Soberana 2 y Abdala, las vacunas cubanas contra el covid que están a punto de empezar a aplicarse

Cuba está comenzando las pruebas de etapa final de dos nuevas vacunas contra el covid-19 desarrolladas en el país, que, si tienen éxito, podrían ayudar a impulsar una economía sumida en una de sus peores crisis, y a la vez frenar la pandemia.

Eduardo Martínez, presidente del conglomerado farmacéutico estatal BioCubaFarma, que supervisa el desarrollo de las vacunas, les dijo a periodistas en La Habana que miles de personas habían participado en ensayos previos de sus vacunas Soberana 2 y Abdala, que mostraron una "potente respuesta inmunológica" y sin efectos secundarios graves.

El nombre "Soberana" subraya el mensaje del gobierno comunista de que su desarrollo es un símbolo de orgullo para un país que permanece bajo un embargo paralizante por parte de EEUU.

Los medios estatales han mostrado imágenes de fábricas produciendo miles de dosis de las dos vacunas. Ambas son inmunizaciones convencionales en las que parte de la proteína del pico del coronavirus se fusiona con una molécula portadora para estabilizarla.

Dos vacunas cubanas más — incluyendo una administrada mediante un aerosol nasal — se encuentran en una etapa preliminar de prueba.

Soberana 2 ahora se probará en 44,000 cubanos, así como en miles de personas en Irán y Venezuela, ambos aliados de La Habana. México también podría participar potencialmente, según las autoridades del país y de Cuba.

Se administrarán dos dosis con dos semanas de diferencia y no se requiere refrigeración especial, según el gobierno. Se esperan resultados iniciales para mayo. Se espera que los ensayos de Abdala comiencen a finales de marzo.

Si los ensayos resultan exitosos, BioCubaFarma dijo que produciría 100 millones de dosis para fin de año. Se necesitarían entre 20 y 30 millones para la población local y el resto estaría disponible para la exportación.

Las autoridades dicen que Cuba exportará sus vacunas contra Covid-19 a precio de costo más un pequeño margen para respaldar su sistema de salud universal gratuito. Las patentes se pueden licenciar en el extranjero para la producción y las vacunas pueden donarse a los países más pobres.

"Fuera de Cuba, hay mucha sorpresa e incluso escepticismo de que el país esté desarrollando cuatro vacunas", dijo Helen Yaffe, experta en Cuba de la Universidad de Glasgow en el Reino Unido. "Pero para cualquiera que haya seguido los acontecimientos en Cuba tiene sentido".

La nación insular tiene décadas de experiencia en biotecnología e inmunología. En la década de 1980, el entonces líder de Cuba, Fidel Castro, creó la industria para evadir el embargo estadounidense. Desde entonces, sus laboratorios han producido fármacos novedosos que se han vendido en todo el mundo, como la primera vacuna contra la meningitis B, interferones y el único tratamiento eficaz para úlceras diabéticas graves.

"La pandemia ha afectado la economía de Cuba con tanta fuerza como la de cualquier país", dijo un alto enviado europeo. "Pero también ofrece la oportunidad de atraer a Cuba hacia la cooperación internacional en materia de salud. El sistema cubano está colapsando en cámara lenta, pero la I + D biotecnológica y farmacéutica cubana tiene mucho que ofrecer".

Aunque Cuba ha atraído la atención mundial por su programa de envío de miles de profesionales de la salud al exterior para ayudar a 40 países a combatir la pandemia, su desarrollo de medicamentos para tratar el covid-19 a nivel doméstico es menos conocido.

Cuba produce 13 medicamentos que se utilizan para combatir la enfermedad y la mitad de ellos son innovaciones cubanas, dice el gobierno. Entre ellos se incluyen dos medicamentos antiinflamatorios, itolizumab y Jusvinza, que según el gobierno tienen una alta tasa de éxito en el tratamiento de pacientes críticamente enfermos y que se han empleado en India y otros países.

Aunque Cuba está sufriendo un aumento en las cifras de casos de coronavirus, siguen siendo bajas según los estándares internacionales. El tratamiento temprano de los casos sospechosos, el rastreo riguroso de los contactos y un sólido sistema de salud basado en el vecindario han mantenido la mortalidad en 2.84 muertes por cada 100,000 habitantes, una fracción del promedio latinoamericano, según cifras de la Universidad Johns Hopkins en EEUU.

"Toda su respuesta a Covid-19 ha sido sobresaliente", dijo Yaffe.

Pero Cuba necesita socios si quiere producir grandes cantidades de sus vacunas para la exportación, dicen los diplomáticos. "Las vacunas parecen confiables, según mis fuentes, pero no tienen suficiente capacidad productiva por falta de recursos y tendrán que recurrir a otros países, por ejemplo, a Vietnam e Irán", dijo un embajador latinoamericano.

"El embargo estadounidense realmente limita el acceso", dijo Arachu Castro, profesora de salud pública en América Latina de la Universidad de Tulane en EEUU. "Cuba tiene muchas dificultades para acceder a medicamentos y equipos médicos que tengan algún componente estadounidense", dijo.

Ricardo Torres, un economista cubano y crítico del gobierno, dijo que una vacuna exitosa impulsaría la economía del país golpeada por la crisis. El producto interno bruto cayó un 11 por ciento el año pasado y hay escasez de productos desde alimentos básicos y productos de higiene hasta medicamentos.

El turismo se ha visto especialmente afectado en medio de la pandemia, ya que cayó un 79 por ciento el año pasado y representa al menos el 20 por ciento de la caída del PIB, dijo. Mientras tanto, las nuevas sanciones estadounidenses dirigidas a áreas que incluyen las importaciones de combustible y las finanzas han afectado a la agricultura y otros sectores.

Peter Kornbluh, analista sénior sobre el tema de Cuba del Archivo de Seguridad Nacional, una organización estadounidense de investigación no gubernamental, dijo: "Si tiene éxito, el desarrollo de una vacuna en Cuba se convertirá en otro ejemplo reconocido de cómo la pequeña nación insular puede realizar una contribución histórica —muy grande en comparación con su tamaño — a los acontecimientos mundiales".