Mauricio Macri Patricia Bullrich Javier Milei y Luis Petri
Romina Manguel

Romina Manguel

Periodista de El Observador Argentina

Zoom > Posible alianza PRO-LLA

Solo pero no tanto

Tras encontrar en el Congreso al enemigo perfecto, Milei sale a la búsqueda del aliado ideal, con la mirada en el PRO, que se debate enconversaciones secretas, una depuración y enfrentamientos internos. ¿Macri tiene todo lo que Milei necesita?
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13 de febrero de 2024 a las 12:53

Tras encontrar en el Congreso al enemigo perfecto, Javier Milei sale a la búsqueda del aliado ideal. Las luces vuelven a iluminar a los dirigentes del PRO, devastados tras la derrota. Horas álgidas, conversaciones secretas, depuración y enfrentamientos hacia adentro del partido que pasó de manejar la ciudad de Buenos Aires a tener un presidente. Y en la alianza de JXC, diez gobernadores. ¿Macri tiene todo lo que Milei necesita? 

Después de la caída de la ley ómnibus Javier Milei encontró en los gobernadores y diputados díscolos el enemigo que le faltaba a su relato. La casta tuvo finalmente forma: no eran los empresarios que respiraron aliviados, ni el kirchnerismo al que apenas roza, ni siquiera el Vaticano con quien dice haber logrado reconciliarse, ni los jueces. La Casta quedó limitada a los representantes del pueblo de la Nación sentados en las bancas del Congreso y a los gobernadores que dieron la orden de no acompañarlo. 

Milei, tras la derrota legislativa, respira aliviado. ¿Cómo se entiende este contrasentido?  Tiene donde descargar su furia. Hay un blanco claramente identificado. Antes era difuso. Apunta contra ellos de manera literal. 

Sus seguidores aplauden rabiosos videos sangrientos que emulan a Arnold Schwarzenegger con un reversionado “hasta la Casta, Baby” mientras dispara a diputados y gobernadores. Y hay tensión (de esa que el presidente disfruta) respecto de lo que pueda pasar el 1° de marzo cuando tenga lugar la apertura de sesiones ordinarias.

¿Milei va a hablarle a ese Congreso que desprecia, a cuyos miembros trató de extorsionadores, ladrones y corruptos? ¿O es capaz de salirse de la normativa histórica y hablarle de espaldas como lo hizo cuando asumió? O más audaz… ¿podría hablarle directamente a los que considera “suyos” vía YouTube?

Si en el plano federal está sólo, sin una provincia propia y con una guerra declarada a los mandatarios provinciales, el Congreso es un enigma que sólo le resulta funcional como oponente. En la intimidad se regodea de haberles dado la espalda el día que asumió y se felicita por la genialidad, como si hubiese sabido o querido de antemano que hicieran fracasar su ley de bases para tener una razón para invisibilizarlos. Sí, sí, muy libertaria la República de tres poderes independientes, pero si puede gobernar sólo con dos estaría más que dispuesto a hacerlo. Hoy, el Congreso es el mal.

Él avanza sin siquiera escuchar que desde la presidencia del bloque de Unión por la Patria el senador José Mayas sentencia que estamos ante “un gobierno de facto”. No es el único que alerta sobre la maniobra autoritaria de anular al Poder Legislativo. Aunque no todos son tan contundentes y lo hacen en público.

Milei sigue esgrimiendo el apoyo del 56% del electorado (no aclara la confusa composición tras el ballotage) y sigue cabalgando como caballo con anteojeras. 

Ahora su objetivo político está más claro. El económico de déficit cero nunca estuvo en duda. Pero le faltaba el enemigo perfecto. Habiéndolo conseguido, sale en búsqueda de su aliado que no se muestra tan solícito a su pedido de fusión y por momentos se le retoba.El presidente sabe que necesita otras alianzas. Y las necesita para ayer. Por eso presiona para que el partido que tiene al expresidente Mauricio Macri como referente desembarque lo antes posible en el gobierno. 

El fin de semana los medios daban por sentada la llegada de máximas figuras del PRO al gabinete. Y no a cualquier lado ni, de cualquier manera: a dos áreas sensibles que quedaron vacantes tras la furia mileista con los gobernadores de Salta y Córdoba. Echó a los funcionarios de Anses y Minería desde su gira por Israel y el Vaticano. 

No quiso esperar un segundo. ¡Afuera! Y sonó fuerte el nombre de la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires e histórica del PRO desde sus inicios en la ciudad. María Eugenia Vidal. El sueño mileista de verla llegar con Macri detrás. Le dio mil vueltas a esa foto. Con ella llegarían Diego Santilli, Guillermo Dietrich y otra vez Mauricio Macri. 

María Eugenia Vidal en su banca en el Congreso

El hombre que para Milei hizo todo bien pero no lo suficientemente rápido y resuenan en sus oídos las palabras de Mauricio: “Me equivoqué era shock no gradualismo”. Él y su mesa chiquitísima no dudan en ir por el camino que Macri no se animó a transitar. 

Pero las cosas no resultaron tan fáciles. El domingo a la mañana la propia Vidal rompió el sueño de la fusión inmediata que hacía sonreír al presidente y fue categórica. Dijo no haber recibido ningún ofrecimiento de LLA. Dijo no haber hablado del tema con el partido. Dijo que todavía falta un larguísimo camino si ese es el objetivo. Que el diálogo ni comenzó. Y, sobre todo, dijo que más allá de los cargos si el PRO entra en el gobierno es para CO-GOBERNAR

Las palabras de Vidal arruinaron el feliz momento que vivía el ministro del Interior Guillermo Francos en Roma por la especial atención que le dedicaba el Papa Francisco. Francos siempre sostuvo que el PRO llegaba a esta alianza para “fortalecer la institucionalidad” pero que el rumbo y las decisiones del gobierno jamás escaparían del presidente, su hermana Karina Milei, Nicolás Posse, Santiago Caputo, y dejá de contar.

La palabra cogobierno en boca de Vidal obligó una reunión para dejar en clara la estrategia. Las especulaciones de algunos portales acerca de una supuesta maniobra de Macri para “toma” (usaron la palabra take over) el gobierno de Milei no ayudó. Gente susceptible a las versiones conspirativas que analizan bajo el lente conspirador, los colaboradores de Milei ya se están preguntando si la fusión realmente es una buena idea.

Los focos volvieron a ponerse sobre los grandes derrotados de la última elección. Juntos por el Cambio no llegó siquiera al ballotage que disputó Milei contra el ministro de Economía que produjo en diciembre una de las peores licuaciones del salario de la historia. Mientras todavía se preguntan cómo pasó, Milei quiere al PRO en el gobierno, pero al día de hoy no queda tan claro quienes lo componen.

Patricia Bullrich preside el Pro pero se aseguró que quede claro que ser ministra de Seguridad de Milei, la ministra con más alto perfil de la gestión, fue una decisión de motu proprio que no involucra al partido al que pertenece. 

Macri busca aglutinar a la estructura devastada tras el resultado de las elecciones. Pero no a todos. La campaña dejó heridos de muerte. La presidencia del partido cada vez está más cerca para él. 

Tras la caída de la ley ómnibus el excandidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta dejó de lado los eufemismos y en un hilo de X se distancio del gobierno mileista a la misma velocidad que algunos referentes del PRO buscaban acercarse al líder libertario.

“¡Viva el consenso carajo!”, escribió un Larreta que no parecía Larreta. Así arrancó lo que para muchos es el principio del fin: “Muchos argentinos coincidimos con la necesidad de un cambio profundo. Para eso se necesitan 3 cosas, igualmente importantes: Ideas claras. Yo coincido en parte de lo que plantea el Gobierno, especialmente en el equilibrio. Consensos para que las ideas se transformen en leyes. Hoy quedó demostrado: sin diálogo, no hay leyes. Gestión para que las leyes se transformen en hechos. Tanto el consenso como la gestión son valores que este Gobierno desprecia. Una nueva Argentina no se hace imponiendo, ni amenazando, se hace escuchando, dialogando y, sobre todo, siempre cerca de la gente. escuchando, dialogando y, sobre todo, siempre cerca de la gente. No es con slogans ni con demagogia, es con gestión. No es con improvisación, es con planificación. No es con súper poderes, es con respeto a nuestras instituciones. No sigamos demorando las transformaciones profundas que necesita nuestro país”.

Así se despegaba de la posición que su bloque había tenido acompañando la Ley que Milei decía necesitar.

¿La ruptura es inminente? ¿De haber acuerdo con el PRO sería sin el hombre que compitió en la interna por la presidencia en las elecciones de hace cinco minutos?

Las voces en on y en off en esa dirección no tardaron en en escucharse. Uno de los primeros fue Federico Angelini, vicepresidente del espacio: “Tras sus dichos veo difícil que Larreta siga en el PRO”.

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