Tsunami para el turismo con un deshilache doloroso

Sin turistas, no hay negocio 

El turismo necesita viajeros, fronteras abiertas y conectividad. Para los intereses del país y los operadores turísticos, estas condiciones están vedadas o lejos de ser las ideales tanto afuera como puertas adentro. El gobierno uruguayo ya bajó la persiana a la posibilidad de permitir el ingreso de visitantes extranjeros durante la zafra de veraniega que deja cientos de millones de dólares a la economía y genera miles de puestos de trabajo.

La conectividad aérea, una de las principales fuentes de ingreso de turistas del Uruguay, tuvo un magro octubre con 12 mil viajeros, cuando en igual mes del año pasado fueron más de 130 mil. Con algunos vuelos que se sumarán en noviembre, esperan llegar a 15 mil pasajeros, es decir, apenas el 10% de lo que solía movilizar la principal terminal de vuelos del país. Los operadores del sector admiten que la recuperación está siendo más lenta de la esperada. La segunda ola de contagios en los países europeos es una pésima noticia para este rubro.

Los millones que resignará el turismo serán muchos. Uruguay tuvo, en 2019, una balanza positiva en ese rubro de US$ 553 millones, con un gasto en divisas de los más de 3 millones de visitantes por casi US$ 1.800 millones. En el primer semestre de 2020, los uruguayos dejaron divisas fueras de frontera por US$ 292 millones e ingresaron divisas de visitantes extranjeros por US$ 675 millones. Según un informe de Equipos Consultores, si los uruguayos gastasen todo lo que dejaron en el exterior en nuestro país, se cubriría el 40% del turismo receptivo del verano. “Incluso asumiendo un crecimiento del turismo interno, en el verano 2021, el gasto total en turismo en nuestro país caería en unos US$ 500 millones respecto al verano 2020”, proyectó la socia de Exante, Florencia Carriquiry, en En Perspectiva esta semana.

A esto tenemos que agregarle el factor empleo en Uruguay, que ya venía cascoteado prepandemia, con la pérdida de unos 50 mil puestos, y que se agravó en los últimos meses. Miles de trabajadores perdieron su empleo y otros tantos tienen la incertidumbre si podrán mantenerlo porque están en regímenes de seguro de paro (total o parcial). La última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) en agosto mostró un freno en la recuperación del mercado laboral y todavía hay casi 80 mil empleos que no se recuperaron desde que estalló la pandemia en marzo. El 38% de los uruguayos que piensan vacacionar en el verano, proyecta gastar menos que el verano pasado, ya sea porque tendrá menos días de estadía o porque buscará una alternativa más barata, según Equipos.

Además, Argentina abrirá, desde este lunes 2 de noviembre, sus fronteras para los países limítrofes. Si bien por ahora parece poco probable que los uruguayos vayan en malón a la vecina orilla a realizar turismo shopping (la vecina orilla está muy barata como lo podés ver en esta nota) no deja de ser un riesgo que esa puerta esté abierta. "Por más que la diferencia cambiaria sea capaz que histórica, por un par de championes y un vaquero no iría a asumir una cantidad de riesgos sanitarios para mi persona y mis familiares a la vuelta", afirmó, este martes, a radio El Espectador el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.

El turismo tiene un peso en la economía uruguaya que ronda el 7% y empleaba (previo al covid-19) a más de 100 mil trabajadores. Miles de estos empleados de servicios vinculados al alojamiento y transporte fueron enviados al seguro de paro y, para muchas empresas, será difícil retomar al total de su plantilla en los próximos meses porque no tendrán ingresos suficientes para cubrir todos sus costos.

El margen (acotado) para la política pública

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunciará, en las próximas horas, una serie de estímulos buscando atenuar ese golpe que sufre y tendrá el turismo en los próximos meses. Como suele ocurrir para algunos involucrados, estos anunciaron dejarán gusto a poco o serán insuficientes para las expectativas que tenían en lo previo. La realidad fría y de los números muestra hoy que Uruguay tiene un déficit fiscal de 6,1% del PIB (unos US$ 3.300 millones en números gruesos) en los 12 meses a agosto. El Estado hoy no tiene mayores problemas en financiar ese rojo, pero está obligado a corregir ese desvío si quiere evitar que las calificadoras de riesgo le quiten el grado inversor luego que pase la pandemia.

Dentro su acotado menú de recursos, el gobierno aprobó algunas medidas como exonerar los aportes patronales a empresas de turismo y eventos para quitarle cierta mochila, además de otras medidas similares con las tarifas públicas de OSE y UTE. Estos paliativos ayudan, pero el problema de fondo que tienen cientos de negocios es que sus ingresos se redujeron a la mínima expresión, como ocurre con las agencias de viajes o los hoteles que hoy no tienen (casi) huéspedes.

Las medidas que anuncie el Poder Ejecutivo para alentar y promover el turismo interno intentarán que el motor turístico siga en pie, aunque con una potencia que no será la de antes ni la de otros sectores de la economía uruguaya donde la pandemia prácticamente ni los rozó, como el sector agropecuario. De hecho, las últimas lluvias llegaron para muchas zonas agrícolas en un momento clave y pueden dar el cierre a una zafra de cultivos de invierno de mucho potencial y con precios internacionales cada vez más firmes. Esto es una muy buena noticia para varias ciudades del interior donde la cadena agropecuaria tracciona a todo el resto de los comercios.

Para el turismo habrá un brindis amargo en esa zafra. Los uruguayos (los que van siempre y pueden, y aquellos que no podrán irse al exterior) serán la gran apuesta de los operadores para maquillar una magra temporada. La reactivación comenzará a vislumbrarse cuando la vacuna para vencer al virus sea una realidad y esté disponible (al menos) para la población de mayor riesgo. Otros sectores (como el agro o la construcción) pueden mirar más de reojo la pandemia y dejan abierta la puerta para que el panorama no sea tan sombrío y la economía consolide su recuperación en lo que queda del año y arranque de 2021.

Soy Ándrés Oyhenard, editor de Economía y Empresas de El Observador. Hasta aquí esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.