Sánchez pone en juego su habilidad política con un giro al centro para frenar la pérdida de votos

Sánchez busca evitar una derrota histórica tras la debacle que sufrió la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, y dejó atrás los debates más afines a sus socios políticos de Podemos para hablarle a los socialistas moderados, que se alejaron por las polémicas dentro de su gobierno y algunas leyes controvertidas que le generaron mucho desgaste.

"Hay un trasvase de votos de la izquierda hacia la derecha que ronda más o menos el 10% del voto, antiguos socialistas que reconocen que votaron a Sánchez en noviembre 2019 y que ahora dicen que van a votar el Partido Popular", explicó a la agencia AFP María Martín, de la consultora de sondeos GAD3, para quién unos 700 mil votantes podrían darle la espalda a Sánchez el próximo domingo. 

Por eso este madrileño de 51 años, especialista en Economía, le habla a los indecisos sobre "los peligros" que conllevaría un pacto de gobierno entre PP y Vox e insiste con "la remontada" del PSOE en los últimos días de campaña. A la par, su socia política, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, disputa con Sumar los votos de izquierda radical tras la caída en las urnas de Podemos.

Fueron justamente las tensiones y polémicas con la agrupación morada las que terminaron debilitando su gobierno, como la ley de consentimiento sexual, conocida como ley del sólo sí es sí, impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero, que pretendía ser más dura contra la violencia sexual pero generó la reducción de penas a más de 1.000 agresores, lo que obligó a Sánchez a reformarla con el apoyo del PP de Feijóo, frente a la negativa de Podemos.

Los ruidos con sus aliados le dificultaron a Sánchez incluso capitalizar los resultados económicos, en un país con un crecimiento robusto y una inflación controlada, en mejor situación que algunos de sus vecinos europeos.

La suerte de Sánchez, que se convirtió en 2018 en el primer presidente de España investido tras una moción de censura victoriosa contra Mariano Rajoy, sin pasar por las urnas, y se mantuvo en La Moncloa en 2020 tras alcanzar un acuerdo de coalición con Podemos, estará de nuevo en vilo este domingo. 

Nacido en Madrid el 29 de febrero de 1972, Sánchez estudio su bachillerato en el instituto público Ramiro de Maeztu de la capital española, y se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense en 1995. En 2012 concluyó el doctorado en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela, donde fue profesor. Pero antes de iniciar sus clases, fue asesor del Parlamento Europeo (1998) y jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo (1999).

Su ascenso a la política nacional comenzó en 2014 cuando se convirtió en el primer secretario general del PSOE elegido por el voto directo de la militancia, con el respaldo de destacados dirigentes socialistas como Susana Díaz, líder del partido en Andalucía. Desde ese lugar, se presentó a las elecciones generales en 2015 y 2016, pero perdió en ambas ocasiones.

En 2016 el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en Galicia y País Vasco, lo que forzó su salida del liderazgo del partido y su renuncia como diputado. 

Pero fiel a su estilo, Sánchez, que está casado con María Begoña Gómez Fernández y tiene dos hijas, no se dio por vencido y volvió a la dirección del PSOE en 2017 tras imponerse en las primarias a su exmentora Susana Díaz. Un año después llegaría a La Moncloa.