En un sangriento suceso que conmocionó a la comunidad de Capitán Bermúdez, Alexis Lobos, un joven obrero metalúrgico de 25 años, fue detenido tras permanecer varias horas en su domicilio junto a los cuerpos sin vida de Eber Ramos, de 25 años, Santiago Ochoa, de la misma edad y Emiliano Saucedo, de 31, los tres jóvenes que fueron masacrados con una maza y apuñalados con un cuchillo tramontina.
La escalofriante escena fue descubierta cuando agentes de la policía, en busca de tres hombres desaparecidos, se presentaron en la madrugada del sábado en la vivienda de Lobos en la calle 13 de marzo al 300. A pesar de los intentos del sospechoso por evadir a las autoridades y desviar su atención, estos obtuvieron una orden para registrar la propiedad.
Los uniformados no tardaron en percatarse de las tres figuras en el suelo rodeadas de sangre. Lobos fue arrestado de inmediato y esposado. Ahora enfrenta cargos por los homicidios.
La investigación liderada por la fiscal de San Lorenzo, Luisina Paponi, comenzó a arrojar luz sobre las presuntas motivaciones detrás de este espeluznante crimen. Contrario al perfil habitual de casos vinculados a la violencia narco en la región, Lobos era descrito por allegados como un individuo trabajador, deportista y sin hábitos de consumo de drogas o alcohol.
Las fuentes del caso revelaron que, según un conocido de Lobos, el joven confesó los crímenes y argumentó que actuó en "defensa propia".
El motivo detrás de este acto brutal se vincula a una presunta operación financiera: Lobos, en busca de obtener ingresos extras, planeaba vender 6 mil dólares. A pesar de algunas advertencias, se relacionó con Eber Ramos, vinculado al narcomenudeo en la zona, para realizar la transacción.
Según la investigación, Ramos acudió a la casa de Lobos con una mochila repleta de pesos para la operación. Posteriormente, se presentaron en la escena dos hombres, Ochoa y Saucedo, quienes se presume fueron enviados por Ramos para robar a Lobos, pero éste los habría asesinado.
El hallazgo de los cuerpos desencadenó allanamientos adicionales, incluido el domicilio de Claudio Ramos, padre de Eber. La policía incautó la camioneta y el celular de la víctima, sospechando que el padre había regresado por estos objetos en medio de la conmoción del hecho, aunque también habría querido llevarse una mochila con unos 4 millones de pesos, pero ésta fue secuestrada en el comienzo del procedimiento. Hasta el momento, los dólares no han sido recuperados.
Mientras tanto, los tres fallecidos fueron despedidos en redes sociales por familiares y allegados, en especial, los clubes de fútbol en los que jugaban en distintas categorías: Barrio Quinta, Unión Vecinal y Deportiva Sargento Cabral y Tigres de Ludueña. También fueron despedidos por la Liga Regional Sanlorencina.
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