Durante la tercera jornada del juicio oral por la muerte de Manuel Storani, hijo del prominente dirigente de la Unión Cívica Radical, Federico Storani, una testigo clave complicó seriamente al único acusado del hecho, Pablo Torres Lacal. En la declaración al Tribunal Oral 1 de San Isidro, la mujer, cuya identidad decidió mantener en reserva por miedo a represalias, reveló que Lacal manejaba su lancha en el Delta bajo los efectos del alcohol.
La testigo, amiga de la pareja de Lacal, sostuvo que el acusado había estado tomando alcohol en un asado de su empresa de importación de objetos de decoración antes del choque. Según su testimonio, se enteró de esto gracias a la novia del imputado, que le había comentado que unas horas antes de la tragedia en el Delta, Torres Lacal la había llamado por teléfono y casi no había podido comunicarse de lo alcoholizado que estaba.
La declaración, que se produjo sin la presencia del imputado, lo complica aún más y desacredita a su defensa, que había sostenido en múltiples ocasiones que su cliente no consumía alcohol y que gozaba de buena salud. Además, la testigo destacó que "nunca viajaría" con él en su lancha debido a su tendencia a manejar a velocidades muy altas.
El trágico incidente ocurrió el 31 de marzo de 2016 cuando una embarcación circulaba a "gran velocidad" por el Delta y chocó de frente contra otra lancha, causando la muerte de Manuel Storani, Ángeles Bruzzone (su madre) y Francisco Gotti, quien era amigo de Lacal.
Federico Storani, visiblemente afectado, compartió sus sentimientos en la primera jornada del juicio: "Nunca imaginé que iba a estar en un tribunal hablando de la muerte de mi hijo y de Ángela. A Manuel lo caracterizaba un humor fino, sutil, excelso. Su belleza se expresaba en el espíritu con el que abordaba la vida. Era un sol. Tenía don de gente. Era un excelente estudiante del Crisóforo Colombo. Su proyecto de vida quedó truncado por la tragedia. Era una persona con un futuro prometedor que generaba una enorme empatía. Por lo tanto, el golpe a mi familia fue devastador".
Luego del testimonio del dirigente, Lacal, imputado por el delito de "triple homicidio simple por dolo eventual," que conlleva penas de entre ocho y 25 años de prisión, pidió hablar y aseguró: “Para mí fue lo peor que me pasó en la vida. Desde que me desperté, siete días después del accidente, no paraba de llorar. Entiendo el dolor de todos los familiares. Pido sinceras disculpas porque entiendo lo que están sintiendo”.
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