Soledad Villar, la embajadora del hockey uruguayo

Surgida en Náutico, Villar emigró en 2014 (tras seis meses en Woodlands) para jugar en Universidad de Sevilla, donde fue la capitana del equipo las últimas dos temporadas.

Volante de gran despliegue físico y muy buen manejo de bocha, la jugadora quiso probar un nuevo destino el año pasado para dar un salto de calidad.

"En mayo terminé mi contrato con Sevilla y si bien tuve alguna oferta de equipos españoles quería jugar en otra liga", explicó a Referí.

Pero en este mundo no existen los ojeadores, los representantes ni los pases millonarios. "A través de mis contactos en el hockey conseguí el mail del entrenador de KHC Brugge y le pasé mi currículum; me pidieron videos y luego tuve una entrevista con el presidente del club", contó.

Así llegó a la primera división de una liga de enorme crecimiento.

"La División de Honor es muy competitiva acá, para mi equipo cada partido es una final y son partidos muy duros, físicos y técnicos. Bélgica en mujeres ganó la medalla de plata en el último Europeo y eso demuestra que está creciendo cada vez más. Las jugadoras de la selección juegan en los clubes locales y tienen muchas extranjeras de España, Chile y Argentina", contó Villar.

Sin embargo, la gran figura del torneo es la holandesa Maartje Paumen, campeona olímpica en Beijing 2008 y Londres 2012, dos veces campeona mundial, tres veces de Europa y cuatro de Champions Trophy, además de ser elegida mejor jugadora del mundo en 2011 y 2012.

"Jugar contra ella fue increíble, de verla en la tele en todos los mundiales o torneos internacionales a tener que marcarla fue como cumplir un sueño", comentó.

"Esta experiencia la percibo en el día a día, en la cancha haciendo lo que quiere mi entrenador para el equipo e intentando dar lo máximo en cada partido y corrigiendo los errores, ya que filman todos los encuentros y nos dan una devolución de todas las jugadas que tenemos que ajustar tanto en la táctica como técnicamente", explicó.

"Mi entrenador es inglés, la capitana es francesa, tenemos una jugadora sudafricana y dos argentinas, el resto son todas belgas. En la cancha se pueden escuchar cuatro idiomas".

En Brujas, donde vive, se habla inglés, francés y flamenco.

Las distancias para viajar son cortas y ella se mueve en bicicleta ya que está a ocho kilómetros del lugar de entrenamiento.

Un día libre se animó a más e hizo 20 kilómetros para cruzar la frontera con Holanda y visitar la pintoresca ciudad de Sluis.

"El clima es raro, hay días que pasan por las cuatro estaciones, hasta con nieve. La ciudad es muy linda y ya estoy aprendiendo algo de flamenco", dijo. Además habla inglés y francés.

Como entrena tres veces por semana aprovecha para estudiar de mañana y hace un curso de la bolsa de valores online con una tutora en Sevilla. También trabaja como entrenadora de una categoría formativa. Los sábados la dirige y los domingos juega con el equipo.

En Sevilla cautivó a todos por su esfuerzo y compromiso hasta ganarse la cinta de capitana.

Ahora se transformó en la primera uruguaya en jugar en una liga fuerte de una potencia europea. Sole Villar sigue abriendo fronteras.

LA CIFRA

3 años hace que no juega por la selección debido a que los calendarios se le superponen. Sin embargo, este año podrá volver con Las Cimarronas porque la liga belga termina en mayo y a fines de ese mes se disputarán los Juegos Odesur de Cochabamba. Con la celeste suma siete torneos internacionales y seis goles. En enero ya entrenó bajo las órdenes del nuevo DT, Nicolás Tixe.