Representante comercial electa de EEUU revela mucho acerca de política comercial de Biden

Katherine Tai formó parte del último grupo de nuevos funcionarios del gabinete de Joe Biden en ser elegidos, pero ella no ha tardado en entrar en materia. Tai, la principal asesora comercial de los demócratas de la Cámara, pronunció su primer gran discurso bajo su nuevo título como representante comercial electa de EEUU esta semana.

A primera vista, no había mucho en el discurso que fuera a sorprender a cualquiera que hubiera estado prestando atención al debate demócrata en cuanto al comercio; hubo mención de un compromiso con una política comercial que “beneficiaría a los estadounidenses, a las comunidades y a los trabajadores”, que comenzaría, dijo Tai, con “reconocer que las personas no son sólo consumidores” sino también trabajadores asalariados. También describió a EEUU como un país que está enfrentando "retos sustanciales para navegar y mantener nuestros valores y nuestro lugar en el mundo", una indirecta en referencia a la política exterior aislacionista y transaccional de Donald Trump. Ella, además, advirtió que EEUU estaba enfrentando una “competencia cada vez mayor de una China ambiciosa y en crecimiento”; de nuevo, lo que podía anticiparse.

Pero también hubo algunas señales interesantes de cómo Tai manejaría su nuevo rol. Eso incluyó un indicio de que hacer cumplir los términos de los acuerdos comerciales existentes sería una prioridad, específicamente en el contexto del nuevo Tratado entre México, EEUU y Canadá, o T-MEC, el cual, ella señaló, fue “uno de los pocos logros legislativos bipartidistas de los últimos años". El reto, explicó, “es asegurarnos de que sigamos prestándole atención a este acuerdo; nutriendo lo que está funcionando y corrigiendo el rumbo cuando las partes se tambaleen y se desvíen de los viejos y nuevos compromisos”.

Entonces, ¿qué podría indicar todo esto acerca de la actitud de la administración Biden hacia el comercio?

En primer lugar, el nombramiento de Tai, quien aporta una enorme cantidad de experiencia relevante, representa una buena señal para las personas que piensan que vale la pena conducir la política comercial concienzudamente.

Había diversos nombres en la carrera para este puesto, algunos más serios que otros, y algunos pertenecían a personas que no tenían absolutamente ningún antecedente en materia de política comercial, pero que necesitaban o se les debía un empleo en la administración por razones puramente políticas. Biden ha dicho que no está interesado en acuerdos comerciales. Esto ha sido ampliamente interpretado en el sentido de que él no está interesado en la política comercial en sí, pero el nombramiento de Tai indicaría que la posición del presidente entrante no es tan simple. Lo cual es una buena noticia para los especialistas en comercio.

En segundo lugar, indica que la postura de la administración Biden en relación con el comercio será menos proglobalización que la de administraciones demócratas anteriores.

Tai es particularmente popular entre los demócratas progresistas, quienes la ven como una diplomática que simpatiza con sus puntos de vista. Algunos de sus partidarios en el pasado han expresado opiniones firmes en cuanto a los tratados comerciales y — como su predecesor Robert Lighthizer — quieren atraer a los trabajadores que creen que el comercio ha disminuido sus salarios y priorizarlos por encima de las corporaciones que se han beneficiado de ellos en el pasado.

Por supuesto, Biden no ha ido tan lejos como para nombrar a alguien demasiado antagonista; Tai, por ejemplo, les ha dado crédito a las empresas y a los trabajadores por su cooperación en hacer posible el T-MEC. Pero ella ha tenido vínculos con el mundo sindical durante mucho tiempo, y ya se ha reunido con sus principales figuras antes de asumir el cargo.

En tercer lugar, indica que Biden está dispuesto a escuchar a los legisladores en relación con el comercio.

Un sinnúmero de gente ha criticado a la administración Trump por haber estado extremadamente dispuesta a usar anticuadas leyes de seguridad nacional para aplicarlas a la política económica internacional sin pasar por la aprobación del Congreso. Dos ejemplos son los aranceles de la Sección 301 sobre China y las amenazas de aplicar aranceles de la Sección 232 sobre los automóviles alemanes (lo cual nunca sucedió, pero pudiera haber ocurrido sin recurrir al Congreso).

Pero muchos en el Capitolio, incluidos los demócratas, han señalado que la razón por la que Lighthizer tuvo tanto éxito en asegurar algunos de los objetivos de la política comercial de Trump — como la actualización del TLCAN, el tratado comercial entre EEUU, Canadá y México — es porque él entendió cómo operar en el Congreso. Esto no es una tarea fácil. Es una habilidad con la que Tai también ha sido bendecida y, en su discurso, ella se comprometió a trabajar con el Congreso. De hecho, si bien se ha hablado mucho de su experiencia en la aplicación de la ley comercial en contra de China durante su período anterior a fines de la década de 2000, cuando era asesora general y luego abogada principal encargada de asegurar el cumplimiento de las leyes comerciales relacionadas con China, la habilidad más significativa puede que sea su influencia en el Congreso.

Mis colegas y yo todavía no hemos encontrado ningún demócrata en el Capitolio — aparte de uno o dos que pudieran haber formado parte de los postulados en algún punto — que respaldaran a alguien más. Esto también debería darles a los aliados estadounidenses la confianza de que Tai está en sintonía con lo que los políticos estadounidenses aceptarán o rechazarán cuando se trate de cosas que deben ser aprobadas por ellos, como, por ejemplo, el próximo acuerdo de libre comercio entre EEUU y el Reino Unido.

Como dijo Tai hacia el final de sus comentarios, ella tiene bastante trabajo por delante. Desde contender con China hasta enmendar las cosas con Europa, mientras lidia con la tensión relacionada con los impuestos digitales y con Airbus/Boeing, la administración Biden tiene mucho que hacer en lo que respecta al comercio. Pero estamos tomando el nombramiento de una figura política que conoce su materia como una señal de que Biden está consciente de cuán seria y complicada seguirá siendo esta área.