Ser joven y mujer en el interior: la pesadilla de buscar trabajo

El desempleo es cuatro veces mayor entre los menores de 30 y agudiza las diferencias que se dan a nivel general; la formación juega un rol clave

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30 de mayo de 2020 a las 05:02

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Stefania hace casi cuatro años que terminó la Licenciatura en Dirección de Empresas en Salto. Estudió en la sede que la Universidad Católica tiene en ese departamento y mientras avanzaba en la carrera tuvo dos puestos vinculados a lo que estudiaba. Pero terminando la carrera se quedó sin trabajo. La veterinaria salteña para la que trabajaba cerró y no le quedó otra que volver a Young. 

“Yo no quería volver, pero la situación no me daba muchas opciones”, cuenta a El Observador desde su ciudad natal. Ahora, con 27 años, divide su tiempo entre un emprendimiento personal de venta de joyas y algún trabajo puntual de su profesión, pero no alcanza. En el último año tuvo cuatro entrevistas en diferentes empresas, pero no quedó en ninguna. Incluso, en algún momento pensó en mudarse a Montevideo, pero nunca fue una opción que tomara fuerza. 

Es que Stefanía integra un grupo que no la tiene fácil para conseguir trabajo. Es joven, mujer y quiere vivir fuera de la capital. La tasa de desempleo juvenil (14 a 29 años) es cuatro veces mayor que entre aquellos que superan los 30 años, según datos del 2019 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) procesados por la Unidad de Estadísticas del Ministerio de Trabajo. El ministro, Pablo Mieres, ha señalado en varias oportunidades que se trata de una preocupación. 

Uno de cada cinco (20,2%) menores de 30 que buscan trabajo está desempleado mientras que entre los mayores es apenas uno cada 20 (4,9%). “El empleo juvenil habitualmente tiene una tasa tres veces mayor respecto al resto pero ahora se profundiza. Al igual que los mayores de 55. Los extremos siempre son complicados”, explica a El Observador el gerente general de la consultora Advice, Federico Muttoni. 

Uno de los principales problemas, según explica Muttoni, es que son pocas las empresas que están dispuestas a ofrecerle su primer empleo a una persona sin experiencia y menos aún las dispuestas a capacitar. 

Por eso, si el corte etario es de 14 a 24 años, el desempleo llega a 27,7%, según el INE. En enero un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advertía que Uruguay se encontraba dentro de los cinco países de América Latina donde el desempleo entre esos jóvenes había crecido más en el último tiempo. 

Si bien el deterioro del mercado laboral es general, los jóvenes son los primeros en sentirlo. Cuando en 2011 la tasa de desempleo llegaba a mínimos históricos, entre los jóvenes ese número era poco unas tres veces más que entre los mayores de 30. Esa diferencia se fue agudizando y en 2019 fue más de cuatro veces mayor.

Y la formación juega un rol clave en este tema. Mientras que entre los jóvenes que tienen la educación terciaria completa el desempleo es de 7%, entre aquellos que no finalizaron la educación media superior es de 25%. Sin embargo, los datos procesados por la Unidad de Estadística del Ministerio de Trabajo muestran datos variables en el vínculo formación y empleo. 

Es decir, entre los que tienen Primaria incompleta, el desempleo es menor que entre los que tienen educación media superior incompleta. Pero también varía la calificación de los trabajos a los que acceden. 

“Tenemos en Uruguay un desafío por delante muy importante, vinculado al empleo de los jóvenes y particularmente asociado a la deserción en educación media y superior”, apuntó Muttoni. 

Esa falencia fue una de las que señaló el exdirector de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía, Christian Daude. Según escribió en Twitter en a inicios de mayo uno de las principales causas del desempleo juvenil es los "creciente problemas de transición del sistema educativo al mercado laboral" y también el "desajuste entre competencias laborales demandadas y las que tienen los jóvenes hoy". 

Daude también señaló que si se mira la tendencia a largo plazo, desde hace 15 años que la tasa de desempleo juvenil viene creciendo en comparación con la tasa de desempleo general. 

Otras barreras

Las diferencias de género y localidad que se dan a nivel general, se acentúan cuando se desglosan los números. Las mujeres siempre han tenido mayor dificultad para acceder al empleo, por las tareas domésticas no remuneradas que realizan, y estar en la edad en la que se supone que una mujer puede ser madre es un obstáculo mayor. 

En 2019 la tasa de desempleo juvenil entre mujeres fue seis puntos porcentuales mayor que entre los hombres. Casi una de cada cuatro (23,5%) jóvenes que buscan trabajo no lo encuentran mientras que entre los hombres la tasa es de a 17,4%. 

Pero si se desglosa aún más, las diferencias llaman la atención. Casi la mitad de las mujeres (46%) de entre 14 y 17 años que quiere trabajar no lo consiguen y a dos de cada tres de entre 18 y 24 le sucede lo mismo.  Muttoni señaló que la carga laboral no remunerada de las mujeres es todavía mucho mayor y eso tiene un impacto importante a la hora de acceder al mercado laboral. 

El otro gran problema de Uruguay es el centralismo. Montevideo acapara la mitad de la población y la mayor parte de la actividad económica. Y eso se refleja, en parte, en el desempleo. La capital no es la mejor ubicada entre los departamentos del país pero sí está muy por debajo de varios que tienen números alarmantes.  El 34% de los jóvenes de Durazno está desempleado mientras que en Salto son el 27% y en Soriano el 25%. San José es el que tiene la tasa más baja entre las personas de 14 y 29 años con apenas un 13,1%. En Advice, consultora que dirige Muttoni, hubo cerca de 23 mil anuncios de empleo en los últimos doce meses: más de la mitad fueron para la capital. 

Las perspectivas

La llegada del coronavirus impactó de lleno en el mercado laboral y particularmente entre los jóvenes. Un estudio de la OIT asegura que uno de cada seis jóvenes del mundo ya perdió el empleo por la pandemia y ese impacto ya se siente en Uruguay. 

Muttoni explicó que sectores como el turismo y la gastronomía estuvieron entre los que más generaron empleo cuando el mercado laboral gozaba de buena salud. Y, además, son sectores donde los jóvenes son muy requeridos. Sin embargo, también ha sido de los sectores más afectados por la pandemia y van a demorar en recuperarse. 
 

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