En abril partió un barco con 7.000 vaquillonas, una nueva carga con 4.200 ejemplares se prepara para salir en diciembre y hay otro pedido encargado para marzo de 2021, todo con destino a China, informó a El Observador Federico Di Santi, director del Escritorio Di Santi, aludiendo a un negocio que recobró su intensidad.
Según comentó, el mercado chino estaba cerrado desde el año 2015. Desde ese año, hasta el negocio que hubo en abril de este año, “no salió hacia China ningún barco exclusivo con ganado Holando”.
El mercado se cerró “porque no daban los números”, dijo, y añadió que le preocupa que el aumento de precios en el mercado interno pueda cortar las ventas.
“Todos queremos que las cosas valgan más, pero tengamos el foco en mantener el negocio”, pidió.
También destacó que tras el embarque de abril China ha renovado su demanda.
Si bien la pandemia no cambió los niveles de exportación, sí cambió la manera en que se hacen los negocios. Los veterinarios chinos que solían controlar la sanidad de los animales y los procesos este año no pudieron venir a Uruguay.
Para Di Santi, que las ventas se hayan concretado pese a que los controles fueron a distancia –con el chequeo veterinario local a cargo del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca–, muestra una confianza en el mercado uruguayo que “se ha ido reafirmando con los años”.
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