecto de reforma. ¿De qué manera?  No lo sé. ¿Hasta dónde podemos avanzar en esa convergencia? Bueno, eso es un tema que está en manos de los expertos. Me parece que está bueno que la mirada sea lograr criterios lo más generales posibles", planteó. 

Por otro lado, Mieres dijo que no le sorprendió el resultado de una encuesta de opinión pública donde el 78% de los encuestados se mostró contrario a subir la edad de jubilación, hoy en 60 años. "Es casi que obvio. Todo el mundo se para en sus propios zapatos y dice: ‘me van a patear la pelota para adelante’. Hay que poner en contexto porque cuando se le pregunta en la misma encuesta cuál es la edad de retiro, la gente no tiene mucha idea", apuntó. De hecho, la edad de retiro efectivo ya está por encima de la legal (60 años) y es de 62 años y medio aproximadamente.

"Probablemente la gente tenga miedo de que le tiren la pelota hacia un momento en donde ya es demasiado tarde. Hay que discutirlo. Lo que está claro es que las sociedades que tienen nuestra estructura demográfica tienen una edad de retiro más larga de la que tiene hoy Uruguay; no es un drama tampoco. Al que tiene causal jubilatoria no le va a tocar. En todas las reformas de seguridad social hay grupos de transición diferenciales. La reforma de 1996 se aplicó el régimen mixto para los menores de 40 años de aquel momento", recordó Mieres.